Nanda Casado, la enfermera con corazón de oro de Córdoba traicionada por el coronavirus

Nanda Casado Salinas llevaba la profesión sanitaria en las venas. A sus 62 años y con más de cuarenta de antigüedad en el sistema público de salud, esta enfermera perdió la vida el miércoles 20 de mayo de 2020 a los pocos días de incorporarse a su puesto de trabajo en el Centro de Especialidades Carlos Castilla del Pino tras una convalencencia por coronavirus .

La Organización Colegial Española de Enfermería aseguró ayer , por la mañana, en un comunicado que era la quinta profesional que fallecía por coronavirus en España . Sin embargo, por la tarde este colectivo matizaba su nota de prensa e indicaba que «parece ser que ha fallecido como consecuencia de las secuelas de la covid-19, pero aún le están haciendo la autopsia». «Parece que ha fallecido por un trombo y una de las secuelas del coronavirus es provocar trombos. Todo indica que su fallecimiento es por complicaciones derivadas de esta enfermedad . Sus familiares y compañeros lo dan por hecho», indicaron desde la Organización Colegial Española de Enfermería. En la Consejería de Salud, se indicó a ABC que no podía informar del caso sin consentimiento de la familia, aunque recordó que el citado colectivo profesional corrigió su información.

Las personas que han trabajado codo con codo con Casado Salinas destacan sin excepción su manera vocacional de entender su cometido, que en los últimos siete años era el de enfermera gestora de casos. «Lo que hacía Nanda era algo que a primera vista puede parecer simple pero que es muy difícil», señala un médico de su entorno que prefiere mantener el anonimato. «Su misión, que cumplía con mucha delicadeza, era la de coordinar la evolución de los pacientes complejos y crónicos en sus domicilios o en las instituciones sociosanitarias», recuerda este doctor. «Y ese trabajo no lo puedes hacer bien si no tienes un corazón como el que tenía ella», destaca.

Nanda había llegado a la rama de la enfermería en la que se ocupaba después de una amplia experiencia de más de tres décadas en primera línea de la salud pública. «Era la voz de la experiencia. Siempre tenía una palabra amable: sabía que a los compañeros, como a los pacientes, les puedes cambiar el día con una caricia, con una frase cariñosa», comenta una enfermera que trabajó a su lado hasta casi el último día.

Los mensajes de ánimo para la familia de la fallecida y el recuerdo a la labor que desempeñó durante cuarenta años llegaron ayer desde varios ámbitos. El Colegio Oficial de Enfermería de Córdoba, por ejemplo, expresó «su profundo dolor» tras la pérdida de su compañera, por la que los sanitarios de la ciudad guardaron ayer un minuto de silencio. Su presidente, Florentino Pérez Raya, destacó que «Nanda era el ejemplo constante de qué es ser enfermera. Siempre recordaremos su generosidad, la amabilidad con la que administraba sus cuidados y su entrega incondicional a su profesión y a sus pacientes».