Coronavirus Córdoba
Francisca, 92 años, en su lucha contra el virus en Córdoba: «Aprendí de mi madre el valor del tiempo»
La anciana de Montemayor colabora en la elaboración de mascarillas para aportar su grano de arena
![Francisca, elaborando mascarillas en su casa](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2020/04/18/s/francisca-jurado-mascarillas-kefF--1248x698@abc.jpg)
A sus 92 años Francisca Jurado no sabe estar «mano sobre mano como mujer de escribano» , dice enérgicamente recitado este refrán. Por eso está colaborando en la elaboración de mascarillas para responder a la llamada del Ayuntamiento de su localidad, Montemayor , «que quiere el alcalde que todos los habitantes del pueblo tengan mascarilla». Y se pone manos a la obra con su sobrina.
Es modesta con el papel que tiene en esta labor: «Corto las gomas, las fijo con alfileres para que después las pase por la máquina, también las meto en bolsas y les pongo las octavillas con las instrucciones para usarlas… pero esto no es nada, realmente las hace mi sobrina», insiste Francisca aunque no se le puede quitar mérito en la confección de las mascarillas , que se han convertido en objeto de primera necesidad en esta pandemia del coronavirus.
Los días de confinamiento están siendo llevaderos para esta señora, que admite que por su edad « tampoco andaba por ahí todo el día . En invierno salgo poco y cuando el tiempo empezó a mejorar por febrero, en los días buenos, me iba a dar un paseo antes de comer, cuando calienta el sol. Pero desde hace más de un mes ni me asomo a la puerta de la calle», relata.
«No quiero estar parada»
Además de participar en la iniciativa, que suma a unas 50 personas de Montemayor haciendo mascarillas, Francisca también hace punto, con el privilegio que tiene de conservar en buen estado la vista y el pulso. « No quiero estar parada , bueno, no sé estarlo. Esto lo aprendí de mi madre, el valor del tiempo, que es para aprovecharlo», cuenta haciendo mención a sus recuerdos.
Francisca se alegró mucho cuando supo que podía poner su granito de arena ante la situación tan difícil que está provocando la crisis sanitaria. Es una mujer que durante toda su vida ha estado implicada en numerosas obras de la Iglesia para ayudar a los más necesitados.
Y no se conforma con cortar gomas o empaquetar, sino que tiene en sus plegarias a los más vulnerables. «Ahora mismo el deseo que tengo es que el virus no llegue a las tierras de misiones , porque esas personas no tienen ni casas para refugiarse. Hacen sus vidas en la calle, les cuesta encontrar comida… Dios quiera que no les llegue esta situación porque acabaría con ellos », revela sobre las intenciones por las que ha ofrecido su rosario del día.
Francisca transmite esperanza con sus gestos y sus palabras. Nació en 1928 y ha visto guerra, crisis y pobreza, y ante el miedo y la incertidumbre piensa que «este tiempo que ahora tenemos es oro» para hacer cosas por los demás.
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