Coronavirus en Córdoba
Ruta por los autobuses que llevan al campo de batalla del coronavirus en Córdoba
La línea 2 de Aucorsa al Hospital Reina Sofía es una de las pocas que aún conserva algo de actividad
Desde fuera, el Hospital Reina Sofía de Córdoba no parece acusar la crisis del coronavirus. Los alrededores están tranquilos y se aprecia, en general, menos movimiento que un día cualquiera antes de la llegada del Covid-19. La mayor diferencia es la presencia constante de mascarillas y guantes entre quienes entran y salen del hospital. Se nota, también, la escasa afluencia a las paradas de autobús de Aucorsa en la ciudad sanitaria. Apenas una o dos personas esperan en cada una de ellas.
La empresa municipal de transporte público fue de las primeras en adoptar medidas , tanto para sus trabajadores como para los viajeros, en la lucha contra el coronavirus. Los viajes son gratuitos , los autobuses se desinfectan varias veces al día , hay una distancia de seguridad entre el conductor y los pasajeros... Todas las líneas de Aucorsa siguen haciendo sus recorridos con normalidad, pero con una caída de pasajeros que uno de sus chóferes cifra entre el 80 y el 90 por ciento , puede que más. Las únicas que tienen algo más de tránsito, aun siendo escaso, son las que conducen hasta el Hospital Reina Sofía.
Como la ruta 2 , que transita entre Fátima y el Reina Sofía y recorre la ciudad de este a oeste. Juan Antonio, conductor de Aucorsa con más de 20 años de experiencia, confiesa que «los vivos no nos hemos visto nunca en otra parecida» . Se refiere a una situación que ha dejado las calles y los autobuses públicos vacíos, aunque «hay líneas que están más fuertes», como la 6 que conecta el Centro con el Barrio Guadalquivir. «Esa tiene bastante movimiento según me dicen los compañeros», relata José Antonio, que alterna diferentes recorridos cada día. Asegura que «todo está funcionando muy bien» aunque hay pasajeros que se extrañan de que no sea necesario pagar el billete en estos días.
Testimonios
Eso es lo que le ocurre al joven Miguel, un estudiante de FP de Informática que acude al R eina Sofía para visitar a su madre , que debe pasar revisiones periódicas por una pierna rota; ese tipo de consultas son necesarias y se siguen prestando con normalidad. Así sale de un encierro obligatorio en el que, asegura, «estoy bastante jodido porque tenemos más tareas que si estuviéramos en clase». Los escasos pasajeros de la Línea 2 se ríen con él.
En situación parecida está Rafi , una mujer que vive en Fátima y que acude al hospital desde el pasado sábado para vigilar a su padre , convaleciente de dos ictus . Durante los dos primeros días «ni siquiera nos dejaron verlo» por miedo al contagio, «pero después sí». Rafi ni siquiera porta mascarilla pese a venir de una zona «de riesgo». «En el hospital no nos han dicho que tengamos que tomar precauciones especiales, aunque es de suponer que son necesarias», dice mientras vuelve a casa para descansar.