Coronavirus Córdoba
La repesca de la vacunación en Córdoba: «Pasé el Covid en marzo, y con la primera dosis ya respiro»
Salud programa este viernes la protección de 800 personas sin cita en el pabellón de Vista Alegre
La quinta ola se diluye en Córdoba con una caída de los contagios y el aumento del ritmo de vacunación
David tuvo elegir: o la salud o su pasión, y optó por su pasión, que es la vela ligera. «Me tocaba la segunda dosis de la vacuna a comienzos de agosto ... y me coincidía con la regata para la que había estado preparándome todo el año. Me dije que si tenía cuidado el riesgo era asumible», explica el joven, de 17 años , en una de las puertas laterales del pabellón de Vista Alegre , adonde ha acudido en la mañana de este viernes, 3 de septiembre de 2021, a ponerse el inyectable que le quedaba para completar la protección contra el coronavirus .
El chico ha ido sin que esté citado por la Consejería de Salud y Familias, porque no era necesario. «Al principio de la mañana ha venido bastante gente, pero la cosa se ha relajado con el pasar de las horas. Tenemos preparadas ochocientas dosis de Pfizer para personas que acudan al pabellón», declara a ABC uno de los sanitarios encargados del dispositivo.
David se mira el pinchazo , dibuja un leve gesto de molestia en la cara y se va hacia su bicicleta para desengancharla de la señal de tráfico a la que ha tiene asida: «Esta tarde tiro de nuevo al Puerto de Santa María: mi club ha organizado una regatita por el bahía y espero estar a la altura. Y sobre todo ya iré más tranquilo sobre el contagio», sonríe el chaval.
El citado trabajador del Servicio Andaluz de Salud (SAS) apunta que la mayoría de las personas que acuden este viernes a las instalaciones deportivas cercanas al Parque Cruz Conde han padecido el Covid . «El protocolo ha cambiado: antes había que esperar seis meses para que te pusieran la vacuna, ahora el plazo ha bajado a cuatro semanas», puntualiza.
Mar M. se encuentra en esta situación. «Tengo cincuenta y dos años y lo cogimos, en marzo , mi marido y yo: creo que quien se contagió primero fue él. Por fortuna lo pasamos sin problemas, casi asintomáticos. Pero el miedo a que te pase algo no te lo quita nadie. Es una angustia. Con esta primera dosis ya respiro», resume la mujer, que se marcha a casa con el paso calmado.