Coronavirus Córdoba

Las tres horas que dan la vida

Afluencia moderada a los comercios y más notable a los bares en el primer sábado con permiso para abrir hasta las nueve y media de la noche por el descenso de los contagios

Qué se puede y qué no en Córdoba al pasar a Fase 2

Jóvenes en los veladores de la calle de La Plata, entre Las Tendillas y San Miguel VALERIO MERINO
Rafael Aguilar

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Hay ruido en la calle después de las seis de la tarde. Suena extraño. Sorprende. Hay clientes en los veladores cuando está cerca la hora de anochecer, gente que entra y que sale de las tiendas, familias que pasean como si estuvieran reecontrándose con el hábito perdido de la caminata del sábado antes de la cena.

Es el primer fin de semana en el que los comercios , las cafeterías y restaurantes pueden abrir hasta las nueve y media de la noche y el tiempo acompaña. No hace frío, corre un aire fresco que resulta agradable.

La salsa de Córdoba está en las terrazas de los establecimientos de restauración, en el exterior de los bares de copas. Las barras han vuelto a ser vertederos de amor . Hay quien se lo toma en serio: «Señoritas, ¿les han dicho alguna vez que son ustedes preciosas», le dice un chaval a tres jóvenes en Atrio , en la avenida de Gran Capitán , en el edificio Colegio del Arquitectos . «Gracias, pero estamos bien solas», responden ellas.

Las calles que a esa hora eran ya propiedad casi exclusiva de los repartidores de comida y de los trabajadores de vuelta a casa andan tomadas por ciudadanos deseando salir del círculo vicioso del coronavirus. «En Semana Santa van a abrir la mano. Si no, nos vamos a volver todos locos», comenta una chica en la nueva cafetería de Roldán de Gran Capitán . «Ojo con la cuarta ola», tercia la vendedora.

Sin sitio en la calle de la Plata

Por la calle de la Plata , entre Las Tendillas y San Miguel , no se puede andar. Lo normal hasta que el Covid-19 lo cambió todo. «A ver, a ver, un poco de distancia entre las mesas. El cigarrito nos lo fumamos alejados de los otros clientes. Que me empaquetan como pase la Policía Local », advierte un camarero.

Sucede que la actividad de los bares es mucho mayor que la de los comercios en este primer sábado de manga ancha. Hay tiendas en Cruz Conde que no han ampliado el horario y que han echado el cierre a las seis. Reyes Católicos es una excepción en el ajetreo del copeo y del tapeo: de punta a punta cuesta encontrar alguna pizzería operativa o algún bar con disposición de recibir a los clientes.

Claudio Marcelo parece otra: es todo uno escuchar el murmullo de las mesas altas de la calle para asombrarse de que la vuelta a la normalidad se esté produciendo de verdad. La vida cotidiana en una de las charlas: «Tú no te confíes: la cena para celebrar los diez años de casado la dejamos para el verano, aunque sea ahora cuando de verdad sea el día», trata un hombre de convencer a su pareja gin tonic en mano. «No lo veo, Noelia, no lo veo. Ya sabes cómo es mi madre para estas cosas, es muy estricta para las cosas de la familia y quiere hacerlo ya», replica él. «Hablaré con ella mañana», zanja la mujer. A las nueve y media llega el momento de irse a casa, porque el toque de queda de las diez sigue en pie. Y mañana más.

A las nueve y media llega el momento de irse a casa, porque el toque de queda de las diez sigue en pie. Y mañana más.

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