Coronavirus Córdoba
Así ha concluido la odisea de una pareja cordobesa atrapada en Perú con el coronavirus
Tras 35 horas de bús, vuelo, tren y coche recalan en Córdoba tras sortear numerosas dificultades para salir del país andino
Un mes después de poner pie en Perú , a más de 9.230 kilómetros de su casa, el joven cordobés David Yubero y Alicia , su pareja granadina, han terminado en Córdoba un largo calvario acosados por el efecto del coronavirus y las dificultades para abandonar el país andino. Tras 35 horas de viaje de regreso en autobús, avión, AVE y coche, admite sentirse «más relajado» tras unas semanas «cíclicas» en las que a impotencia, la preocupación la rabia y el desánimo se alternaba con el optimismo cada vez que daba un pequeño paso para regresar.
David y su pareja, una joven granadina, son dos de los 1.200 españoles atrapados en Perú y que han querido retornar a España. Aún queda unos 600 españoles pendientes de cruzar vuelos , horarios, billetes, y turnos en «una situación nefasta, con una «nefasta gestión» de la Embajada de España en Perú, sobrepasada, y donde nosotros mismos hemos tenido que organizar listas para ir saliendo. Una desorganización total», concluye este cordobés.
Apenas con mil casos positivos, el gobierno peruano ha extremado las medidas con el decreto de Estado de Emergencia y un toque de queda desde media tarde hasta primeras horas de la mañana cada día. «La ventaja que tienen es que es una sociedad más acostumbrada a la militarización en situaciones extremas , sus controles han sido más agresivos desde el primer momento aunque el recelo hacia los españoles en estos momentos era máximo».
Cuando David Yubero y su pareja deciden el 15 de marzo regresar a España comienza una carrera de obstáculos. Ubicados en Cuzco junto con otros 220 compatriotas , ciudad Patrimonio de la Humanidad, a mil kilómetros de la capital Lima, la encrucijada pasa por conseguir vuelo y traslado hacia el punto de donde parten los aviones. «La Policía nos ha tratado como apestados , nos prohibían ir a farmacias y comprar comida, teníamos problemas para encontrar alojamiento».
La operativa de evasión y victoria transcurrió del siguiente modo. Han tenido que usar tres billetes de vuelo, dos de ellos perdidos y a precios desorbitados (el que tenían contratado con la agencia y otro logrado con Avianca con escala en Bogotá que no pudieron usar por el cierre del espacio aéreo entre países sudamericanos), alojarse en hoteles de 4 estrellas con costes desorbitados sin saber si tenían garantizado el regreso , viajar en un autobús repleto desde Cuzco a Lima durante 22 horas para hacer escala previa al despegue, abusos económicos como pagar tickets de transporte al doble del precio normal, coordinarse en las listas de todos los españoles que iban saliendo y cruzar los dedos cada dos por tres...
«No nos han repatriado. La Embajada ha actuado casi como una agencia de viajes intermediando para conseguir un vuelo. Creo que ha sido más Exteriores que la Embajada quien ha interactuado con el Gobierno de Perú para poder abrir esta vía de salida... Un desastre», explica David mientras viaja por carretera desde Málaga a Córdoba cerrando su auténtica odisea.
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