Coronavirus Córdoba
La hostelería de Córdoba cerró el año 2020 con un 34% más de parados
Más de 4.300 trabajadores engrosaron las listas de desempleo, un millar más ; en los alojamientos, el ejercicio de la pandemia deja un repunte del 25%

El Covid ha enfermado el mercado laboral de la capital, que antes ya tenía una salud frágil, pero en algunos sectores castiga más duro. Así lo reflejan los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) que muestran que la pandemia golpea especialmente a la hostelería y a los negocios de alojamiento con alza del paro (estos guarismos no reflejan los trabajadores en ERTE que abundan en ambas actividades)y descensos de la contratación superiores a la media de la ciudad de Córdoba.
Al cierre de 2020, los parados que buscaban empleo en bares o restaurantes eran 4.308. Son 1.084 más que al acabar 2019. Es decir, esta lacra socioeconómica experimentó en este colectivo un aumento de vértigo: 33,6%.
Son 11,4 puntos más de lo que creció el desempleo en la capital. Y el 22,2% de aumento que se dio en la ciudad ya fue una subida de por sí potente.
Tras estas cifras hay múltiples factores. Los negocios de hostelería primero estuvieron cerrados (de mediados de marzo a principios de mayo, con el confinamiento) y desde noviembre soportan una importante reducción de su horario, medida adoptada en la lucha para combatir la epidemia.
El aumento del desempleo, además, les resta clientes. A eso se unen los miles de cordobeses en ERTE (en la provincia al cierre de 2020 eran 8.738), cuya capacidad de consumo ha mermado. Por último, los bares y restaurantes que hacían parte de su caja —y era una porción importante en los establecimientos de la Judería— con los turistas, los han visto volatilizarse.
Y que crezca el paro entre cocineros o camareros es muy importante para el mercado laboral de la capital. Los 4.308 parados de la hostelería suponen casi 11 de cada 100 personas que buscan trabajo en Córdoba.
Esta lacra se disparó en marzo en este colectivo, cuando el virus irrumpió con fuerza en toda España . A mediados de ese mes, el Gobierno central cerró, entre otros negocios, bares y restaurantes tras declarar el estado de alarma. Marzo acabó con 4.347 desempleados en esta área de actividad. Fueron de golpe un millar más que en febrero. En 2020, su paro hizo techo en abril (siguió el confinamiento) con 4.497 inscritos en el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), lo que significaba un estirón interanual del 44%.
Tendencia descendente desde mayo
A partir de mayo (con el inicio de la desescalada), arrancó una tendencia descendente que, con altibajos, llevó a estos desempleados al cierre de octubre a los 4.283. Y en noviembre , con el aumento de las restricciones de la Junta, rebotaron a 4.487. En diciembre, ayudados por la Navidad —aunque la campaña de este año, no tuvo nada que ver con otras—, bajaron a los citados 4.308.
El segmento en el que más creció el paro en la hostelería fue el de los que tienen entre 20 y 24 años, los de menor experiencia laboral. Al acabar 2020 eran 393, un 99,5% más. Son 66 puntos más que la subida media registrada en esta área de actividad.
Otro síntoma de hasta qué punto ha infectado la recesión a este sector está en sus contratos. Firmó en todo el pasado año 15.082. Esa cifra arroja un desplome interanual del 59,3% al contabilizarse casi 22.000 menos. Esa bajada supera por enorme distancia al descenso de las vinculaciones laborales registrado en la capital (30,7%). Del hundimiento tiraron indefinidos (762 vinculaciones y retroceso del 52,8%) y temporales (14.320 y -59,6%).
Y en los negocios de alojamiento, el desempleo igualmente creció más que la media de la capital . Se elevó un 25,4%. Son 3,2 puntos más que el aumento en Córdoba. Ese alza dejó al acabar 2020 sus parados en 677 frente a 540 de 2019 . Esa evolución se explica por la caída histórica de visitantes provocada por el Covid. Entre otras restricciones que afectan a estos establecimientos, hay que indicar que Andalucía está cerrada a los viajeros desde finales de octubre —si sus fronteras estuvieran abiertas, con la epidemia castigando no se notaría demasiado—.
Aumento de las restricciones
Marzo, con la orden de que los alojamientos echaran también la persiana, fue el mes que disparó su desempleo : de 539 parados en febrero saltó a 704. En 30 días, sumó 165 más. La cifra se mantuvo en abril, cuando el desempleo interanual crecía un 46%. A partir de ahí, con la desescalada, su paro empezó a reducirse hasta llegar a 646 desempleados en agosto —en verano , las medidas se relajaron—. A partir de entonces, con el aumento de las restricciones, su número de parados inició un aumento, senda que se rompió muy levemente en diciembre .
En el caso de los desempleados que buscan empleo en hoteles, hostales o pensiones, el segmento que se llevó la peor parte fue el de quienes tienen entre 30 y 34 años. Entre ellos, esta lacra socioeconómica se disparó un 71% y pasaron de ser 52 a contabilizarse 89.
De la intensidad con la que se ceba la crisis en los negocios de alojamiento da buena cuenta su contratación en un año en el que las dos temporadas altas saltaron por los aires. En todo 2020 , formalizaron 2.757 vinculaciones laborales. Esa cifra es un 69,4% inferior a la de 2019 al rubricarse 6.267 contrataciones menos. El descenso en este sector dobla con creces al que sufrió la contratación en la capital (30,7%). Los retrocesos de impacto se dieron en indefinidos —sólo se firmaron 44, un 75,7% menos— y temporales —fueron 2.713, un 69% menos—.
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