Coronavirus Córdoba

Dependencia | La pandemia frena en seco el trámite de ayudas en Córdoba

Cerca de siete mil cordobeses esperan a que sus reconocimientos positivos se conviertan en prestaciones oficiales

Una trabajadora de ayuda a domicilio junto con una usuaria del servicio Valerio Merino
Francisco Poyato

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Los mayores están sufriendo la pandemia del coronavirus desde diferentes planos. El más preocupante es su letalidad frente a un grupo de riesgo que en estas semanas vuelve a cobrar protagonismo con nuevos brotes en residencias y fallecimientos. Pero no es el único impacto determinante. Muchas personas de avanzada edad están viendo agravadas sus patologías. El confinamiento y el miedo a salir a la calle y toparse con un contagio ha sumido a una mayoría en una reclusión muy perjudicial para su salud física y mental.

Especialmente en el caso de aquellos mayores con problemas cognitivos o dependientes por diferentes enfermedades que han podido agravarse, con lo que la ayuda de terceros se torna fundamental. Días atrás, por ejemplo, el colectivo vinculado a los enfermos de Alzheimer ponían el foco en la situación que muchos atravesaban.

Uno de los principales damnificados con la pandemia acaba siendo el sistema de ayudas a la dependencia , que engloba muchas casuísticas pero que impacta de manera notable en los más mayores. El frenazo en seco de los trámites , ya de por sí lentos y que antes del Covid-19 acumulaban listas de espera y desesperación, es un hecho objetivo. Los propios datos de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía así lo ponen de manifiesto de manera global en la región y de forma particular en la provincia de Córdoba.

Solicitudes iniciales

Basta analizar los cuatro indicadores principales que miden el circuito por el que una persona pude entrar a formar parte del sistema de dependencia en Andalucía. Así, el número de solicitudes de ayuda en trámite inicial ha caído en estos seis meses de pandemia de los que se dispone de datos en 1.211, un tres por ciento del volumen total registrado en la Consejería de Bienestar Social . En marzo pasado constaban en Córdoba un total de 44.527, mientras que en agosto, esa cifra ascendía a 43.316 . Más de la mitad de las personas que solicitan estos servicios tiene más de 80 años. Podría entenderse que el descenso de solicitudes se explica con que se hayan tramitado éstas en esos meses, sin embargo, no es así.

Los siguientes pasos que hay para que una persona se reconocida como dependiente en los tres grados que marca la ley y, a posteriori, se le dote de recursos económicos y humanos para paliar su situación (la prestación como dependiente) han seguido una pendiente en caída de todas sus cifras.

Así, primero se produce un reconocimiento sociosanitario (tanto por parte de un profesional sanitario como de una trabajadora social) que determina el grupo al que puede acogerse y, lo más importante, si puede o no considerarse dependiente. Entre marzo y agosto pasados, el número de cordobeses con reconocimiento de situación de dependencia ha bajado en 308 . Se ha pasado de 38.592 a 38.284.

Grados de dependencia

En la provincia de Córdoba, el grupo más numeroso de personas dependientes está encuadro en el tipo 2 , es decir, los que presentan dependencia severa (poco menos de 13.000), mientras que los grandes dependientes, el máximo grado que puede reconocerse (con más prestación económica para una atención, amén de ingresos en residencias) llegan a 9.856. Son los del tipo moderado (grado uno) los que ocupan una cifra menor (7.360).

No hay que olvidar en este punto aquellos que son descartados del sistema porque no se les reconoce ningún grado . En Córdoba hay en estos momentos 8.185 personas en ese trance y que, por tanto, tienen que buscar recursos en otros ámbitos al entender la Junta de Andalucía que no cumplen los requisitos.

La pandemia ha frenado también las llamadas resoluciones de reconocimiento , el siguiente trámite oficial en el que una persona tiene una consideración escrita y oficial de su situación. La variación en los seis meses de los que se disponen datos es de 17 casos menos desde marzo a agosto . Otro claro estancamiento.

Hay que recordar que tener una resolución favorable con el reconocimiento de la situación de dependiente no asegura a efectos prácticos disfrutar de la ayuda concedida. Hay casos en los que pese a la oficialidad, los recursos tardan en llegar. En agosto pasado había en Córdoba 23.197 resoluciones.

Y este dato deja, a su vez, otra bolsa de espera y demora, aquellos que reconocida su situación carecen de la resolución oficial que lo acredita. Y en el conjunto de la provincia de Córdoba hay 6.902 personas a la espera a fecha de agosto pasado , casi un centenar más que en marzo. No es infrecuente que la muerte llegue sin que se haya podido disfrutar de la ayuda.

Sin poder girar visitas

Finalmente, esta fotografía de la dependencia deja el total de prestaciones (resueltas y efectivas). Son 31.449 , apenas 14 más que hace medio año. Un escaso saldo que difiere según los tipos de ayudas (solo crecieron ayudas a domicilio y atención residencial).

En descargo de la Administración hay que decir que durante los primeros meses de confinamiento no se podían girar visitas para el reconocimiento de los solicitantes y la maquinaria burocrática funcionó a medio gas en muchos casos, en base al teletrabajo y un reducido número de efectivos presenciales. Pasadas las vacaciones estivales, se espera que el ritmo se incremente si no varían las condiciones de la pandemia y las restricciones.

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