Coronavirus Córdoba
El Covid-19 sitúa a los mayores que viven solos en Córdoba en el foco de los Servicios Sociales y las ONG
Unos 13.000 vecinos de más de 64 años viven sin compañía en sus domicilios
Una mujer de 93 años perdió la vida en el incendio de su piso en Santa Rosa el pasado 27 de diciembre. Y el Año Nuevo arrancaba con una apertura de vivienda por parte de los bomberos para ayudar a una anciana que se había caído tras una llamada de teleasistencia. Esos rescates forman parte casi semanalmente del trabajo de los bomberos y Policía Nacional. No hay estadística específica pero detrás de cada puerta suele ser el mismo perfil de persona de avanzada edad que vive sola . Para algunos, al llegar es demasiado tarde. Sólo en la primera parte del confinamiento murieron cuatro mayores solos en la capital. En 2019, las últimas estadísticas recogían que más de 13.000 personas mayores de 64 años vivían en soledad en viviendas de la capital.
Noticias relacionadas
Los Servicios Sociales municipales , con datos del pasado mes de agosto, habla que en Córdoba unas 13.000 personas mayores que viven solas en la capital. Un aislamiento especialmente duro y acuciado en el año de la pandemia. Estar solo no es sinónimo de pobreza y marginación, sino de circunstancias familiares o sociales difíciles. Lo saben bien las ONG que trabajan con mayores como Cáritas o Cruz Roja. Una llamada de teléfono, acompañarles a una cita médica o gestionarle una cita previa les dan la vida.
Cáritas
Desde Cáritas trabajan mano a mano con algunos de estos mayores, derivados por las Cáritas Parroquiales o incluso desde el propio Hospital Reina Sofía. La trabajadora social Tamara Sala del área de Mayores de Cáritas cuenta que además de mantener la Residencia Hogar San Pablo con 40 plazas -ahora sólo ocupadas 29 por el Covid-19- para personas mayores en riesgo de exclusión cuentan con el proyecto «Tejiendo redes», que pretende detectar situaciones de vulneración de personas sin recursos públicos en ese instante y se les ayuda a lograr esas ayudas. Estas personas se encuentran de repente en una situación sobrevenida, como una enfermedad o patología o cualquier otra circunstancia y precisan, por ejemplo, de ayuda a domicilio. Cáritas está ahí. Esta entidad también cuenta con este servicio de ayuda a domicilio que cada día atiende a 15 personas.
El perfil se repite . Son personas mayores, que viven solas, y que reciben pocas visitas de familiares o ninguna. Pero en otros casos, puede que vivan con algún familiar pero no están muy pendiente. De hecho, en ocasiones, se descubren escenarios de maltrato a estos mayores, cuenta Salas, como una situación denunciada en 2019.
Son muchas las personas solas que solicitan ayuda a Cáritas . Hay lista de espera, los recursos son limitados . Aunque la pandemia ha hecho aumentar las donaciones y el número de voluntarios no se llega a todo, comentan desde esta ONG. El pasado año 2020 hubo ayuda para 18 personas mayores en Cáritas, y en ayuda a domicilio a unas 15 más, explica Tamara Salas.
Suelen presentar, asegura esta trabajadora social, patologías asociadas al tipo de vida que han llevado. «Se sienten solos, si no fuera por ellos [voluntarios y trabajadores sociales] no tendrían a nadie con quien hablar, y a esto se une que tienen miedo a salir a la calle por la pandemia y eso también les perjudica, como por ejemplo, si tienes las piernas mal, y solo andas en tu casa, pues vas a ir a peor», explica Salas.
Por barrios, los más castigados por esta soledad de los mayores son Margaritas, Sector Sur, Casco Histórico y Ciudad Jardín , cuentan desde Cáritas. Las demandas de ayuda vienen por parte de los propios mayores o sus vecinos o las Cáritas Parroquiales pero también de esas trabajadoras sociales del hospital donde ha sido atendido. «En muchos casos somos el paso intermedio entre que cambia su situación por una caída o deterioro y aún no le llega la ayuda ala dependencia», afirma Salas.
Cambios
La pandemia ha cambiado muchas cosas, entre otras, la atención médica a los mayores. Ahora, las citas son previas y vía telefónica con el médico de cabecera, pero a veces, para los mayores es complicado acceder a ellas. Desde ONG como Cáritas incluso van al centro de salud para solicitar la renovación de las recetas de sus tratamientos o cuando empeoran por ejemplo úlceras en diabéticos o personas mayores acudir a enfermería.
«La forma de ayudar que tenemos es una forma de acompañar desde el modelo de acción social de Cáritas, en la que el individuo tiene capacidad de decidir y hacemos lo que quieren hacer , lo que necesitan desde esa ayuda en casa o la búsqueda de otros recursos», comenta Salas. En otros casos, hay mayores que pese a su situación se niegan a recibir ayuda. En esas situaciones, se comprueba que puedan asumir responsabilidades y que cuenten con recursos económicos suficientes para en su caso, contratar ayuda en casa.
La edad de los mayores a los que atienden estas ONG están entre los 70 y los 90 años, salvo que a partir de 60 padezcan alguna enfermedad degenerativa que requiera de esa atención.
Este perfil se repite a nivel provincial, donde el voluntariado de Cruz Roja durante 2020 ha ofrecido algún tipo de apoyo a más de 6.500 personas mayores . Dichas acciones se han enmarcado en el Plan Cruz Roja Responde frente al Covid-19 y en distintos proyectos subvencionados con fondos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación.
Servicios Sociales
Desde la Delegación de Servicios Sociales, la edil Eva Timoteo (Cs), en declaraciones a ABC, explica que lo que les preocupa a la hora de atender a las mayores que viven en soledad -unas 600 en 2020- es «que puedan desenvolverse con la mayor normalidad en su entorno natural que es su domicilio». En este sentido, Timoteo asegura que «entramos la atención para paliar su soledad con la ayuda a domicilio, con recursos municipales, como por dependencia de la Junta. También existe el programa de comida a domicilio que les ofrece una dieta equilibrada, pero además las personas que les lleva la comida sirven de enlace con la Delegación para comprobar que estos mayores se encuentran en buen estado, aseados y con higiene». A esto se suman los talleres de deporte para mayores, en colaboración con el Instituto Municipal de Deportes (Imdeco), recuerda la responsable de Servicios Sociales.