Coronavirus en Córdoba

Las víctimas de la crisis económica en Córdoba: «Lo que más me agobia es la comida de mis niñas»

ABC asiste a un reparto de vales de alimentación de Cruz Roja, para ciudadanos muy golpeados por la epidemia

Imagen del repato de vales de ayuda alimentaria que tuvo lugar ayer en la sede central de Cruz Roja V. MERINO

Baltasar López

La sede central de Cruz Roja de Córdoba , en Noreña, era ayer, un día más, un termómetro de cómo esta crisis ha mandado a la UVI la economía de muchos cordobeses . Esta oenegé continuó ayer allí con el reparto de vales de alimentación e n su programa de respuesta contra los efectos del covid-19. Dicho reparto es sólo una de las vías que ha activado para la distribución de comida , en solitario (tienen abierta en toda España una campaña en la que colaboran empresas, organizaciones y particulares) o junto a Administraciones, con las que sumará en las próximas semanas 2.000 familias beneficiarias en la provincia . Y el portavoz de Cruz Roja en Córdoba, José Luis Hitos, avanza que, además de todo lo anterior, se han dotado de 700 vales más.

«Estamos recibiendo centenares de peticiones de ayuda al día en cuestiones de primera necesidad, básicamente alimentos», señala. Añade que, entre quienes acuden a Cruz Roja, « hay muchas familias que por primera vez necesitan esta ayuda ». «Y luego tenemos otras muchas que ya la recibían», resume. En el caso de los vales, las personas interesadas en recibirlos deben contactar con esta oenegé. Si no son beneficiarios de la Cruz Roja o no están inscritos en Servicios Sociales, se hace una valoración de su situación.

Luego se les comunica a qué hora deben recoger el vale de 50 euros -uno o dos dependiendo de los miembros de su familia y también sirven para productos de limpieza e higiene- canjeables en supermercados Deza.

Jennifer Gómez es una de las citadas en la sede central para recibir la ayuda. Ha acudido porque « mi marido , que se dedica a la construcción, y yo , que estaba en una casa, nos hemos quedado sin trabajo » con la crisis del coronavirus y «tenemos dos niñas». Asegura que hasta ahora «íbamos tirando». De hecho, recuerda que tuvieron que pedir ayuda de este tipo hace más de ocho años; o sea, allá por la otra gran crisis. « Es duro verse así , más por los niños. Tengo miedo de que esto dure mucho», confiesa. Jennifer recibe su ayuda y se va.

«Para ahorrar no llegaba»

Se cruza en la puerta con Manuel Camacho , que está esperando que su mujer recoja los vales. A esta familia, con dos niños (uno de once meses), les ha llevado hasta la sede de Cruz Roja el « no poder ganarnos la vida a causa del confinamiento ». «Es que nos dedicamos a los mercadillos», cuenta.

Afirma que no tienen «ninguna prestación» y condensa su situación en una dolorosa frase: « Si comemos es por la Cruz Roja, Cáritas, San Juan de Dios o las asistentas sociales». A esas tres entidades sociales ha acudido ya esta familia para lograr alimentos desde que estalló la crisis. Antes de que el virus les castigara, habían tenido que recurrir «alguna vez» a oenegés pero «no como esta vez». Porque, recuerda, antes de la epidemia tenían para «vivir ; para ahorrar no llegaba ».

A José Enrique de Jesús se lo topa el periodista haciendo cola, en la que se guarda rigurosamente la ya archifamosa distancia social. Él debía estar hoy montando algún escenario para un espectáculo artístico, empezaba el día 11 a trabajar , en cualquier punto de España. A eso se dedica profesionalmente de abril a diciembre desde hace casi una década. Pero, en lugar de eso, está sin trabajo y ha acudido a Cruz Roja porque en su familia, con su mujer parada y sin ningún ingreso y dos niños, «no nos llega» con la pequeña ayuda pública que él recibe. «Es que es imposible y es que tenemos un bebé que necesita potitos, leche en polvo o pañales, porque no le puedes tener 24 horas con el mismo», argumenta. Incide en que « lo que más me agobia es la comida de mis niñas , sobre todo de la chiquitilla. La grande se puede apañar como nosotros, un día arroz, otro salchichas...».

