Coronavirus Córdoba

El ingeniero de Córdoba que se adelantó a los planes de Apple y Google para combatir el virus

Un joven informático diseña una app para avisar a los usuarios si han estado cerca de un paciente con Covid-19

Carlos Morillo, primero por la izquierda, junto con trabajadores de su empresa ABC

Rafael Verdú

Isaac Newton y Gottfried Leibniz pugnaron en el siglo XVII durante décadas por la atribución de ser el primero en la formulación del cálculo infinitesimal , una herramienta matemática fundamental -incluye las integrales y derivadas- para el estudio moderno de la naturaleza. Está considerada como una de las mayores y más influyentes peleas científicas de la historia, pero ha habido otras muy sonadas, como el descubrimiento simultáneo del oxígeno, la diatriba entre corriente eléctrica alterna y continua o, en tiempos más cercanos, la carrera por llegar a la Luna . Siempre hubo un perdedor y un ganador, pero lo importante es que toda la sociedad en su conjunto se benefició de estas disputas. En la actualidad, dos colosos de la ciencia y la tecnología, Google y Apple , han optado por otra vía, la de la colaboración, para desarrollar una herramienta fundamental en la lucha contra el coronavirus: una app que permita discernir si una persona ha estado en algún momento cerca de un enfermo confirmado por Covid-19.

En las historias de duelistas a veces cabe un tercero. Ése es el caso de Carlos Morillo , un joven ingeniero informático de Puente Genil que ya ha desarrollado, junto con un reducido grupo de técnicos repartidos por todo el mundo, esa aplicación que anuncian Google y Apple. La app está lista, tiene nombre (Contact Tracer) y funciona, mucho antes de que los gigantes tecnológicos se hayan puesto manos a la obra. Otra cosa es que termine siendo la aplicación elegida por los gobiernos para avisar a sus ciudadanos de que han estado cerca de un paciente diagnosticado con coronavirus. Morillo no tiene perspectivas de que eso ocurra, ni tampoco ínfulas. «Yo no espero que el Gobierno me llame y me diga: hazlo tú . Ellos tendrán sus proveedores y nosotros somos muy pequeños, otros lo pueden hacer en cuatro días», asegura este joven dueño de una pyme de desarrollo informático, eHidra .

Aspecto de la App ABC

Morillo empezó a diseñar la app unos días antes de que se decretara el estado de alarma , junto con un antiguo compañero que ahora trabaja en el Reino Unido. Comenzaron eligiendo la tecnología para determinar los contactos entre personas y optaron por el sistema Bluetooth Low Energy , que consume poca batería, está disponible en una amplia gama de teléfonos -otras tecnologías son demasiado novedosas-, es barato y cómodo. Una vez que el usuario se descarga la app y anota su teléfono, se le asigna un número de identificación personal (ID). Luego, la app se encarga de todo. En ciclos de 30 segundos , envía esa ID hasta el alcance del dispositivo y al mismo tiempo rastrea en busca de otros contactos con la misma app instalada. Al tratarse de un dispositivo bluetooth, solo se registran usuarios hasta 3-4 metros, una distancia superior a la de seguridad para evitar el contagio por coronavirus pero no tan grande como para crear falsas alarmas.

Los datos de contactos de cada usuario de la app se encriptan y se envían a un servidor para determinar si han estado cerca de un positivo por Covid-19. Es aquí donde entran los gobiernos, ya que sólo las autoridades sanitarias tienen la información sobre la identidad de los pacientes. El encaje de ambas bases de datos es técnicamente factible, pero mucho más complejo desde el punto de vista legal. Si el sistema determina que alguien ha estado cerca de un contagiado, envía una alerta al usuario. Obviamente, no se informa de la identidad de los enfermos. El propósito es fomentar el autoaislamiento de personas que, a ciencia cierta, hayan estado cerca de un paciente confirmado.

Una app europea

Para que una app semejante sea efectiva, todo el mundo debería usar la misma. En caso contrario, las ID no coincidirían y sería como hablar en esperanto con una jirafa . De ahí la importancia de un acuerdo entre los gigantes informáticos Google y Apple, desarrolladores de sistemas operativos incompatibles entre sí - Android e ioS -. El ingeniero cordobés bromea al decir que es «la primera vez que se ponen de acuerdo en algo». El anuncio, recuerda Morillo, se hizo a principios de abril, cuando «Google y Apple dijeron que viendo la necesidad que hay van a trabajar juntos en una tecnología, que básicamente es esta» que ya ofrece una app desarrollada en Córdoba .

En el pequeño equipo de desarrolladores repartidos por todo el mundo hay, asegura Morillo, asesores de gobiernos como el de Italia e ingenieros de Francia, Reino Unido o EEUU. Todos están interesados en disponer de una aplicación parecida, pero cada uno hace la guerra por su cuenta. Singapur , explica el informático pontanés, fue el primer país en ponerla en marcha a finales de marzo, y anunció que liberaría el código del país -lo hizo esta semana-. Después, el proyecto camina hacia una iniciativa integrada para toda Europa, con todo el continente empleando la misma app, sea cual sea su desarrollador. Pero ahí queda el trabajo de este ingeniero cordobés y el resto de colaboradores voluntarios que se adelantaron a gobiernos y grandes compañías.

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