Coronavirus Córdoba

Joaquín Campos, el paciente cero de Covid-19 de Córdoba: «Me asfixio con dos pasos y mi memoria va y viene»

Yesero jubilado de Villarrubia, se curó de Covid pero desarrolló después de cáncer de tiroides del que se está tratando

Sanitarios y gestores recuerdan cómo la pandemia llegó a Córdoba hace justo un año

La carta de disculpa y agradecimiento de un médico de la UCI de Córdoba a los familiares de sus pacientes Covid

Joaquín Campos, con su perro en su casa de Villarrubia, este martes VALERIO MERINO
Rafael Aguilar

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Joaquín Campos fue noticia hace un año justo: el 10 de marzo de 2020 se convirtió en el primer paciente con un diagnóstico de coronavirus en Córdoba . Tenía 70 años y acababa de regresar de un viaje a Cataluña . Yesero jubilado y vecino de Villarrubia , empezó a sentirse mal a los dos o tres días de volver a casa.

«Tenía mal cuerpo y fiebre. Me preocupé porque no mejoraba, así que me fui con una de mis hijas al Reina Sofía », declara a ABC con una voz muy débil a causa de las secuelas que la enfermedad le ha dejado y de un problema oncológico que afloró cuando ya se había curado del Covid-19 .

«El día 10 empezaron a hacerme pruebas en el hospital y vieron que era coronavirus . No sabían qué ponerme, cómo tratarme. Llamaron a los especialistas de infecciosos para ver qué hacían conmigo. Me metieron en una habitación, aislado, una semana y media, hasta que me pasaron a la UCI , donde estuve diecisiete días entubado y boca abajo», recuerda este aficionado al baile de salón que, desde entonces, no ha podido dar ni un paso porque se cansa cuando lo intenta, igual que tampoco ha encontrado fuerzas para volver a correr. Tenía por costumbre hacerse ocho o diez kilómetros cada mañana.

A Joaquín le diagnosticaron coronavirus el 10 de marzo de 2020 al volver de un viaje de Cataluña VALERIO MERINO

En los primeros momentos de la hospitalización de Joaquín se dio una circunstancia dolorosa añadida a la patología por entonces casi desconocida que puso al mundo del revés. «Soy viudo y me llevó al Reina Sofía una de mis hijas. A pesar de los controles que había entró conmigo a Urgencias, no por malicia, sino porque simplemente ocurrió así. El caso es que ya no la dejaban salir, aunque estaba limpia de Covid . Supongo que sería por miedo a que contagiase, o por la falta de información que había en ese momento», reflexiona el vecino de la localidad periférica de Poniente .

Joaquín Campos: «Mi hija, sana, me llevó al Hospital y no la dejaron salir en diez días por miedo al conmtagio. Estuvimos aislados en una habitación»

De manera que la chica se pasó diez días, diez, encerrada en la misma habitación en la que aislaron a su padre. «Estábamos los dos solos, todo el día sin ver a nadie, sin hablar con nadie. Fue durísimo», indica Campos. Al cabo de una semana y media, los sanitarios dejaron que la mujer abandonara el centro sanitario, previa prueba de PCR , en la que resultó limpia. Para entonces, su padre había entrado en el limbo de la UCI .

José Barrientos fue el primer paciente en entrar en la UCI por coronavirus: el 14 de marzo de 2020 ABC

Antes que él causó alta en Cuidados Intensivos José Barrientos, de 62 años, y muy conocido entre los aficionados al deporte popular por ser uno de los fundadores del club de tenis de mesa Cajasur Priego . Si Campos pasará a la historia de la pandemia en Córdoba por ser el titular del primer diagnóstico Covid , Barrientos lo hará porque fue el enfermo con ese mismo cuadro al que los facultativos le prescribieron antes que a nadie un ingreso en UCI .

Al hombre, de 62 años y que compagina sus quehaceres del ‘ping-pong’ con un pequeño negocio de venta de productos de limpieza para instalaciones industriales, le dio un resfriado sobre mediados de enero de 2020 . «Nunca había estado con gripe desde los catorce años, y me extrañó mucho ponerme malo. Fui al centro de salud y me recetaron ibuprofeno y paracetamol. Se me pasó. Al mes y pico volví a tener fiebre y pensé que era otra vez el dichoso resfriado. Pero no. Era coronavirus », recuerda.

Ingresó en el Reina Sofía el 14 de marzo y el 15 estaba en la UCI , entubado desde entonces y hasta el día 22, en posición prono. «En todo ese tiempo estuve sin conciencia. A mi mujer , a la que le dijeron que se preparara para lo peor, le propusieron que firmase un papel para autorizar al personal sanitario a experimentar tratamientos conmigo. Lo firmó. Me pusieron cloroquina».

José Barrientos: «Mi hija me dijo en la puerta de la UCI que no dejara de luchar. Eso me salvó»

El precursor del club de tenis de mesa de la Subbética , vecino en la actualidad de la avenida de los Mozárabes , despertó con la misma frase en la cabeza con la que entró en un profundo sueño de días. «El día 17 de marzo había sido mi cumpleaños y mi hija, antes de que me entubaran, me había pedido que no me dejara vencer. Creo que hasta inconsciente esa frase retumbaba en mi cabeza, y que sobreviví en parte por eso», defiende quien perdió la movilidad del brazo izquierdo al permanecer tanto tiempo boca abajo y, al recibir el alta a finales de abril, tuvo que recurrir a un rehabilitador para recuperar músculo. Hoy asegura que no arrastra secuela alguna.

