Coronavirus en Córdoba

Los nuevos «califas» de Córdoba: «Medina Azahara es prácticamente sólo para nosotros. Es increíble»

La jornada de reapertura del yacimiento dejó muy pocas visitas

Turistas, ayer recorriendo Medina Azahara VALERIO MERINO

Baltasar López

Son las doce del mediodía del primer día de reapertura de Medina Azahara [el 24 de junio], que ha permanecido tres meses cerrada por la crisis del coronavirus, y Sara Vasco y Daniel Martínez , una pareja de jóvene s turistas jiennenses , se pueden hacer la ilusión de que son los califas dueños de la ciudad palatina, porque la tienen casi para ellos solos.

Llegaron el lunes a Córdoba y ayer era su último día aquí. Son de aquellos que no tienen miedo a viajar por el covid-19. «Tomando medidas apropiadas, se puede hacer turismo perfectamente», aseguran. Es la primera vez que disfrutan del yacimiento y confiesan que es «impresionante» .

Y luego señalan que es « prácticamente sólo para nosotros . Es increíble . Ésta es una buena oportunidad de verlo». Antes de iniciar el viaje, consultaron en Jaén si Medina Azahara estaría abierta durante su viaje, pero aún no había fecha de reapertura. Cuando ya estaban en Córdoba, «de casualidad preguntamos ayer [por el martes] y nos comentaron que abría este miércoles y dijimos:“Vaya, vamos de cabeza”».

Guías turísticos

Pasan unos minutos hasta que el leve goteo de visitas permite ver a otras dos personas, aunque lo suyo vaya a ser un paseo de trabajo. Porque Azahara Pérez de la Concha y Rafael Morales son dos guías turísticos de la capital que han acudido al yacimiento para « ver qué han puesto , el nuevo recorrido o las medidas adoptadas, para prepararnos para cuando esto empiece otra vez a funcionar del todo».

Andan dándole vueltas al hecho de que, cuando vuelvan a guiar grupos por la ciudad palatina, deberán afrontar situaciones como llevar mascarilla mientras dan explicaciones y con altas temperaturas. « Con el calor, hablando, andando y con la mascarilla, vamos a necesitar una bomba de oxígeno », explican. Los guías turísticos han sido un colectivo vapuleado por esta crisis económica. «Esto ha sido la ruina total. Y empezó en la temporada alta, que se ha quedado en nada. Teníamos trabajo para subsistir en temporada baja y nos dio fuerte», aseguran, antes de iniciar su prácticamente solitario caminar por Medina Azahara.

Lo de solitario no es una metáfora. Basta escuchar a Inmaculada Mesa, trabajadora desde hace tres años del yacimiento y que ayer se ocupaba del control del acceso. Pasados unos minutos de las doce, señala que «han entrado 27 personas». «Son muy pocas» respecto a los que habría si el coronavirus no hubiera puesto el turismo patas arriba. « Normalmente a esta hora ya habrían venido los autobuses llenos », comenta. Inmaculada demuestra conocer bien Medina Azahara.

Lo normal un día de junio , según los datos oficiales de la Junta, es que por allí pasaran 523 personas (cifra de 2019). La ciudad palatina suma cuatro ejercicios con subida de quienes disfrutaron del yacimiento. El año pasado registró 285.672 visitantes. Son 9.946 más que en 2018 (+3,6%), ejercicio en el que su atractivo sufrió un auténtico boom al ser declarada Patrimonio de la Humanidad.

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