Coronavirus en Córdoba
Miles de personas toman las calles de Córdoba para deporte y ejercicio en el primer día de desescalada
El Parque Cruz Conde y el Vial Norte recobran la normalidad entre corredores y personas mayores
No ha terminado el confinamiento , pero miles de personas han recobrado una parte de la libertad de movimientos que habían perdido con el inicio de la crisis. La del 2 de mayo de 2020 ha sido una mañana en que lo extraordinario ha sido lo que antes era normal, como si en todo este tiempo se hubiera desaprendido por la cuarentena del coronavirus .
Es el primer día en que se puede hacer deporte y al menos desde las siete de la mañana ya había mucha gente en el Vial Norte , como apunta una agente de la Policía Local que indica a los ciclistas y corredores el sentido del circuito que se ha instalado: por la zona más próxima a la avenida de la Libertad es de este a oeste, es decir, hacia la estación, y por la avenida de América es hacia el Pretorio.
No falta quien va en sentido contrario y se tiene que desplazar. «Hay poca gente con mascarillas , de hecho yo he visto sólo dos personas. Esperemos que no haya un rebrote con esto», dice la agente. Hacia las nueve y media muchos van ya de vuelta, como Encarni Moreno y Agustín Carmona ya han terminado.
«Hemos hecho ejercicio en casa, pero claro, teníamos ganas de volver a salir», relatan, ya junto a su perro. Aclaran que lo han hecho individualmente y hasta, gracias a los relojes inteligentes, dan datos: 10 kilómetros en 50 minutos . La felicidad se les nota en la cara. Hay mucha gente también por la Ribera.
A las diez es el cambio de turno. De hecho desde poco antes la Policía Local advierte a los corredores jóvenes de que pronto tendrán que marcharse a casa, y muchos acceden a contestar pero sin permanecer quietos. Pero enseguida toman las personas mayores el relevo. A las diez y media, José Luis Arcas Olmo se ha sentado a descansar en el Vial Norte. El mercurio se encamina a los 25 grados.
No sale desde el 12 de marzo, porque para las compras lo ha hecho su esposa. «Antes hacía dos horas o dos horas y media andando . Ahora he podido hacer algo en casa, pero no es lo mismo, porque estoy más cansado. Ya tenía ganas», relata. La libertad todavía es provisional, pero ya se saborea.
Noticias relacionadas