Coronavirus Córdoba
El taxi de Córdoba se queja: las ayudas del Gobierno son «una trampa»
Los profesionales, casi sin trabajo, luchan también contra la incomprensión de algunos clientes
Al mediodía de ayer , dos jóvenes equipadas con mascarillas esperaban juntas un taxi en la parada de la estación de Renfe en Córdoba . Ningún vehículo las recogería porque está terminantemente prohibido que viajen más de dos personas en un coche, y el chófer ya cuenta como una. La única excepción posible para circular en pareja es que uno de los dos pasajeros tenga alguna minusvalía o sea menor. Ninguna de las chicas parecía cumplir los requisitos, así que probablemente tendrían que alquilar dos vehículos o desplazarse de otro modo.
Es una de las normas, como tantas otras, que deben cumplir -y lo hacen- los taxistas de Córdoba . La población, sin embargo, no entiende, no comparte o no conoce esa prohibición, como explica José María , un taxista de la ciudad que lleva en el negocio casi tres años y que, como todos sus compañeros, está sufriendo las consecuencias del confinamiento. «Muchas veces me ha pasado que han querido coger el taxi dos personas que venían de hacer la compra. Cuando les explicas que no los puedes llevar, te dicen que no entienden la norma. Yo sí que la entiendo», apunta José María. Nadie quiere pagar dos taxis para llevar la compra , pero las reglas son así.
José María esperaba ver ayer, Miércoles Santo , más situaciones de este tipo, ya que varias cadenas de supermercados habían anunciado su cierre completo hasta el próximo lunes y «hoy se ve mucho más movimiento que otros días, sobre todo en los cajeros y en los supermercados». La gente se está aprovisionando para los días grandes de la Semana Santa encerrados en casa.
La Policía vigila que los taxistas cumplan y hagan cumplir el confinamiento. Por lo general, no detienen los vehículos en los que sólo va el profesional, «pero si ven a un cliente a veces me han parado para preguntarle a dónde va». Y si se trata de una pareja, hay que acreditar con algún documento que uno de ellos tiene que ir acompañado.
Menores
En el caso de los menores , deben viajar siempre con un adulto. Este tipo de servicios, asegura José María, sí que se ha visto incrementado desde el inicio de la crisis. Tienen que trasladar a los hijos en los casos de custodia compartida , «y eso ha subido mucho, sobre todo los fines de semana», indica el conductor.
José María ha sufrido las consecuencias de la crisis como el resto de sus 500 compañeros en Córdoba capital . Sólo trabajan un día de cada cuatro, y en esa jornada laboral -«maratoniana», describe- las carreras se han reducido un 90 por ciento, según las estimaciones de Miguel Ruano, presidente de la Asociación Provincial de Trabajadores Autónomos de Auto Taxi de Córdoba (Auttacor) . No llega ni para cubrir gastos. Los taxistas de Córdoba apenas hacen 20 o 25 euros de ingreso cada día que trabajan, aseguran ambos profesionales consultados.
En estas condiciones, quienes tienen a un asalariado al volante -un conductor con nómina y un porcentaje de las carreras; el resto se lo queda el titularde la licencia-, para maximizar el tiempo que el coche está en la calle, han tenido que prescindir de él. De unos 60 asalariados, José María calcula que sólo quedarán «cinco o seis , y serán personas que estén de baja por enfermedad que tienen que mantener el taxi en la calle». Él mismo, asegura, ha tenido que «despedir» a su mujer porque no le compensaba pagar dos cuotas de autónomo con tan poco trabajo. Y encima «he perdido las bonificaciones del autónomo ». En su taxi «no cabe otro autónomo ni siquiera aunque todo se quede en casa», concluye.
Una «trampa» del gobierno
Por otro lado, los taxis no pueden acceder a las principales ayudas económicas aprobadas por el Gobierno, según la denuncia del presidente de los profesionales de Córdoba, Miguel Ruano . Las medidas, asegura, están muy bien sobre el papel, pero en realidad «son una trampa» en un laberinto burocrático . Los taxistas no pueden justificar la caída en los ingresos de un 75% como autónomos de la manera en que lo exige la administración, puesto que el 98% de ellos se rigen por un sistema de módulos que no genera la documentación exigida. «Están desestimando todas las solicitudes» , asegura Ruano. Tampoco pueden aplicar un ERTE para los asalariados puesto que el taxi se considera una actividad esencial en la que no se admiten los despidos. El resultado, vaticina Ruano, será un alud de despidos procedentes por causas económicas una vez termine la cris que la administración «no podrá rechazar».
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