Ya quisiera afirmar lo mismo Joaquín Campos, que al poco de dejar el hospital del Parque Cruz Conde se notó un bulto en el cuello. « Cáncer de tiroides con derivaciones en los pulmones. Me estoy tratando desde hace meses, ya me han operado. He perdido mucho olfato y el gusto por la comida. Con dos pasos me asfixio, me falta el aire . Antes andaba mucho y ahora soy incapaz. No respiro bien, y además la memoria se me va y se me viene», se duele. 

El médico que ordenó el ingreso de este yesero jubilado que añora con amargura los tiempos en los que empleaba los ratos libres en dar clases de baile se llama José Manuel Vaquero y es el jefe de sección de hospitalización del servicio de Neumología del Reina Sofía .

Información confusa

«Fueron momentos duros, durísimos, porque la información de la que disponíamos era poca y confusa, porque no había un tratamiento fijado para el coronavirus. Al principio no nos quedó más remedio que probar con lo que teníamos a mano», relata el doctor . A la falta inicial de un protocolo claro para hacer frente a una amenaza que en pocos días se convirtió en una auténtica pesadilla se sumó el drama de la distancia social y de las medidas de protección a las que estaban, y están, obligados los profesionales, y que suponían en la práctica despojar al acto médico, o sanitario, de su fundamental componente humano .

«En la relación entre los pacientes y nosotros cuenta mucho que te reconozcan, que les des tranquilidad, que te miren y tú los mires, o que los toques. Pero parecíamos astronautas con nuestros monos y nuestras gafas protectoras. Los enfermos no sabían qué médico o qué enfermero les estaba atendiendo.Así es todo más difícil», resume el facultativo .

Natalia Pascual es neumóloga del Hospital Reina Sofía ABC

Natalia Pascual ha trabajado durante este año codo con codo con José Manuel Vaquero en el complejo sanitario cordobés de referencia. «Lo que ha marcado la diferencia de esta enfermedad ha sido la soledad del paciente, porque se tenía que enfrentar solo a un aislamiento en la habitación sin tener contacto con sus familiares nada más que a través de vídeo llamadas», apostilla la especialista, que es responsable de la Unidad de Ventilación Mecánica .

Ella recuerda un caso concreto de los muchos que la han emocionado en estos meses. «Uno de los enfermos, al despedirse del personal de nuestra unidad cuando se curó, les dijo a las enfermeras que no sabían lo importante que habían sido para él sus voces a través del interfono. A mí eso se me quedó grabado», recalca. «Los pacientes siempre son agradecidos, pero con el coronavirus esto se ha multiplicado: había algunos que nos daban las gracias al entrar nada más a nuestra planta, y agradecían las pequeñas cosas, sobre todo durante la primera ola ».

Natalia Pascual, neumóloga: «Ha sido dramático, pero gracias a ello hemos mejorado el trabajo en equipo»

La doctora está cree que el coronavirus ha hecho mejores a los profesionales sanitarios. «Todos hemos ido a una, fuera cual fuera la especialidad de la que se tratase. Todo el mundo ha colaborado. Es un sentimiento de unión el que surge. Ha sido dramático pero gracias a ello hemos mejorado en el trabajo en equipo y hemos podido conocer mejor a nuestros compañeros», concluye.

En esa piña que ha hecho el personal del Servicio Andaluz de Salud (SAS) para sacar adelante una situación muy difícil ha tenido mucho que ver la Atención Primaria . Cuando estalló la pandemia hace un año José Rumbao llevaba muy poco tiempo al frente de la Gerencia del Distrito Córdoba-Guadalquivir , y por lo tanto era el responsable de ese nivel asistencial en la capital y en varios municipios cercanos.

«En estas fechas de 2020 no sabíamos qué dimensión podía coger la enfermedad. Nos íbamos adaptando a las circunstancias en función de la información que nos llegaba, tomábamos decisiones sobre la marcha», comenta quien dejó el puesto el pasado agosto para incorporarse a su plaza de Pediatría en el Hospital Reina Sofía .

Jose Rumbao era gerente del Distrito Córdoba hace un año; dejó el cargo este verano VALERIO MERINO

«Ahora, mirándolo con distancia, he de decir que me siento orgulloso de los profesionales a los que me tocó coordinar, más de mil quinientos de unos treinta centros asistenciales», afirma Rumbao, que se enfrentaba entonces a la segunda crisis de Salud Pública en pocos meses: en el verano de 2019 tuvo un papel importante en la gestión sanitaria del brote de listeriosis dentro de la Consejería de Salud y Familias , a cuyo equipo directivo pertenecía en ese momento.

«En nuestro Distrito Sanitario hicimos dos cosas muy rápido que luego copiaron en otras partes de Andalucía , y fueron la puesta en marcha del ‘ autocovid ’ en Las Setas [junto al centro de especialidade s Carlos Castilla del Pino ] en la tercera semana de marzo, y la creación de circuitos diferenciados en los recintos de Atención Primaria para pacientes convencionales y para pacientes respiratorios. La respuesta del personal fue espectacular, así como el apoyo que recibimos de la Delegación de Salud en Córdoba », señala Rumbao .

José Rumbao: «En otras partes de Andalucía copiaron nuestro 'autocovid' y los circuitos diferenciados»

Otro de los retos que el Distrito se puso fue darle prioridad a la asistencia telefónica en los casos que no precisaran un contacto presencial con los enfermos, de manera que se evitaran en lo posible los contagios de coronavirus. «Salimos adelante gracias a la colaboración de todos, que no tenían horas en el día nada más que para echar una mano», suscribe el pediatra.

En el camino se han quedado amigos y compañeros. Lo sabe bien Rumbao , como también que hay historias de superación como las que han protagonizado desde hace justo un año el profesor de baile de Villarrubia y el fundador del club de tenis de mesa de Priego, que no ha olvidado las palabras con las que su hija le felicitó su cumpleaños en las puerta de la UCI . «Papá, nunca dejes de luchar».

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