Coronavirus en Córdoba
Alerta en parroquias y centros sociales de Córdoba ante la mayor demanda de asistencia
La situación todavía no es tan grave, pero se ha notado más movimiento
Las organizaciones no gubernamentales están preparadas para asistir a quienes sufran los efectos económicos de más medidas restrictivas, pero hay entidades que están muy a pie de calle como son las parroquias, y para algunas de ellas ya ha empezado una situación parecida al confinamiento anterior en Córdoba. Es lo que sucede, por ejemplo, en el barrio del Parque Figueroa .
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El párroco de Nuestra Señora de la Asunción, Ángel Roldán , fue uno de los que estuvo en primera línea en el confinamiento. Así lo demandaba la situación: sus feligreses trabajaban sobre todo en la construcción y en la hostelería, y muchos de ellos se quedaron enseguida sin empleo y también sin ingresos.
Preparación
Ahora no tiene cifras, pero sí cree que la situación ha empezado a cambiar en el mismo sentido. «Hay más movimiento de gente que viene», afirmó el sacerdote, que en primavera desplegó en el interior de su iglesia un dispositivo de ayuda en que se entregaba comida a las personas que lo necesitaban. La situación ahora no es igual, porque todavía no se ha dictado un confinamiento general que impida trabajar a una gran parte de la población, pero las medidas cada más restrictivas, y la tendencia del coronavirus al crecimiento, han obligado a «pensar en ayuda de emergencia ».
También están listos en la Fundación Prolibertas , que gestiona el comedor social San Juan Bautista de la Concepción , conocido como de los Trinitarios. «No hemos dejado de prepararnos desde el primer estado de alarma», afirmó su director, Eduardo García . Atienden a personas que necesitan comida y un lugar en que asearse, como han hecho siempre, pero también a quienes están en situación sin hogar, lo que hacen mediante la colaboración en la red Cohabita , en que están varias instituciones públicas y privadas con el mismo objetivo.
Ahora mismo Prolibertas proporciona a las personas que acuden a sus instalaciones un total de 150 comidas diarias . Es un número muy alto en comparación con lo que se hacía antes», recuerda Eduardo García. Atender a un número mayor supondría un esfuerzo sobre todo de personal, pero muchos de los que trabajan para la organización en distintos ámbitos estarían también dispuestos a hacer su trabajo con el fin de poder redoblar la ayuda.