Coronavirus en Córdoba
Nervios, precauciones y nuevas normas en el comienzo de la Selectividad en Córdoba
Casi cinco mil alumnos comienzan las pruebas de acceso a la Universidad
El bullicio de estudiantes nerviosos está muy repartido en la Facultad de Medicina de la Universidad de Córdoba . Como todos los años, el centro acoge las Pruebas de Evaluación para el Acceso a la Universidad (Pevau), también conocida como Selectividad, pero este año es distinto: los alumnos están muy repartidos por todos los edificios y las normas de siempre, muy estrictas, se completan con las que este año buscan evitar el contagio del coronavirus .
Poco antes de las ocho de la mañana, los alumnos del instituto Zoco se dirigen al aula 18, en el módulo 3. «No hemos pasado buena noche, pero nos han dicho que este es el peor momento », comenta un grupo de alumnas que de vez en cuando miran sus apuntes y esquemas antes de comenzar con la prueba de Selectividad .
Los vigilantes y profesores les instan a no agruparse en un solo lugar y comienza la identificación . Después se les llama y se les coloca bastante separados. No es raro en los exámenes en cualquier otro momento, pero la separación es mayor. Hay flechas en el suelo para secar el camino de entrada y el de salida para garantizar la distancia social en lo posible. Todos van con mascarilla y se lavan las manos con gel hidroalcohólico antes de empezar.
Unos minutos antes se han leído las normas y se ha llegado a un acuerdo por el aire acondicionado . A la Universidad le ha preocupado que todos tuvieran este elemento para garantizar la comodidad en el aula. Las normas son parecidas a las de todos los años, con insistencia en evitar las marcas e identificaciones de unos exámenes que tienen necesariamente que ser anónimos.
Un rato antes, los profesores encargados del aula les invitan a acudir al baño. «De forma ordenada , porque no podemos aglomerarnos», recuerdan. Ocho de ellos bajan, pero con la instrucción expresa de que tienen que estar de vuelta antes de las 8.30. Mientras se repasan las instrucciones: «Tenéis folios de colores para escribir en sucio, y no se entregarán. No se puede cambiar de color, que será azul o negro».
En el aula contigua, más pequeña que la que reúne a los estudiantes, están los exámenes en un sobre cerrado. A la hora en punto prevista se les entregan y comienza la prueba con silencio absoluto . Los rictus de nervios están en parte tapados bajo las mascarillas y en unas fechas, casi la mitad de julio, en que en otros años los alumnos ya han estado preinscribiéndose en la Universidad. Este año es especial.
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