Coronavirus Córdoba

Las 10 muertes en la residencia Orpea Sierra de Córdoba se espaciaron durante dos semanas

La Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía decretó la prohibición de salir y entrar del geriátrico

Una enfermera accede a la residencia Orpea Sierra tras decretarse su aislamiento del exterior Álvaro Carmona

R. Verdú

Las muertes en la residencia Orpea Sierra de Córdoba capital se han ido produciendo a lo largo de las últimas dos semanas de forma escalonada. La Junta de Andalucía informó el sábado del fallecimiento de 10 internos del geriátrico en una sola jornada, si bien aclaró posteriormente que los decesos no tenían que haberse producido al mismo tiempo.

Fuentes de la empresas confirmaron a ABC que el primer fallecimiento tuvo lugar el día 20 de septiembre , hace exactamente dos semanas. Aseguraron desconocer los motivos que han llevado a la Consejería de Salud a declarar las víctimas mortales con tanto retraso. La Junta , consultada por este medio, se limitó a explicar que la acumulación de las muertes a la hora de comunicarlas se debe a que «los datos se van publicando conforme se introducen en la Red Alerta» de seguimiento del Covid-19 . Tras el primer fallecimiento, los demás se han producido gradualmente, lo que no quita importancia al dato ni a la magnitud del brote del geriátrico.

Las muertes se produjeron tanto en el interior de la residencia Orpea Sierra como en los centros sanitarios a donde los pacientes más graves tuvieron que ser trasladados. Todos ellos, indican las fuentes de la sociedad consultadas, tenían patologías y dolencias previas que agravaron su estado. Eran pacientes «muy mayores».

Visitas compasivas

Orpea Sierra está cerrada a las visitas y las salidas desde que se conoció la primera infección confirmada por PCR . Los síntomas en el «paciente cero» del centro aparecieron el día 12 de septiembre y los resultados positivos del test se conocieron dos días después. No obstante, la Junta de Andalucía permite las visitas de familiares bajo estrictas medidas de seguridad en un caso excepcional: cuando se sabe con total seguridad que el anciano está a punto de fallecer.

Son visitas compasivas que se permiten para que los familiares puedan despedirse, una opción que nunca existió durante la primera ola del coronavirus Covid-19 en primavera. «De aquello se aprendió», aseguran las fuentes consultadas, que también confirman que en Orpea Sierra se han producido ya algunos de estos encuentros.

Lo que no ha ocurrido, al menos por ahora, es la prometida medicalización de la residencia del grupo francés en las faldas de Sierra Morena. El propio consejero de Salud, Jesús Aguirre , anunció la medida el 21 de septiembre, cuando se conoció extraoficialmente el primer fallecido en el centro y los contagiados rozaban ya los 80 entre trabajadores y ancianos. Se trataba, dijo Aguirre, de «llevar a los equipos de Medicina Interna Geriátrica al centro para la hospitalización domiciliaria en el propio asilo». Días después, según ha podido saber este medio, el SAS decidió que no era necesario medicalizar el centro de Orpea pues ya contaba personal y recursos médicos propios.

El centro dispone de un centenar de empleados sanitarios contratados por la empresa que la dirección de Orpea siempre ha considerado suficientes para la situación actual. No obstante, las declaraciones del consejero llamando a intervenir el centro provocaron cierto «desasosiego» entre las familias, dijeron desde la empresa.

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