Dicen que el coronavirus nos ha cambiado la existencia . Es el caso de Quique , él prefiere que le llamen así, que recuerda que con su trabajo su familia tenía para «vivir». No en vano, asegura que nunca había tenido que solicitar alimentos antes. Admite estar «muy preocupado. No sé por dónde voy a salir con esto ». Confiesa rumiando que probablemente aún falte mucho para que podamos volver a disfrutar de esos espectáculos para los que él monta el escenario.

Manuel Jesús Calero, uno de los beneficiarios, muestra el vale entregado por Cruz Roja V. M.

Quique no es el único que estaba a punto de incorporarse a un empleo, que ha pasado a mejor vida por culpa del coronavirus. Manuel Jesús Calero aguarda su turno , en una de las tres mesas montadas para recibir los vales, mientras rememora que « iba a empezar a trabajar de repartidor de una panadería el mismo día que se declaró el estado de alarma ».

Se ha dirigido a Cruz Roja, porque « no me queda casi nada de paro» , y en casa le esperan su esposa y su hijo. «Mi mujer no trabaja. Cuida de nuestro niño de tres años , que es diabético», explica. Asegura que es la «primera vez» que se ve en «esta situación». Admite que es « duro, más que nada por mi hijo ». «Es que él no puede comer cualquier cosa . Es diabético, celíaco e intolerante a la lactosa », dice con un amor de padre que encoge el alma. Manuel Jesús admite que tiene «miedo» de que la crisis por el coronavirus se alargue. «Las ayudas también se acaban y todo el mundo está pasando por lo mismo», argumenta.

A la entrada de vehículos, habilitada para distribuir dos de las tres colas, llega en su bici Laura Zamora , una camarera a la que el confinamiento dejó sin trabajo , «y no me quedó derecho a paro». Unos jefes de un trabajo anterior le informaron de que Cruz Roja podía facilitarle alimentos y acudió a esta oenegé porque «no tengo ingresos». «Necesito algo para ir subsistiendo» , espeta al periodista. «Y esto es lo único que me han dado por algún lado», dice esta joven que vive en una casa compartida. «No me había visto nunca así», cuenta. « Me he quedado a cero . Bueno, tengo en la cuenta menos sesenta euros del teléfono », matiza.

Se mueve en un horizonte de incertidumbre total , porque «parece que la hostelería será lo que más tarde en abrir», con el agravante de que la Feria de 2020 ha quedado definitivamente cancelada , después de haberse barajado su celebración en octubre. «En Feria me sacaba jornal para dos meses», explica.

Cada una de estas historias es una gota dentro del tsunami económico que ya está sacudiendo Córdoba, ante el que tratan de ser diques de contención instituciones, colectivos y oenegés como Cruz Roja , donde juegan un papel decisivo los voluntarios . Una de ellas es Nerea Casas , que se encontraba ayer en la sede central y que lleva colaborando con esta oenegé desde 2014. Cuenta que la mayoría de situaciones con las que se encuentran son «difíciles» . «Llega aquí gente que de golpe y porrazo se ha quedado sin nada. Son trabajadores que no estaban dados de alta, personas que vivían al día.... Hay familias que vivían con 20 euros al día de limpiar, y eso ya no lo tienen», comenta Nerea.

Más acciones de Cruz Roja

«Incluso, he visto aquí personas a las que conozco , que hasta hace poco estaban bien», explica. Luego, añade que la «gente está siendo superagradecida» . De hecho, justo cuando las palabras de Nerea, se apagan una señora deja las instalaciones de Cruz Roja dando las «gracias» a los que están a la salida.

Allí se encuentra Pablo Luis León, un joven voluntario que se enroló en las filas de esta oenegé hace dos años . Con una lista supervisa que quienes llegan tengan su cita, pero en esta crisis también atiende las llamadas de personas que necesitan esta ayuda básica. «Por lo general, ves que piden lo mínimo posible y la mayoría son muy agradecidos », apunta Pablo Luis. Incide, como Nerea, en que ven «situaciones muy difíciles». «Te dicen que han perdido su trabajo o que no tienen dinero para mantener a su familia», asegura en este frente de batalla que es sólo uno de los que tiene abiertos la Cruz Roja contra el covid-19.

Porque esta oenegé en Córdoba, dentro de su plan nacional de lucha contra la epidemia, además de la ayuda alimentaria, realiza atención y seguimiento telefónico de personas vulnerables ante la epidemia ; apoya a personas sin hogar, interviene en asentamientos de inmigrantes o hace entregas de medicamentos a personas que no pueden salir de casa.

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