Coronavirus Córdoba

La Semana Santa pone el foco en el control de terrazas y veladores de Córdoba

Vecinos y hosteleros piden a Urbanismo un mayor control de las zonas de restauración tras un año de relajación de las medidas

Clientes en un velador de La Ribera VALERIO MERINO

Rafael Verdú

CON la llegada de la Semana Santa , las vacaciones y el buen tiempo, las terrazas y veladores de la ciudad de Córdoba están llenas a rebosar. Se puede ver cada día en las tradicionales zonas ya saturadas, como la Corredera , el entorno de l as Tendillas, la Ribera o María la Judía . Es un alivio para la situación de la hostelería, agobiada desde que comenzó la pandemia y abocada a cierres parciales y a numerosas limitaciones. Pero la situación no está exenta de problemas.

Tanto los empresarios del ramo como los vecinos han demandado ya al Ayuntamiento que tome cartas en el asunto para controlar y vigilar el cumplimiento de las normas en estas zonas, en las que ya se han detectado algunos excesos y abusos que denuncian ambas partes y que podrían repetirse durante esta Semana Santa . En un comunicado conjunto de la patronal sectorial Hostecor y el Consejo del Movimiento Ciudadano , ambas partes reclamaban ya la convocatoria de la Mesa de Veladores para saber, entre otras cuestiones, «cuántos veladores han sido solicitados y autorizados este año, qué ampliaciones se han contemplado y qué problemas se han podido suscitar».

La relajación de las normas

Durante la pandemia la Gerencia de Urbanismo de Córdoba relajó sus propias normas para dar un respiro a los negocios de hostelería, muy afectados por las medidas de contención del coronavirus. Se permitió, por ejemplo, ampliar el espacio destinado a los veladores para que el número de mesas y sillas siguiera siendo el mismo pero manteniendo más distancia; u ocupar zonas que antes estaban destinadas al tránsito peatonal y que en condiciones normales no estarían habilitadas para instalar terrazas. En estos puntos hubo acuerdo entre los empresarios y los vecinos.

El presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano, Juan Andrés de Gracia, considera que «hay una necesidad de usar mayor espacio por parte de la hostelería, de ampliarlo, así como una urgencia para poder sobrevivir. Eso lo entendemos y somos sensibles» a las necesidades del sector . Pero también hay, denuncia, una «falta de control municipal, que no se está desarrollando. Eso nos preocupa en toda la ciudad, pero especialmente en los lugares con más negocios».

Varias personas disfrutan del buen tiempo tomando una bebida VALERIO MERINO

De Gracia es consciente de que estamos en «momentos de mejor clima en que la gente sale a la calle», una situación que viene bien a los hosteleros y que también los vecinos agradecen. Pero, recuerda el portavoz, durante la pandemia se ha visto también que «hay momentos en que no se tiene en cuanto lo acordado».

La superación del límite

El Consejo del Movimiento Ciudadano aceptó una flexibilización de las normas para ayudar a garantizar la supervivencia de bares y restaurantes, pero dentro de un orden. Un año después, se han detectado situaciones que exceden ese límite. De Gracia cita, entre otras, la ocupación de pasos de peatones con mesas, los obstáculos para acceder a las viviendas, el uso y abuso incluso de carriles bici... «toda una serie de situaciones que por poner una mesa más están perjudicando a los vecinos», apunta De Gracia, que insiste en que «eso pasa en toda la ciudad».

Es un diagnóstico en el que coinciden en parte los empresarios. Francisco de la Torre, presidente de Hostecor , reconoce que hay propietarios de negocios que instalan veladores sin licencia, cosa que ya ocurría antes de la crisis. «Esto ha pasado siempre y desde Hostecor, conjuntamente con Urbanismo y con el Consejo del Movimiento Ciudadano , vamos a seguir luchando contra la competencia desleal».

En estos momentos la situación es «complicada», recuerda De la Torre, de modo que «si me ponen enfrente sin tener licencia dos veladores, me rompen el negocio». Más aun cuando ahora mismo existen muchas más facilidades para obtener una licencia de veladores o para ampliarla de forma automática. De la Torre se muestra contundente al respecto: «El que no haya querido ponerse al día, tendrá un problema, porque nos tendrá enfrente a nosotros, al Consejo del Movimiento Ciudadano y a Urbanismo . Todos estamos en esto».

Un camarero atiende una mesa en la avenida de Barcelona VALERIO MERINO

La pandemia ha supuesto el cierre intermitente, y en no pocos casos definitivo, de numerosos negocios de hostelería, al tiempo que han cambiado los hábitos de consumo de los clientes. Si antes de la crisis las terrazas y veladores eran importantes en Córdoba, como en cualquier ciudad con un clima parecido, ahora esos espacios abiertos pueden suponer la diferencia entre echar la persiana o al menos sobrevivir. Todo el mundo prefiere terraza, pero aquí no hay «café para todos», como indica De la Torre.

El espacio público que pueden usar bares , restaurantes y cafeterías está limitado, y hasta no hace mucho era también en Córdoba un campo de batalla entre vecinos y empresarios. Si los primeros defendían su derecho a vivir con tranquilidad en barrios y zonas ya saturados de mesas y terrazas, los segundos apelaban al beneficio económico para la ciudad y a la creación de empleo. Todos tenían sus razones que dirimieron en lo que dio en llamarse la ‘guerra de los veladores’.

El final de la 'guerra'

Ahora la situación es muy diferente y todos están de acuerdo con remar del mismo lado. Juan Andrés de Gracia sostiene que «lo que hace falta es clarificar las normas y junto con el sector controlar los excesos, que no son por malas voluntades». Y esto, mantiene, sólo «se hace desde el diálogo con el sector, hablando con los que son legales; vamos a seguir trabajando conjuntamente, porque es la solución. Creemos que hay buena sintonía».

Jóvenes en la calle de La Plata VALERIO MERINO

Por su parte, Francisco de la Torre reconoce que «por parte de los vecinos estamos teniendo mucho entendimiento». A ello ha contribuido el cese de la actividad nocturna debido a las restricciones, que hace que los barrios y zonas antes saturadas estén ahora mucho más tranquilas. «Cuando más se molesta a los vecinos es por la noche»y por eso esta situación «está ayudando a la convivencia» con los habitantes de los barrios afectados. De la Torre también tiene buenas palabras para el presidente de la Gerencia de Urbanismo, Salvador Fuentes, de quien dice que «desde el minuto uno entendió que la situación era complicada y nos permitió que pudiéramos ampliar los veladores».

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