Coronavirus Córdoba
¿Cómo puede afectar el calor de Córdoba al Covid-19?
Un estudio de la Aemet y el Instituto de Salud Carlos III prueba que a menor temperatura promedio, mayor incidencia del virus
![Imagen del Covid-19](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2020/04/17/s/virus-coronavirus-calor-kVCH--1248x698@abc.jpg)
Es una de las grandes incógnitas: ¿la llegada de las altas temperaturas mermarán la capacidad de propagación del coronavirus? Un estudio de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) prueba (aunque se trata de resultados preliminares) que existe una correlación entre la temperatura y la diseminación del Covid-19 en el siguiente sentido: a menor calor, mayor incidencia , lo que refuerza la teoría de que este virus puede ser estacional. Y es que, en general, los coronavirus sobreviven durante períodos de tiempo más cortos a temperaturas más altas y mayor humedad que en entornos más fríos y secos.
Si esto es así, en Córdoba el escenario es más que halagüeño, con mayo a la vuelta de la esquina. La temperatura media del quinto mes del año está entre 18.1 y 21.3 en la provincia . El año pasado, superó esos niveles, situándose en 22,6 grados . Eso sí, también fue uno de los mayos más secos que se recuerdan, ya que no cayó ni una gota en los 31 días.
En concreto, el estudio comparó el índice de incidencia acumulado desde el 26 de marzo hasta el 5 de abril definido como número de contagios nuevos diario por cada 100.000 habitantes con la temperatura promedio de correspondiente al mismo período por comunidad autónoma. Los resultados demostraron que, a menor temperatura promedio, mayor incidencia. De ahí uno de los motivos de la relativa baja incidencia en Córdoba , al igual que en Andalucía.
Investigaciones recientes en relación a la propagación de la enfermedad Covid-19 y el virus SAR-COV-2 indican que también la humedad del aire pueden incidir en la propagación y transmisión de la enfermedad, principalmente en el sentido de que las altas temperaturas y la alta humedad reducen significativamente la transmisión y propagación del virus; por lo que la llegada de la temporada primaveral en el hemisferio Norte podría reducir efectivamente la transmisión de la enfermedad. Por otro lado, se analiza como otro tipo de factores ambientales, como la contaminación atmosférica y en especial las concentraciones de material particulado PM10, pueden agravar la enfermedad.