Coronavirus Córdoba
Estudiantes cordobeses ante la Selectividad | Estrés, incertidumbre y dificultades en tiempos del Covid-19
ABC habla con tres jóvenes que relatan su día a día confinadas y con la EVAU (Evaluación de Acceso a la Universidad) a la vuelta de la esquina
Incertidumbre, agobio y mucha preocupación. Es el sentir generalizado entre los estudiantes de segundo de bachillerato que se enfrentan este año a las pruebas de EVAU (antigua Selectividad) que, en principio, se celebrarán del 7 al 9 de julio. La pandemia del coronavirus ha confinado a los alumnos entre las cuatro paredes de sus casas, que se han transformado en «aulas» improvisadas . Las premura con la que el sistema educativo ha tenido que adaptarse a estas circunstancias excepcionales no ha estado exenta de dificultades a la hora de impartir las clases «on line». A ello se suma la realidad que cada estudiante tiene en casa.
«Jamás llegamos a imaginarnos que algo así pasaría. Incluso gastábamos bromas sin pensar que las clases se suspenderían», afirma María Borrás , alumna del instituto Blas Infante.
La semana anterior a la declaración del estado de alarma se adoptaron algunas medidas en el centro. «Nos dijeron que no compartiésemos el material, que no nos tocáramos la cara, y teníamos que lavarnos las manos antes y después del recreo. Casi de un día para otro nos informaron de que se cerraban el instituto », indica esta estudiante.
Desde entonces, da clase de 10.00 a 13.00 horas; algunas, por videoconferencia (seis horas a la semana), en concreto, de tres asignaturas: Matemáticas, Historia de España y Biología . A su parecer, «creo que algunos profesores están avanzando a un ritmo demasiado rápido , como si fuera de forma presencial, y es imposible, no estamos aprendiendo bien los conceptos», afirma.
Por ejemplo, en el caso de las Matemáticas, «estamos dando todo el bloque de integrales y resulta complicado de esta forma», a pesar de la buena disposición del profesorado que, según Borrás, se está esforzando mucho. «Además, ofrecieron a los alumnos que no tienen ordenadores disponer de los que exiten en el centro», apunta.
Las circunstancias personales de María hacen más complicadas sus jornadas de estudio. «Tengo hermanos pequeños de los que me tengo que ocupar, ya que mis padres trabajan. Es difícil concentrarse. Evidentemente, el ambiente de estudio».
En la misma línea se pronuncia María Quero. «No sabíamos que el confinamiento se iba a alargar tanto. Por eso, al principio nos lo tomamos de una forma más relajada. Ahora nos encontramos con que tenemos la mitad del horario lectivo , lo que resulta muy agobiante para llevar todo al día».
María tiene un hermano mayor que estudia para opositar; su padre trabaja fuera y su madre, está en casa. «Puedo organizarme bien para estudiar y das las clases. Aún así, las tareas están siendo excesivas . Los profesores intentan reforzar el temario para que estemos bien preparados, pero, claro, en estas circunstancias, estamos desbordados y no estamos asimilando bien los conocimientos. No contamos con las herramiendas y las capacidades necesarias», apunta esta alumna del Blas Infante.
Según María, «hay asignaturas que necesitan una explicación en la pizarra, un ritmo más lento, con ejemplos...Es más complicado aprender 'on line'». Y, a pesar de reconocer el trabajo de los docentes por tratar de organizar de la mejor manera las clases, y responder a las dudas que van surgiendo, «es todo más complicado».
Esta estudiante considera injusto que se diera un aprobado general , ni que se reduzca el temario, «porque cada instituto se organiza a su manera», aunque opina que «la EVAU debería aplazarla a septiembre porque si volvemos a finales de mayo o en julio, no vamos a tener tiempo suficiente».
Elena Serrano, otra compañera que cursa segundo de Bachillerato de Ciencias, se muestra más relajada. «En casa no tengo problemas para estudiar, me puedo concentrar en mi cuarto y, al no tener hermanos y tener en casa a mis padres, que son profesores, es todo menos complicado».
Considera que desde el centro educativo se han organizado las clases a distancia «muy bien. Tenemos nuestro horario y los profesores nos ayudan mucho a fijar una rutina . Además, ante cualquier duda, podemos ponernos en contacto con ellos a través de varias vías».
Eso sí, reconoce que si bien en algunas asignaturas «íbamos más adelantados antes de decretarse el confinamiento, en otras, con el horario reducido, está siendo más complicado asimilarlo todo . Por mucho que lo intenten, esto no es lo mismo que una clase presencial»,indica Elena.
Esta joven asegura que la incertidumbre planea sobre las cabezas de todos los que, como ella, se encuentran en esta situación: «no sabes si te estás preparando lo suficiente . Tenemos ese miedo, esa preocupación, ese agobio. Pero pienso que todos estamos en la misma situación y espero que se apliquen las medidas adecuadas para que todos podamos ser evaluados en igualdad de condiciones».
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