Coronavirus Córdoba

La respuesta de los hosteleros de Córdoba a las medidas del Gobierno y el Ayuntamiento

Los responsables de bares, restaurantes y cafeterías cordobeses están entre el alivio de volver y la inviable apertura

Imagen del Gran Bar de las Tendillas mientras preparan sillas y mesas Álvaro Carmona

Javier Gómez

El sector de la hostelería vive todavía con precaución el próximo paso. Córdoba , a la espera de la confirmación oficial, entrará el lunes en la fase 1 de la desescalada , lo que permitirá a los bares, restaurantes y cafeterías abrir a la mitad de su capacidad pero sólo en las terrazas externas de sus locales, según la normativa estatal. El Ayuntamiento de Córdoba ha hecho un esfuerzo para que pueden disponer del máximo espacio posible en suelo público para mantener el mayor número de mesas posibles sin romper la regla mágica de la distancia social. Además ha prohibido el uso de barriles y mesas altas. ¿Cómo han tomado los hosteleros de Córdoba estas medidas? ABC ha sondeado la opinión de una docena de ellos, que se encuentran con sensaciones contrapuestas: desde el alivio de permitirle más margen para los ingresos con la apertura de zonas exteriores hasta los que todavía ven inviable la apertura para hacer rentable levantar la persiana y decir adiós a los ERTE por fuerza mayor.

La hostelería ha sido, sin duda alguna, uno de los sectores más golpeados por el confinamiento provocado por el estado de alarma durante casi dos meses, desde el pasado 14 de marzo. Ahora ven la posible reapertura con muchas dudas. Para empezar, muchos locales del canal Horeca todavía no tienen siquiera la posibilidad de poner en marcha sus negocios. Es el caso de centenares de locales que no disponen de terrazas, veladores o patios para su uso. Rafael Carrillo , de El Churrasco , es un claro ejemplo. Su restaurante, uno de los más populares de la ciudad, no tiene terrazas, por lo que confirma que seguirá «cerrado» y «a a la espera» de la fase en la que «podamos abrir el 50 por ciento en el interior y en el exterior». Para él, «ahora mismo no es viable abrir y donde menos se pierde es estando cerrados por el momento».

En la misma línea se pronuncia Narciso López , de La Cuchara de San Lorenzo , que abre un nuevo escenario. A su juicio, «creo que sería necesario hacer test masivos » como se ha hecho en otras profesiones antes de la reincorporación porque «lo importante es la seguridad de tu equipo y de los clientes». Tampoco Terra Olea , de Paco Villar , saldrá el lunes a la calle. Con estas medidas, «no es rentable que abra para sólo dos mesas», censura. Tampoco La Fabbrica , que ya tiene reparto a domicilio y recoger, usará las mesas. «No podemos tener para tres mesas exteriores una personas más sólo para limpiar», apunta Aldo Cabrera , ya que entiende que «ahora parece que más que a un bar iremos a un laboratorio».

Los que abren

Los que abren lo hacen en muchos casos con algunas incógnitas. Como única tabla de salvación porque las medidas impuestas por Gobierno y Ayuntamiento limitan muchos sus opciones. Ya señaló David Carrillo, de Cocina 33 , que «no podemos estar 50 días sin generar ingresos», por eso decidió abrir para recoger y ahora «usaré cuatro mesas fuera».

Rafael López , propietario de la taberna El Pisto , lamenta que el Consistorio no les permita el usar barriles. «No sé por qué», se pregunta retóricamente. Para él, «creo que incluso, para nosotros y para el cliente, es más cómodo y fácil de higienizar: ahí no hay que limpiar sillas». Además, señala que espacios «muy limitados» como en la plaza de San Miguel por la cercanía de otros negocios sería fundamentales contar con ellos. Arranca el lunes, pero con las dudas de «cómo vamos a subsistir».

Rafael Gómez , de los populares perritos Lucas , seguirá vendiendo a domicilio y para recoger, pero «no podremos usar la mesa que superponemos al bar» por las restricciones, aunque «entiendo que sea así, porque ahí no se pueden guardar las distancias de seguridad social», explica. También tira de optimismo Ignacio Pérez, de El Pego . Comprende las medidas. «Tenemos mesas altas, pero no las vamos a usar porque hay que ir poco a poco», apunta. Del Antojito , Rafael Delgado insiste en que «mejor empezar que seguir cerrados», aunque no podrá usar «dos ventanales».

Siempre hay mensajes de optimismo pese a las medidas del Gobierno y Ayuntamiento . «Estamos contentos porque, en nuestro caso, podemos pedir permiso al Consistorio para tener más espacio en la terraza» y mantener su media docena de mesas, apunta Miguel Cabezas , de Casa Rubio y Pepe de la Judería . Daniel Martínez , de Restobar Montevideo , es la alegría: «Tenemos una terraza amplia y propia, lo que nos da muchas opciones». Unos y otros lamentan que «me da pena ver el negocio cuando entro con lo que era», como sentencia Cabrera. Mientras, Antonio López , de Tellus , feliz por volver a la actividad, concluye que «en mi opinión, podíamos pasar en Córdoba una fase más porque estamos en una buena situación» sanitaria.

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