Coronavirus Córdoba

Sanitarios de Córdoba a pie de cama: «La crueldad del coronavirus es que un enfermo se te muera solo»

Cinco sanitarios del Hospital Reina Sofía y de centros de salud de Córdoba comparten con ABC sus vivencias en la primera línea de batalla con la pandemia del Covid-19

Dos médicos del centro de Atención Primaria de Lucano piden material de protección a través de YouTube ABC

Rafael A. Aguilar

HAY algo peor que la muerte. Es la muerte en soledad. «Esa es la crueldad de esta enfermedad, que las personas se nos están yendo sin la compañía de sus seres queridos. Es terrible». La reflexión la hace Juan Criado, un facultativo de 44 años que se emplea en el área de Medicina Interna del Hospital Universitario Reina Sofía , y uno de los cinco sanitarios del Servicio Andaluz de Salud ( SAS ) que han compartido con ABC su testimonio de la lucha en primera línea contra la pesadilla del coronavirus .

«Nuestro consuelo es que siempre hacemos todo lo que podemos, todo lo que está en nuestra mano»

«Lo más duro de estas semanas ha sido tener que comunicarles a las familias por teléfono, como me ha tocado en bastantes ocasiones, que su enfermo ingresado, al que llevaban días sin ver e iban a seguir sin verlo, estaba contagiado por el Covid-19 . No sabes la desinformación que hay, las preguntas que te hace la gente cuando le das la noticia, las incertidumbres que se le plantean», dice el doctor, que se pregunta a diario si en ese terreno, en el de la comunicación con las familias, ha actuado del modo correcto. «El consuelo es que hacemos siempre todo lo que podemos, todo lo que está en nuestra mano».

Un equipo de la UCI del Hospital Reina Sofía posa en una pausa del trabajo ABC

Criado es plenamente consciente de que forma parte de la fuerza de choque que le ve la cara la pandemia y que completan, como él precisa, los colegas de los departamentos de Neumología, Cuidados Intensivos y Urgencias del centro sanitario cordobés de referencia. En la trinchera le acompaña su mujer, otra intensivista del mismo servicio que él. «Tenemos dos hijas y, a diferencia de otros compañeros que han decidido separarse temporalmente para evitar contagios, nosotros hemos asumido que somos un ‘pack’, y que si se contagia uno nos contagiamos todos», explica.

«Creo que todo lo que estamos viviendo nos va unir, nos ha unido ya al menos a los compañeros, porque nos ha obligado a reorganizar el trabajo de acuerdo a las precauciones que hay que tomar; hemos tenido que formar sobre la marcha equipos Covid de entre diez y quince personas en los que la comunicación y la coordinación son determinantes. Todo esto nos enseña mucho», añade.

Un médico en autoaislamiento desde hace 15 días

José Antonio Prados está recibiendo también —y dando— una lección importante. «Llevo en autoaislamiento quince días: voy a trabajar al centro de salud, vuelvo a casa y me meto en una habitación independiente con un cuarto de baño que solo uso yo. No salgo de ella. Me dejan la comida en la puerta. Tengo que proteger a la familia».

Prados, de sesenta años recién cumplidos, tiene su plaza en el centro de Atención Primaria de Lucano y antes la tuvo en Levante Sur , en Sagunto, donde trabajaba Manuel Barragán , el médico de 63 años que falleció contagiado hace unas semanas . «Cuando yo me vine a Lucano, él se hizo cargo de mis pacientes», señala quien ha autorizado a este periódico a relatar sus impresiones con su nombre y sus apellidos. «Cuando Manolo falleció salimos a la calle todos los compañeros del centro de salud a recordarlo en silencio. Es todo una pena», recuerda.

Concentración de personal sanitario en memoria de Manuel Barragán, médico fallecido por Covid-19 ABC

José Antonio confiesa que en el último mes y pico ha visto cosas maravillosas. «La reacción de la población al confinamiento ha sido brutal, no hay más que fijarse en cómo está la calle, que veo casi desierta cuando voy y vengo del trabajo...». Al tiempo, defiende el papel de los médicos de familia en la crisis, «que además somos un grupo de riesgo profesional de contagio». Si la función que tienen los sanitarios hospitalarios en el abordaje del Covid-19 es fundamental, «la nuestra en los centros de salud es importantísima, porque nosotros tratamos al 85 por ciento de los enfermos de coronavirus, ya que solo el 15 por ciento restante necesita hospitalización».

María de la Paz Gutiérrez, facultativa con plaza en el centro de Atención Primaria del barrio del Guadalquivir , opina en el mismo sentido: «Nuestra función ha sido, es, estar al lado de los pacientes y en ver la trazabilidad de los casos positivos: con quién estuvo el enfermo, dónde pudo contagiarse, a quién ha podido contagiárselo él», suscribe. «Ahora nos tenemos que centrar en la contención de la epidemia para que no se colapse el escalón asistencial hospitalario: y ahí nosotros somos fundamentales para seguir el día a día de los pacientes, bien presencialmente o bien con llamadas telefónicas de control», agrega Gutiérrez.

