Coronavirus Córdoba
El Covid-19 eleva un 25% las consultas por depresión y ansiedad en Córdoba
El miedo y la tristeza por el cambio de la vida cotidiana se ceban con los mayores, los niños y los sanitarios, que acuden cada vez más a Salud Mental
Jóvenes que se han tirado meses sin ver a sus novias, ancianos que han perdido la costumbre de que sus nietos vayan a comer a su casa dos veces por semana y que tampoco pueden acudir a la reunión semanal con sus amigos en el bar de la asociación de vecinos , cuarentones sin pareja estable que habían hecho de la flor de un día una forma de vida tan inestable como sugerente, adolescentes sin su clase semanal de esgrima o de boxeo , parejas en crisis que han tenido que confinarse juntos durante semanas, jubilados que se pasan la tarde entera, una tras otra, viendo la televisión privados de la visita y de la charla diaria del viudo que vive dos pisos más arriba, hipocondríacos que van por la calle asustados porque piensan que se van a contagiar, dueños de restaurantes de polígonos industriales que han tenido que cerrar porque el personal de las fábricas que quedan abiertas ya no va a por su menú, pequeños comerciantes que no llegan ya a fin de mes y que se acuestan cada día angustiados pensando que el cierre definitivo de su negocio no tardará, viajantes a los que no paran de llegarles mensajes con cancelaciones de citas y de pedidos, sanitarios de Cuidados Intensivos desbordados por el trabajo y enfadados con el mundo porque han visto a compañeros suyos morir por coronavirus y sin embargo se cruzan por la acera con gente sin mascarilla o que se fuma un cigarro en una placita llena de veladores, solteros que echan horas en el solitario de la pornografía , cofrades que no se hacen a la idea de estar otro año sin sacar su paso a la calle.
Las consultas de Salud Mental del Servicio Andaluz de Salud (SAS) están llenas desde la pasada primavera de pacientes que nunca habían sufrido ansiedad o depresión —cuyo día mundial se celebra hoy— y a los que el coronavirus les ha causado un trastorno importante de su conducta. Los datos que maneja el psicólogo José Fernando Venceslá Martínez, indican que desde el pasado mes de marzo la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Reina Sofía registra un aumento de entre un 20 y un 25 por ciento en las consultas por depresión. Venceslá es el coordinador del equipo de Salud Mental de Montilla y habla en nombre de la Unidad de Gestión Clínica de esa misma especialidad centralizada en el Hospital Universitario Reina Sofía , de la que forma parte. «En estos meses estamos viendo un agravamiento en la sintomatología y de los cuadros clínicos : son personas que presentan pocos recursos personales para afrontar los problemas vitales, y su situación se ha recrudecido con la pandemia», indica el especialista.
«Los cuadros depresivos se agravan en personas con pocas habilidades sociales», afirma el doctor Venceslá
Las causas del agravamiento de los trastornos mentales son claros. «Han disminuido los contactos sociales y las actividades de participación, que son fuentes para sostener a las personas anímicamente, y eso afecta mucho a las cuestiones anímicas y emocionales, y además la percepción de estar en riesgo [de contagiarse o de que lo haga un ser querido] favorece la ansiedad », completa este psicólogo clínico.
¿Este alza en los cuadros depresivos o de ansiedad afecta a toda la población por igual? Responde Carmen Recio Melgarejo , tesorera de la Delegación de Córdoba del Colegio de Psicología de Andalucía Occidental. «Las personas mayores padecen las circunstancias de una manera más aguda», indica. «El miedo a la muerte y al sufrimiento condicionan a la persona, sobre todo si esas sensaciones o temores perduran en el tiempo, como es el caso, porque llevamos casi un año de pandemia», explica la psicóloga. El coordinador del equipo de Salud Mental de Montilla coincide con Recio: «Para las personas mayores tiene un coste anímico más elevado la interrupción de sus actividades, así como en los niños , aunque ellos lo manifiestan de otra manera».
«Los médicos y los enfermeros están programados para curar, no para ver morir a pacientes», indica Carmen Recio
Los expertos están de acuerdo en que hay otros dos colectivos más que han sufrido un desgaste muy pronunciado la imposibilidad de llevar una vida normal y el azote del Covid-19 : se trata de los ciudadanos que ya padecían algún tipo de disfunción depresiva, y que el confinamiento ha fortalecido, y el personal sanitario. «Los médicos y los enfermeros están programados para curar, no para hacer frente a un volumen tan alto de fallecidos, a convivir con la muerte, y además a hacerlo con los medios escasos que tuvieron al principio», suscribe la directiva del Colegio de Psicólogos , que ha atendido durante la pandemia a más sanitarios que nunca en su historia.
Noticias relacionadas