Coronavirus en Córdoba
Optimismo, disciplina y actividad: así se han enfrentado los mayores al Covid-19 en Córdoba
Un estudio de la Fundación La Caixa destaca su «resiliencia» en el confinamiento
Fuertes, optimistas , con capacidad para distinguir las auténticas noticias relevantes de la desinformación y recursos emocionales y psicológicos para hacer frente al miedo y al confinamiento . Por emplear una palabra de estos tiempos, muchas de las personas mayores de la provincia de Córdoba han sido resilientes : se han adaptado a la situación y han salido fuertes de ella.
La crisis del coronavirus, al menos de la parte que obligó a todo el mundo a encerrarse, ha terminado, y el programa de Personas Mayores de la Fundación La Caixa ha elaborado un informe en el que destaca las muchas fortalezas que las personas que participan en mostrado en la lucha para evitar el contagio del Covid-19 .
Rocío Vera , delegada del programa de Personas Mayores de la Fundación La Caixa en Andalucía avanza que las conclusiones del estudio con todos los que han participado es que «las personas que tienen más recursos personales tienen más herramientas para afrontar la situación de confinamiento y lo que ha supuesto».
Los recursos a los que se refiere son capacidades psicológicas y personales, esas que usan de forma diaria y que han sido necesarias en la época en que no se ha podido salir de casa y cuando se multiplicaban las malas noticias de contagios y muertes. «Es la capacidad de ser una persona agradecida, activa, con fortalezas psicológicas. Con mucho tesón , con mucha capacidad, muy resilientes y muy activas», explica Rocío Vera.
Isabel Aguilar: «Pasé el coronavirus; tengo una casa grande, con dos patios y flores, y aguanté la soledad»
Los datos del estudio se extraen de las actividades del programa de La Caixa, que en Córdoba llega a siete centros con los que hay firmado un convenio. En el primer semestre de este año, afirma la delegada, se han hecho 42 actividades que han llegado a 3.800 personas. Son unas cifras marcadas por el coronavirus, ya que el año pasado, con las circunstancias normales, las actividades fueron 125 y de ellas se beneficiaron unas 10.000 personas.
De la soledad y del coronavirus cuando uno está en el grupo de riesgo de las personas mayores puede hablar de primera mano Isabel Aguilar . Tiene 86 años, vive en Puente Genil y tuvo que pasar sola el coronavirus. O eso parecía, ya que ni siquiera le pudieron hacer la prueba y su médico y su enfermera le atendían de forma constante, pero con el procedimiento de las llamadas.
«Me decían que no fuera al hospital , que aguantara todo lo que pudiera», relata. Tampoco podían ir ninguno de sus dos hijos, que normalmente se turnan para dormir con ella y que no pase la noche sola. Pero en ese tiempo, con la sospechosa de que tenía la enfermedad, no era lo más prudente.
¿Fue duro? No especialmente, aunque se notara enferma. «Fueron cuatro días los que pasé peor. A partir de ahí me recuperé un poco, ya me levantaba, tomaba un poquito de caldo o algo, ya me veía el cuerpo mejor. Tuve algo de fiebre , pero es que yo no soy de tener demasiada», cuenta sobre los días de mayo, todavía en pleno confinamiento por la pandemia, que tuvo que pasar en soledad.
Como tantas personas mayores, pasó tres meses sin apenas salir a la calle, pero de ahí salieron también las fortalezas de las que habla el estudio. En su caso fue volcarse en su casa. «Soy más bien casera, tengo una casa grande , con dos patios, mis flores , y me entretenía bien sola», afirma. Todo lo vivía sin olvidar el miedo, porque, como todo el mundo, estaba pendiente de las noticias y lo que contaban era de todo menos tranquilizador. Por eso reconoce que muchas veces incluso apagaba la televisión , del miedo que le causaba hablar de la propagación de la enfermedad y de los miles de muertos que se informaban una semana detrás de otra.
Rocío Vera: «Han demostrado capacidad de ser personas agradecidas, activas y con muchas fortalezas psicológicas»
Incluso en lo que se ha visto han sido capaces también de pensar en las siguientes generaciones . «Asumen que las personas mayores se van en algún momento, y que eso es ley de vida, pero también les preocupaba el mundo que iban a dejar a sus hijos , a sus nietos y a las personas jóvenes», asegura Rocío Vera, que recalca que todos saben que lo que ahora vendrá es una situación económica muy complicada.
Para eso han utilizado las herramientas de la actividad y la disciplina. Por eso Rocío Vera, que agradece la colaboración de los directores de los centros de mayores y de la administración. insiste en que «son personas con sus rutinas, se han mantenido activas, no se han saturado de información o de noticias para no caer en la tristeza o desinformación, de las redes sociales. Muchos de ellos han evitado saturarse de información».
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