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La Mezquita-Catedral de Córdoba, como nunca la habías visto antes

La página web del monumento ofrece otra forma de descubrir el complejo, su significado y la riqueza de su interior

Una turista en el interior de la Mezquita-Catedral, antes de su cierre Valerio Merino

Rocío Linares

Lo habitual, cuando se piensa en monumentos y joyas del Patrimonio , es visitarlos. Si pensamos en la Mezquita-Catedral de Córdoba , se antoja imprescindible pasear por su patio de los Naranjos, impregnarse de su inmensidad, dejarse cautivar por sus particulares arcadas, interminables. Pero este tesoro Patrimonio de la Humanidad se puede conocer de otra forma, como es probable que no se haya acercado antes: a través de su página web.

El portal del monumento es, más que un espacio de Internet , una importante herramienta que complementa la visita ya sea para prepararla previamente, como para enriquecerla en el momento. Y más aún, es una buena opción en estos tiempos de confinamiento en casa, en los que bien vale una visita virtual para recrearnos en nuestro patrimonio.

A nivel informativo, la web permite conocer tanto el edificio como al Cabildo Catedral , la institución y la labor que lleva a cabo. De manera didáctica, el usuario es guiado por una selección de recursos visuales y de herramientas intuitivas que permiten profundizar en diferentes aspectos, desde el punto de vista del edificio hasta la riqueza de sus muros y su simbología. Además, es un portal que se adapta al dispositivo desde el que se visita , ya sea ordenador, tableta o móvil.

La Mezquita , «un monumento cuya grandeza radica en ser la crónica de una larga historia: puede que ninguna otra obra de arquitectura pudiera contarnos lo que ha sido la historia de España » -en palabras del arquitecto Rafael Moneo- cobra vida en este portal. Descubrir el edificio lleva a profundizar en su evolución arquitectónica, desde el emplazamiento de la Basílica de San Vicente , de mediados del siglo VI hasta que la Mezquita fundacional que levantó Abderramán I , y luego fue recibiendo ampliaciones, acogió en su interior el crucero de la Catedral . Una línea del tiempo ubica a cada protagonista y su intervención en esta pieza en un momento de los siglos, dando lugar a diferentes capas históricas que se observan perfectamente en los detalles de su interior, según van señalando.

Siguiendo el recorrido, el portal profundiza en las capillas que recorren el perímetro del recinto y que representan el proceso de sacralización. Estos espacios contribuyen de forma particular a la riqueza del conjunto monumental, igual que las obras maestras que se pueden encontrar en la visita. La Catedral se convirtió en el centro más importante de creación plástica de la ciudad, fusionando arte y arquitectura al servicio de la fe y también de la belleza, lo que logra un resultado sobrecogedor.

«Córdoba tiene u n templo merecedor de toda clase de alabanzas en cuya vistísima hermosura de reanima el espíritu del que lo contempla», dijo Jerónimo Sánchez. Y esa contemplación, en persona, debe esperar, pero mientras, se puede iniciar en este portal.

La Mezquita-Catedral se adapta así a los nuevos tiempos, aunando su función principal y centenaria, la religiosa, con otros usos relacionados con su riqueza y su complejidad como monumento.

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