Coronavirus Córdoba
Así ha sido el «annus horribilis» de los principales monumentos y museos de Córdoba
Desde Medina Azahara (un 70% menos de visitas) hasta el Museo Arqueológico (un 93%), el balance es desastroso
Así está la situación de los contagios en la municipios de la provincia de Córdoba
La pandemia de coronavirus se ha llevado por delante al sector turístico, una pieza clave en el tejido económico de Córdoba . La ausencia de turistas, el cierre de hoteles, monumentos , museos..., bares y restaurantes; o las limitaciones y restricciones e aforo y movilidad han cercenado las expectativas de miles de negocios que veían una evolución más que positiva en los últimos años en Córdoba.
Eso ha ocurrido con los principales monumentos y museos de la ciudad que en el año 2019 recibieron la friolera de 4,5 millones de visitas , un 20 por ciento más que en el año anterior. Año extraordinario frente al propio 2018 que vio menguado el tirón de estos enclaves en un 6% respecto a 2017. Un tránsito que también estaba en auge en otros enclaves turísticos privados como el Palacio de Viana, la Torre de la Calahorra, la Casa de las Cabezas o Casa Sefarad , entre otros. Pero el estallido del coronavirus ha dejado una huella muy dolorsa en lo que ya se puede considerar el «año horrible de los monumentos y museos» en Córdoba.
El cierre durante algunos meses de los principales monumentos y museos de Córdoba, especialmente en primavera por el confinamiento y primer estado de alarma -justo la temporada alta del turismo en la ciudad- ha distorsionado por completo unas estadísticas demoledoras que a falta del balance definitivo ha mermado, por ejemplo, entre un 75 y un 80 por ciento el grueso de visitantes a la Mezquita-Catedral -dato aún por confirmar, pero que estaba siendo la tendencia en los meses atrás-.
Mezquita-Catedral y su impacto
Teniendo en cuenta que el principal monumento de Córdoba atrae cada año más de 2 millones de visitas , puede que estemos ante el peor dato del a reciente historia con un tremendo impacto para la actividad económica del Casco histórico . La imagen de la Judería, por ejemplo, en este tiempo ha sido fiel reflejo de la dramática situación vivida: soledad, negocios cerrados y lejanía de los propios cordobeses hacia una zona nuclear de la ciudad tomada en condiciones normales por miles de turistas.
La Mezquita cerró en marzo cuando estalló la crisis sanitaria y no volvió a abrir sus puertas hasta el 25 de mayo, justo cuando se andaba en el comienzo de la desescalada. El recinto estuvo activo durante todo el verano y arranque del otoño hasta que el incremento de contagios y letalidad de la segunda oleada les llevó a cerrar sus puertas el 11 de noviembre, aunque finalmente retomó las visitas el pasado 18 diciembre con el plan de medidas de la Junta de Andalucía para los días festivos.
En el caso de los cuatro espacios expositivos y monumentales que la Junta de Andalucía gestiona en Córdoba, la situación es muy similar. Según datos de la Consejería de Cultura, la caída de visitas a Medina Azahara, la Sinagoga y los museos Arqueológico y de Bellas Artes refleja datos muy negativos, incluso pírricos en alguno de los casos citados.
El conjunto arqueológico de Medina Azahara ha sido visitado hasta noviembre por 86.335 personas frente a las 264.042 que lo hicieron en el mismo periodo (once meses) de 2019. Eso supone un 68 por ciento menos de personas que disfrutaron del recorrido por la ciudad palatina de Abderramán III, que enfila ahora, precisamente, una de las intervenciones más importantes de los últimos tiempos: la recuperación de la fachada del Salón Rico y culminación de su rehabilitación interior. A buen seguro, un gran revulsivo para el turista que quiera acercarse al paraje a los pies de la Sierra de Córdoba.
En esta misma línea se encuentra la Sinagoga de Córdoba. Enfrascada en una importante recuperación arqueológica en la finca lindera al templo judío, donde se sigue trabajando en el centro de recepción de visitantes e interpretación de una de las tres sinagogas visitables que quedan en España (las otras dos están en Toledo), su volumen de visitas ha caído casi un 80 por ciento entre enero y noviembre de 2020. Un total de 117.811 personas cruzaron el umbral de la coqueta edificación situada en la calle Judíos. En ese mismo periodo de 2019, el flujo ascendió a 579.760 visitantes . De hecho, es el segundo monumento de la ciudad en tirón turístico.
La situación de los dos museos que gestiona Cultura no difiere, incluso empeora, respecto de Medina Azahara y la Sinagoga. El Museo Arqueológico ha registrado 18.938 visitantes en estos primeros once meses . Hay que recordar -igual que en el caso de los otros dos emplazamientos de la Junta- que durante los meses de abril y mayo por entero permanecieron cerrados al público. El depósito arqueológico, con una de sus partes cerradas al público por obras, ha perdido el 93 por ciento de los turistas que llegaron a su edificio en 2019 .
Por su parte, el Museo de Bellas Artes , situado en la plaza del Potro y frente al espacio dedicado a Julio Romero de Torres, registró hasta el pasado noviembre 21.053 visitas. Hay que recordar los problemas de espacio que tiene también este depósito pictórico, que ha venido contando con algunas exposiciones a lo largo de 2020, como ha ocurrido con el caso de su «vecino» Romero de Torres. El descenso de visitas es de un 67% ya que el registro del año 2019 en esos once meses acaparó casi 67.000 asistentes.
El Ayuntamiento de Córdoba, que gestiona espacios como el Alcázar de los Reyes Cristianos, los Baños Árabes Califales, Caballerizas Reales o el propio Museo Julio Romero de Torres (entre otros), no cuenta con datos actualizados sobre 2020 de visitantes a sus monumentos y museos. Por lógica, la caída de visitantes ha debido estar en unos términos muy parecidos a los recintos de la Junta de Andalucía o la Mezquita de Córdoba.
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