Coronavirus Córdoba
Así viven los capellanes del Reina Sofia la crisis del coronavirus en el hospital de Córdoba
Los consejos y acciones espirituales han subido desde que comenzó la crisis sanitaria para los «médicos» del espíritu

Por un breve instante, algunos sanitarios del Hospital Reina Sofía de Córdoba han tenido que ejercer también como sacerdotes. Son casos muy puntuales, aquellos en los que un paciente ha solicitado la comunión y el capellán del hospital tenía prohibida la entrada a la sala por motivos sanitarios. De forma excepcional, la Iglesia permite en estos casos nombrar a un ministro extraordinario para facilitar la eucaristía a quien así lo solicita.
En el hospital Reina Sofía se atienden los problemas del cuerpo. Pero también, cuando es necesario, los del alma. Y por eso hay un servicio religioso de guardia las 24 horas del día, siete días a la semana, que está desbordado en esta época de crisis. Lo forman seis capellanes que se turnan para que siempre haya al menos uno en el centro sanitario. Entran a donde es necesario, equipados con todas las protecciones y siempre atendiendo a las órdenes del personal médico. Si no se puede entrar a una sala, no se puede. Y se buscan fórmulas alternativas.
Así lo explica Juan Diego Recio , uno de los capellanes del Reina Sofía, que agradece al personal sanitario por su labor, también cuando han tenido que ejercer como interrnediarios para facilitar la comunión. «Solo para estos casos se nombra a un ministro extraordinario. Los enfermeros han respondido muy bien y lo han hecho con la reverencia y la propiedad necesarias», asegura.
De hecho, el párroco ha visto cómo en esta época crecía el sentimiento religioso entre médicos y enfermeros, asomados cada día al abismo de la muerte . Recio ha visto «gente que al principio eran poco religiosos, pero que luego han cambiado de signo, y también al contrario». Y también enfermeros que le piden «padre, no se olvide de nosotros». El sacerdote lleva nueve años en el servicio religioso y ha visto pasar de todo. Ya se considera, afirma, «un trabajador más, no me siento desplazado ni distinto».
En esta época de crisis, Recio destaca que ha visto crecer el interés por las cuestiones espirituales tanto entre el personal sanitario como entre los pacientes y sus familias. Le formulan cuestiones y le piden consejos para «encontrar sentido a la vida y reconciliarse consigo mismos, y eso es de lo que más podemos ofrecer». Es un trabajo que tiene una gran parte de psicología . Por ejemplo, cita Recio, «un enfermero no se puede parar a escuchar a una persona que busca reconciliarse consigo mismo, pero el capellán sí tiene tiempo para eso».
Acciones espirituales
El capellán lleva la cuenta detallada sobre las intervenciones de carácter espiritual (sin contar los actos sacramentales) que ha realizado ya el equipo. Han sido 815 acciones desde que comenzó la crisis, sobre todo para «estar al lado del enfermo, de las familias y del personal sanitario». Entre los casos más dolorosos que han tenido que atender los párrocos está el de los familiares que no pueden visitar a un enfermo, y ni siquiera hablar con él, pero tampoco quieren estar lejos de su cama. En esos casos, la capilla del Reina Sofía supone un refugio. Un centenar de familiares de enfermos de Covid-19 le ha pedido consejo a alguno de los capellanes.
También entran a la «zona cero», pero «siempre preguntamos a los enfermeros si es posible o recomendable», declara el capellán. Los seis sacerdotes no tienen miedo por ellos mismos, sino por contagiar a los feligreses en sus parroquias, por lo que toman todas las medidas de precaución necesarias. Y recuerda Juan Diego Recio que los capellanes del Reina Sofía entran y salen a diario, porque «aquí no estamos como en el hospital del Ifema de Madrid, que siempre tiene un sacerdote dentro».
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