El médico José Antonio Prados, en su centro de salud protegido por una máscara, guantes y una bata ABC

¿Y cómo es el día a día de un doctor en su consulta? «Ha habido una cohesión entre los equipos profesionales que no la habíamos visto hasta ahora, nos hemos vuelto todos más solidarios porque tenemos que enfrentarnos a algo desconocido: a un bicho que no sabemos cómo se trata ya que no hay evidencias científicas sobre el virus», indica José Antonio Prados, un medico valiente que no esconde una crítica razonada a las autoridades sanitarias.

«Pasamos miedo ante un bicho del que no hay evidencias científicas y porque creemos que las Administraciones han llegado tarde»

«He visto a compañeros ir a trabajar con miedo, yo mismo lo he sentido también. Los profesionales hemos tirado para adelante en unas circunstancias muy difíciles: el material para protegernos ha llegado tarde, ha habido veces que si no hubiera sido por los medios que hemos puesto nosotros o por ayuda de los vecinos, que son maravillosos, esto no hubiera funcionado», sostiene. Cita, por ejemplo, las mascarillas y las batas que les han confeccionado y cedido de un modo gratuito las casas de costura de los alrededores de San Pedro . «Nosotros hemos correspondido: en YouTube hemos colgado vídeos explicativos para compartir con nuestra comunidad de pacientes lo que sabemos del coronavirus», completa.

https://youtu.be/jLP_82QkEAo

S. en un enfermero de la UCI del Reina Sofía que no se sonroja si reconoce que también ha sentido la parálisis del miedo desde que el virus cambió la vida de todos. «Claro que vas al Hospital preocupado... Ya menos, porque las cosas han mejorado y después de mucho insistir hemos conseguido que los jefes pongan más medidas de control y de protección... Pero siempre que vuelves a casas te preguntas qué te has traído...», relata este profesional que prefiere que su testimonio aparezca en el periódico solo con la inicial de su nombre de pila.

«Los equipos de trabajo compartimos cada información sobre el virus que obtenemos en nuestro quehacer: la experiencia de tu compañero puede evitar tu contagio»

«Como los altos cargos tardaron en reaccionar, los sanitarios de Cuidados Intensivos no tuvimos más remedio que organizarnos entre nosotros, en parte para protegernos y en parte para darles a los pacientes la mejor asistencia posible. Ha sido muy bonito cómo los equipos de trabajo hemos compartido cada dato, cada evidencia sobre el coronavirus. Cada noticia nueva o cada información que un compañero obtuviera podía salvar del contagio al de al lado», subraya. S. ha sido uno de las decenas de componentes de la plantilla de la UCI del complejo sanitario cordobés que dirigió una carta a la Direccción-gerencia alertando de las condiciones de trabajo mejorables en la unidad, y que surtió efecto porque los responsables del centro redoblaron las medidas de aislamiento de los enfermos Covid-19 y los protocolos asistenciales.

«Hay cosas de esta crisis que creo que no voy a olvidar nunca. Como el mensaje que nos envió el primer paciente de coronavirus al que le dimos el alta», detalla el enfermero. En el whatsapp el enfermo recuperado decía los siguiente: «He ocupado la cama 73. Quiero deciros a todo el equipo que me atendió: MUCHAS GRACIAS POR SALVARME LA VIDA, CON VUESTRA GRAN PROFESIONALIDAD Y CON LA MEJOR DE LAS MEDICINAS, QUE SE LLAMA CARIÑO».

Mensaje enviado por el primer paciente curado de coronavirus al equipo de la UCI ABC

B. pertenece a la misma categoría profesional que S. Con treinta años casi justos lleva al menos seis en el equipo de quirófanos del Reina Sofía. «Las mascarillas y guantes que nos han dado han sido muy contados, insuficientes a veces. Como el material escasea lo tienen bajo llave. Los compañeros hemos compartido, sobre todo los primeros días, las máscaras que ha hecho el vecino de uno o las batas que ha cosido la madre de otro. Lo que llevamos peor es que no nos hagan test ni siquiera si en nuestro grupo quirúrgico ha habido un positivo. Y con toda esa inquietud tienes que volver a casa después de doce horas de trabajo: llego, veo a mis niñas y ni siquiera puedo abrazarlas... Es duro». Para superar el trance B. y sus compañeros hacen terapias de grupo, hablan de lo que les está pasando, de cómo les ha cambiado la vida. Para que a la desgracia del virus no se le sume la ofensa de la soledad.

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