Coronavirus Córdoba
Así ha sido el primer día de exámenes presenciales en un instituto de Córdoba
El IES Góngora abre sus puertas para la recuperación entre medidas de seguridad y dudas de los profesores
El IES Góngora ha recibido hoy a sus primeros «inquilinos» presenciales después de seis meses prácticamente cerrado a cal y canto. Son los alumnos que se han presentado a algún examen de recuperación y los docentes del centro, que se han incorporado hoy. Ha sido la primera jornada de contacto no sólo entre estudiantes y profesores, sino sobre todo con las nuevas normas de seguridad e higiene. Todo está medido, calculado y controlado, pero aun así las dudas han sido varias en este primer día en el instituto.
Los itinerarios de entrada y de salida del IES Góngora son diferentes para intentar marcar las distancias. Dentro, el centro es un laberinto de anchos pasillos, escaleras y puertas que parecen no llevar a ningún sitio. «Esto es como el castillo de Harry Potter» , se quejaban las limpiadoras ante la ingente cantidad de trabajo que les espera cuando empiecen las clases. Hoy había pocos alumnos, menos de la mitad de los que tuvieron que recuperar el año pasado, según la c oordinadora Covid del centro, Salud Clavero. Son los inconvenientes -o las ventajas, desde el punto de vista del alumno- de una educación a distancia pergeñada sobre la marcha e impuesta con calzador en marzo. No quedaba otra.
Además de las consabidas y ya omnipresentes medidas de higiene (mascarillas, gel por todos sitios, marcas de separación...) hay otras que llaman la atención de cualquier visitante. Por ejemplo, todas las ventanas - enormes tragaluces de doble batiente , como los de un castillo- están abiertas de par en par. Se hace así para ventilar las clases, y se dejarán así «haga frío o calor» , asegura la coordinadora Covid. Por ahora la temperatura es agradable; ya veremos si aguantan así en el «veranillo de San Martín». Más que calor, lo que entra por las ventanas es el ruido de Las Tendillas, que no se antoja compatible con una enseñanza presencial. En esas condiciones, mucho tendrán que alzar la voz los profesores detrás de la mascarilla.
El caso es que por las normas Covid tampoco se pueden encender los aires acondicionados. Hacerlo supondría cambiar los filtros a diario , indica Clavero, un coste inasumible para cualquier centro y una operación que seguramente muy pocos cordobeses han hecho alguna vez en su vida. Dejar los aparatos apagados supone también una enorme contradicción cuando las administraciones públicas se acaban de gastar millones de euros en instalar climatizadores en centros educativos, aunque solo en algunos colegios.
Las dudas que plantean los profesores a través de su coordinador Covid (cada centro ha de tener un responsable) son varias. Clavero cita, por ejemplo, «si vamos a tener clases presenciales o van a ser mitad y mitad. Hay muchas comunidades que ya han aceptado eso». Sería una manera de reducir la ratio de las aulas , con solo la mitad acudiendo a clase por semanas rotativas. Porque «para mantener las distancias no pueden entrar todos a la vez», sostiene la coordinadora.
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