Coronavirus en Córdoba
Coronavirus por barrios en Córdoba | Huerta de la Reina, la fiesta nace por dentro
Los vecinos ambientan sus balcones y calles como si pudieran vivir las cruces
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Las fiestas de guardas son aquí de puertas para adentro. No se suspenden aunque no se puedan celebrar como siempre, sino que se recuerdan y se llevan a las casas, y entre unos vecinos y otros las celebran. La Huerta de la Reina tiene todavía el aire de aquel barrio que era más un pueblo, de cuando estaba separado del resto de Córdoba por el tren y por el viaducto .
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En los jardines de la Virgen de la Estrella , al pie de la chimenea que queda como testimonio de la antigua fábrica, Ana Benilde Lozano cuenta que ha ido a visitar a su madre, con 87 años y enferma de párkinson. Es la única salda que hace y aprovecha para pasear a su perrita, porque viven a cinco minutos, en la carretera de Trassierra . «No he salido ni a comprar, porque eso lo ha hecho mi marido», cuenta mientras habla de cómo tanta gente se había desahogado en el día anterior, cuando se pudo salir a correr.
En la parroquia de San Fernando ha empezado la misa y en la puerta lateral, la que da a la calle Joaquín Sama Naharro, hay todavía velas con las imágenes del Señor de la Redención y de la Virgen de la Estrella, junto con un rosa roja que ya se marchitó. Son el recuerdo de los suyos a la cofradía del barrio y de la parroquia, que tenía que haber salido por aquella puerta el Lunes Santo.
Desde ahí se ven los colgaduras como si el barrio estuviera en fiestas. Pero nadie sale de sus casas. En la calle Colombia , de camino al Brillante, Sonia Castillo y Francisco Santofimia han creado el ambiente de mayo, con adornos, flores y adornos de cartulina y naturalmente la cruz. «Queríamos crear un poco de alegría, y los vecinos lo agradecen. A veces se ponen sevillanas y la gente baila desde sus casas», relatan.
Como en todos los barrios de Córdoba, los vecinos han llevado el confinamiento de forma ejemplar, con resignación y cumpliendo, y la familia al menos puede decir que tiene suerte. Francisco explica que, salvo el parón de dos semanas que sólo dejó a las actividades esenciales, él ha podido trabajar en todo este tiempo. Cuando preguntan cuándo se publicará en ABC el reportaje, su hijo Samuel advierte: «Yo también quiero salir».
Es domingo y la vida late dentro de las casas, porque la mayor parte de las tiendas están cerradas. Pero no el establecimento de golosinas y alimentación en que atienden los hermanos Rocío y Carlos Valdivia , y donde acuden bastantes vecinos a comprar el pan y quizá algo también para picar. Los residentes de la Huerta de la Reina guardan la distancia, sólo hay una persona en el interior y dentro atienden con mascarillas. Abren sólo hasta el mediodía , lo justo para atender a los vecinos que se acercan hasta allí, y donde se nota también el pulso del barrio.
Ellos no han tenido que cerrar, pero en el barrio sí hay muchas personas trabajando en la construcción y en sus industrias auxiliares y que ahora están preguntándose por el futuro. No hace falta buscarlos. Atienden a Susana Ortiz , que cuenta que su marido es mecánico «y todavía no sabe cuándo volverá a tabajar, y si trabajará todo el día o le recortarán la jornada ». «Al menos en el tiempo que ha estado en casa la ha pintado entera», dice la mujer, por encontrarle el lado bueno a la situación.
De vuelta en Joaquín Sama Naharro parece que ha empezado la fiesta. Muchos balcones y terrazas están engalandos y los vecinos se hablan unos a otros aprovechando que la calle es estrecha. Es la hora del mayo festivo y el confinamiento no lo va a impedir. J uan Miguel y Carlos Estilistas es el nombre de una peluquería de la Viñuela que abrirá este martes. Sus profesionales viven en esa calle y se confiesan «desesperados» por el encierro y la imposibilidad de trabajar, aunque en este tiempo han hecho una pequeña reforma.
Antes de eso han adornado su balcón y parte de la calle con farolillos y goma eva y se asoman animando a los vecinos a que hagan lo mismo. Y lo hacen. A las doce y media cantan la Salve Rociera y hasta han sacado muñecas vestidas con trajes de flamenca y mantillas la calle. En la calle ya se han superado los treinta grados y salen de misa Concepción Moreno y Conchita Cabrera , su hija. La primera se casó en aquella parroquia, aunque el templo era distinto. La segunda es profesora y ha dado clases por internet y se pregunta por lo que sucederá: «El Gobierno trendrá que explicar muchas cosas. Ahora toca la economía y España llega muy tocada».