Coronavirus Córdoba

Las oenegés de Córdoba duplican sus planes de ayudas en dos meses y lanzan un SOS

El Banco de Alimentos avisa de que no podrá repartir comida la próxima semana si no recibe donaciones y Prolibertas teme una nueva avalancha

Reparto de comida en la Casa Libertad de Prolibertas, en Sagunto VALERIO MERINO

Rafael A. Aguilar

DESBORDADAS ante un aluvión de peticiones de ayuda sin precedentes y con serias dudas de que vayan a poder absorber durante mucho tiempo la demanda de los ciudadanos que más han sufrido el azote económico de la crisis del coronavirus. Así están las principales organizaciones sociales de Córdoba , que llevan dos meses y medio, desde el inicio del estado de alarma por coronavirus , sometidas a una actividad que nunca habían conocido.

Una frase del presidente del Banco de Alimentos «Medina Azahara» , Carlos Eslava, lo dice todo: «O recibimos donaciones de forma urgente o la semana que viene nos quedaremos sin existencias para repartir a la población necesitada. Esto nunca nos había pasado». Esta entidad sin ánimo de lucro, como buena parte de las que operan en la provincia, ha vivido semanas de locura. «Durante el primer trimestre de 2020 repartimos del orden de 205.000 kilos de alimentos cada mes, y en abril y mayo hemos repartido el doble, 405.000 kilos cada uno de los meses», indica el máximo responsable del Banco de Alimentos .

Carlos Eslava (Banco de Alimentos): «Nos vamos a quedar sin existencias. La situación es muy seria. Es dramático. Nunca nos había pasado»

«Señores y señoras de las autoridades: necesitamos ayuda ya. La situación es muy seria», clama Eslava, que arma sus argumentos con datos de peso. Por ejemplo: entre enero y el cierre de mayo de 2019 la organización que preside dio comida a 25.600 personas en toda la provincia, y en el mismo periodo del año en curso esa cifra ha subido a 50.000. Al doble casi justo.

«Es dramático, porque la única manera que tenemos de descongestionar el proceso de entrega de los alimentos que compramos con fondos propios o de donaciones de particulares, de asegurarnos de que llegan a todas las personas que lo necesitan, es inscribir a los demandantes en la bolsa de alimentos que nos financia la Unión Europea , pero para eso tiene que intervenir un trabajador social del ayuntamiento en el que resida la persona que nos pide comida, y los trabajadores sociales no dan a basto», informa Eslava. Y apunta otro dato que figura ya en el libro de récords de la entidad que preside: en dos meses y medio ha gastado 400.000 euros en la compra de alimentos, una cantidad nunca conocida en un periodo tan breve.

Cajas con comida en el Banco de Alimentos «Medina Azahara» VALERIO MERINO

Pero a pesar de las dificultades, Carlos Eslava se muestra satisfecho con la labor que han realizado desde que arrancó el estado de alarma. «Hemos estado apagando fuegos desde primera hora, como quien dice, solventando las necesidades que nos han surgido en cada momento, algunos de los cuales han sido muy complicados dado el confinamiento inicial», resume.

El comedor Prolibertas , dependiente de la orden trinitaria y con su sede central junto al colegio de la institución religiosa junto a la Ronda del Marrubial , también inscribirá los meses de marzo, abril y mayo de 2020 en su libro de hechos nunca vistos. Y sufridos. Las cifras de actividad no dejan lugar a dudas: en los cuatro primeros meses de 2019 esta entidad dispensó 6.985 almuerzos y cenas, y en le mismo cuatri mestre de 2020 el número se elevó a 9.105, un 30 por ciento más. «Y seguro que la diferencia será superior cuando cerremos los datos de mayo», precisa el director de Prolibertas , Eduardo García.

La sede central de Prolibertas está cerrada desde que comenzó la crisis y la actividad se ha trasladado a la Casa Libertad , en Sagunto, que es el centro de día que también gestiona Prolibertas. En el patio de ese recinto la organización reparte de media al día y desde el inicio del estado de alarma unos 115 paquetes de consumo individual que incluyen almuerzo y cena. El servicio de dispensación de comida se completa con la atención personalizada a 19 familias, a las que la entidad trinitaria entrega un lote de alimentos no perecederos y frescos cada semana. «Sí, muchas de las personas que llaman a nuestra puerta no lo habían hecho nunca. Se han visto de pronto sin recursos económicos», apostilla Eduardo García.

Eduardo García (Prolibertas): «¿Cómo vamos a atender a la personas que están en el Colegio Séneca cuando ese recurso deje de funcionar?»

La desescalada en marcha ha permitido a Prolibertas retomar poco a poco la normalidad a pesar de que la demanda a la que hace frente no tiene precedentes en su historia. «Hace tres semanas que funciona ya el servicio de ropero, que lo habíamos cerrado, al igual que ha ocurrido con el de ducha, que funciona tres veces a la semana, así como con el de servicio de asistencia familiar programada», suscribe García, temeroso de que el pase de la Fase 3 el próximo lunes y, sobre todo, la suspensión en breve del servicio de pernocta y de alimentación para personas sin hogar en el Colegio Mayor Séneca —que ha gestionado el Ayuntamiento en los dos últimos meses— someta a más presión a Prolibertas. «¿Qué va a pasar con los beneficiarios del Séneca cuando cierre? Vendrán a nuestra casa, por lo que nos pondremos en unas 170 atenciones de comida al día», se barrunta el director del órgano benefactor trinitario.

Prolibertas se prepara ya para la avalancha y ha ideado un sistema de asistencia mixto: entregará paquetes de comida a quienes tengan un techo donde llevársela a la boca y habilitará un comedor provisional y con las medidas de distancia social requeridas en la Casa Libertad para quien viva al raso. Para responder al reto, Prolibertas ha empezado a incorporar a los diez voluntarios que dejaron de colaborar al inicio del estado de alarma, y que se suman a los once trabajadores contratados de la entidad.

El caso de Cáritas y Cruz Roja

Dos organizaciones sociales más lo han dado todo en los últimos dos meses y medio. Cruz Roja Española ha atendido a más de 23.000 personas atendidas gracias al apoyo de mil voluntarios integradas en el plan « Cruz Roja Responde », que ha supuesto la mayor movilización de recursos, capacidades y personas de la institución en su historia. «La experiencia en circunstancias pasadas, como la crisis de 2008, indica que la recuperación de esta emergencia social puede conllevar años, obligando a poner en marcha un nuevo plan de acción», indica Cruz Roja.

Varias personas esperan a recibir alimentos en la Cruz Roja VALERIO MERINO

Cáritas , por su parte, ha triplicado sus ayudas básicas, y la alimentación ha sido lo más demandado. «El reparto de alimentos se ha hecho a través de menús, unos 2.600 semanales, con cheques para supermercados y con las bolsas de alimentos y productos de higiene. El resto de programas que tenemos en marcha ha funcionado al cien por cien de su capacidad», asevera el director de la división solidaria de la Iglesia en Córdoba , Salvador Ruiz. El centro de operaciones de la distribución de comida de Cáritas ha sido la Escuela-Restaurante Tabgha , situada desde hace un año entre San Nicolás y San Felipe y que la entidad puso en marcha como instrumento de promoción laboral. Este servicio de comida a domicilio no existía antes del estallido de la crisis del coronavirus, y ahora se ha activado en coordinación con el Ayuntamiento de Córdoba.

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