Coronavirus en Córdoba
Coronavirus en los barrios de Córdoba | Parque Figueroa, cuando se pierde el pie precario
El barrio ve el sufrimiento de familias que han perdido de golpe muchos de sus ingresos
![Un hombre lleva un carrito ante una larga fila de persianas cerradas en el barrio del Parque Figueroa](https://s3.abcstatics.com/media/andalucia/2020/04/22/s/coronavirus-figueroa-cordoba-kB2D--1248x698@abc.jpg)
La plaza tiene nombre y aspecto de ciudad costera al final de las vacaciones . Del último capítulo de «Verano azul». Las sillas de los veladores están apiladas, bien atadas con una cadena en la calle o bien en el interior de los bares en los que no hay nadie. Sobre las primeras cae humedad de la mañana lluviosa y poco primaveral. No es primero de octubre, sino finales de abril, pero las gotas más bien parecen lágrimas del ambiente triste. Si no fuera por las señales de un urbanismo que hoy no se usa y por las huellas del largo paso del tiempo la plaza de la Marina Española parecería el falso corazón de un falso barrio que hubiera mal nacido en los tiempos que mediaban entre el boom del ladrillo y el inicio de la crisis económica . De la anterior crisis económica.
El barrio del Parque Figueroa ha quedado como testigo de otra época en la que la arquitectura transformaba y proponía, iba por delante, y por eso dividió sus parcelas entre los bloques de viviendas y las zonas comunes con la restauración y las tiendas, como una urbanización gigante.
En tiempos del coronavirus su comercio sencillo y sus tiendas pequeñas son como islas en un mar de miedo y de espera. Antonio Sepúlveda atiende estos días más como un taquillero de cine que como un estanquero, que es su puesto de trabajo. Pero tienes ganas de hablar y contar. «El negocio se ha reducido, porque la gente sale menos. Sí, hay clientes nuevos, porque el tabaco de contrabando , al que antes recurría mucha gente, ahora se ha reducido. Pero vamos, no nos podemos quejar», cuenta detrás de la mascarilla.
El barrio del Parque Figueroa es «de clase media trabajadora » que ahora nota los efectos del brusco frenazo económico del coronavirus. «A mucha gente le falta el trabajo y no sabe qué va a pasar. Muchos estaban en la construcción y en el sector servicios y ahora no pueden trabajar y por lo tanto tampoco ganan dinero.
A pocos metros, por los mismos soportales donde otros días hubo vida y gente iba y venía, Rafael Doblaré Hidalgo pasea a su perra, una boxer que curiosea la cámara del fotógrafo mientras el hombre atiende las preguntas. «Mal», dice al preguntar cómo se lleva la situación en el barrio. Trabajaba en una empresa de riesgos laborales que ha hecho un ERTE que le impide salir a trabajar y lo mantiene en la preocupación y en la inquietud, como a muchos de sus vecinos: «Ahora, después de una semana sin ir a trabajar, me pregunto por el futuro y por mis hijas».
![Un hombre atiende a una mujer en una frutería](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2020/04/22/s/coronavirus-figueroa-cordoba2-k6nB--510x349@abc.jpg)
El camino de los soportales y las tiendas continúa por varios pasajes con demasiadas persianas hasta el suelo. La Frutería La Huerta estaría llena en cualquier otro día, porque no le falta sitio, pero ahora Santiago Fimea tiene que recibir sólo a una persona en el interior. «¿Miedo? Miedo el que vamos a pasar a partir de ahora», se teme. Las ventas han bajado un 50 por ciento.
En el centro de la plaza, Rafael de La-Hoz proyectó la iglesia de la Asunción y acertó, porque es el corazón del barrio en estos días. Ángel Roldán, el párroco, ha visto ya, en poco más de un mes, muchas situaciones de necesidad y cuenta historias de familias que apenas pueden comer y de otras a las que pide que les hagan algo a sus vecinos para llenar el estómago.
El barrio está sufriendo: «No trabajan, no cobran y el subsidio del ERTE no llegará hasta junio», dice. No se considera pesimista, pero sí «realista» y demuestra conocer el tejido social del barrio, en el que lleva cinco años. «Hay mucha gente que trabajaba en B y que ahora no cobra, que ni tenían cuenta en el banco. Por la mañana se veía a muchas mujeres en autobús hacia el Centro, porque trabajaban limpiando casas . La mayoría sin contrato», relata el sacerdote.
Ante esta situación de desamparo la parroquia se ha puesto a trabajar. En Cáritas ayudan muchas personas y se ha creado un sistema de vales para retirar en el supermercado Piedra algunos alimentos de primera necesidad. Ángel Roldán tiene hasta que negociar a veces para ayudar a personas que no pueden abrir sus negocios y que tampoco podrían afrontar en estas circunstancias el pago del alquiler. «A veces acceden, pero otras veces los dueños necesitan el dinero del arrendamiento por ser su único ingreso. Y ahí, ¿qué haces?», se pregunta.
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