Coronavirus Córdoba
Alquimia contra los virus: una bodega de Córdoba transforma el vino en gel de manos
Una empresa vinícola, una farmacia y un productor de aloe vera colaboran para fabrica cientos de litros
¿Qué tienen en común una bodega , una plantación de aloe vera , una farmacia y la Agencia Tributaria ? A priori, es difícil encontrar el nexo común, pero lo tienen. Todos se han conjurado contra el coronavirus de una forma original y eficaz: juntos, fabrican cientos de litros de gel de manos hidroalcohólico para repartir entre los centros que más lo necesitan. Lo curioso está en el método de fabricación.
La bodega de Montalbán Hijos de Manuel del Pino fabrica el gel a partir del alcohol vínico, un producto obtenido de la fermentación de la uva que suele emplearse para la producción de licores y caldos generosos. El alcohol es elemento principal del gel desinfectante por su capacidad antibacteriana , y de eso la bodega tiene de sobra. A partir de ahí surgió todo, como explica el propietario de la empresa, Manuel del Pino.
«Tenemos amigos y familiares médicos que trabajan en residencias de ancianos y nos cuentan la precariedad de medios. Podemos echar una mano al fabricar gel hidroalcohólico . Hicimos un poco por nuestra cuenta, con una receta casera », aclara Del Pino. Además de alcohol en una proporción del 62%, el gel que fabrica la cava cordobesa lleva un 36% de aloe vera y otro 2% de glicerina . Aquí es donde entran las otras miembros de esta singular «joint venture».
El aloe vera , que está presente en algunos geles de farmacias pero en menor cantidad, aporta hidratación a las manos, además de todos los beneficios de esta planta considerada un «superalimento». Procede de las plantaciones de Concoibe , una empresa con sede en Montilla , que lo dona gratuitamente. También aportaron la fórmula final, obtenida de un laboratorio químico con el trabajan, explica Del Pino.
El último componente, la glicerina , la da al gel de manos la consistencia viscosa necesaria y hace que sea menos seco. Este compuesto se conoce desde la Edad Antigua , dado que se obtiene como subproducto en la fabricación de jabón. En la Edad Media formó parte de recetes alquímicas y, tras su síntesis industrial en el siglo XX, hoy tiene infinidad de aplicaciones, que van desde la producción de jarabes hasta los cigarrillos electrónicos. La farmacia montillana Cabello de Alba entega el producto también de forma altruista.
Con esos tres elementos, la bodega Manuel del Pino e Hijos comenzó fabricando un lote de 400 litros que «volaron», resume gráficamente su propietario. Luego han hecho otra tanda de 200 litros y seguirán fabricándolo mientras sea necesario, asegura. «En tres horas está hecho un lote. El coste es pequeño y no nos supone un esfuerzo grande ni tampoco una carga de trabajo enorme», dice Del Pino. El gel hidroalcohólico se entrega a lugares que necesitan grandes cantidades y un uso constante, como las residencias u hospitales, así como a las Fuerzas de Seguridad.
El papel de Hacienda
Queda por aclarar qué pinta Hacienda en todo esto. El alcohol vínico que fabrica Manuel del Pino es para consumo humano, por lo que tiene impuestos propios -y son muy elevados-. Dado que se trata de una iniciativa solidaria, en la que todos aportan materia prima y trabajo y nadie cobra nada, y puesto que el gel no es un producto alimenticio sino sanitario, Del Pino solicitó a la Agencia Tributaria la exención de esos impuestos especiales. Soprendentemente, «Hacienda ha sido muy ágil y nos lo ha permitido», concluye.
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