Coronavirus Andalucía
En la cocina de los 'adivinos' de la Covid-19
Un grupo de expertos elabora para Salud predicciones sobre la pandemia con base en datos científicos y estadísticos
Los arúspices romanos miraban en las entrañas de los animales para decir a sus líderes cómo debían actuar ante una batalla, un desastre o una catástrofe venideros. Los augures preferían adivinar el futuro en los relámpagos o en el vuelo de los pájaros. «Guárdate de los idus de marzo» , le dijo más o menos el agorero Espurina a Julio César poco antes de su asesinato. Acertó por pura casualidad, como pasa con todas las supercherías.
Dos mil años después sigue habiendo adivinos que asesoran a los gobernantes en una época de crisis como la actual y en una guerra contra un agente que, como los enemigos de los ‘imperatores’, también tiene corona . Al igual que sus antecesores, escudriñan las entrañas, no de las bestias sino de un tipo menos macabro.
Rebuscan entre los números, el ‘big data’ y la gigantesca cantidad de información que existe en forma de ceros y unos sobre el coronavirus Covid-19. Luego hacen sus predicciones basándose en complejos modelos matemáticos y sugieren vías de actuación. Pueden atinar o errar porque son científicos, no charlatanes.
Hablamos del grupo de trabajo de Prospectiva del Covid-19 constituido por la Junta de Andalucía allá por el verano pasado. Entre sus objetivos está intentar predecir cómo va a evolucionar la pandemia , pero también analizar lo que ya ha sucedido para encontrar causas y explicaciones. Lo primero es lo más difícil, apunta quien ejerce como responsable del equipo, el secretario de I+D+i de la Consejería de Salud y catedrático de Bioquímica de la Universidad de Córdoba, Isaac Túnez.
Para analizar la información desde diferentes puntos de vista y acercarse lo más posible a la realidad, los expertos proceden de diferentes disciplinas. Hay profesionales clínicos como el doctor en Medicina Javier Padillo, coordinador del equipo; de la gestión sanitaria (Inmaculada Vázquez, subdirectora de Gestión Sanitaria del Servicio Andaluz de Salud); del ámbito de la salud pública (el epidemiólogo Javier Guillén); informáticos de la agencia andaluza Iavante (Pedro Gutiérrez y César Hervás); y dos ingenieros en computación e inteligencia articial expertos en redes neuronales del Instituto de Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (Pedro Gutiérrez y César Hervás). «Tenemos todo el abanico de las especialidades que en principio pueden tener algo que decir de manera inmediata e instantánea», detalla Túnez.
Informes de 60 páginas
El grupo tiene contacto diario pero elabora sus informes dos veces por semana . Son documentos técnicos que superan las 60 páginas y recibe directamente el consejero de Salud, Jesús Aguirre, con predicciones y explicaciones de lo que está ocurriendo con la pandemia. Son una herramienta fundamental para conocer, entre otras cosas, s i las medidas que adoptan las autoridades sanitarias están teniendo el efecto deseado.
Según el responsable del grupo, «cuando hemos indicado que había una evolución adversa y hemos tomado la decisión para abordarla, hemos conseguido reconducirla ». Ocurrió por ejemplo en la reversión de la segunda y tercera ola. Otra cosa es, como reconoce Túnez, que todo el mérito de ‘aplanar la curva’ recaiga en esas decisiones, ya que puede hacer factores externos que hayan incluido lo mismo o más que las decisiones políticas y acciones directas.
El experto indica que «lo que tenemos que evaluar es qué tanto se asocia a la medida y cuánto hemos acertado . Por lo que hemos visto, cuando hemos dicho que subiría la curva y se han tomado medidas, la situación se ha reconducido con más o menos rapidez. Ahora no analizamos si eso ha ocurrido o no, sino si el efecto habría sido mayor o menor sin nuestra predicción».
El equipo de Prospectiva trabaja con datos de diferentes fuentes . La principal es el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), que también es el repositorio para los medios de comunicación o cualquier ciudadano o institución gracias a su política de acceso libre a los big data . Ahí aparecen datos de todo tipo, aunque no todos son relevantes para decidir cómo actuar en el futuro. Túnez cita, por ejemplo, la distribución de los contagios por sexo, que no aporta nada a la hora de decidir estrategias. «Damos solo aquella información que tiene un calado suficiente para una toma de decisión», asegura. Y aun así de la ‘cocina’ salen informes de más de 60 páginas cada dos días.
Los científicos también recurren a otras fuentes de información como el Ministerio de Sanidad, organismos internacionales, estadísticas de mortalidad, de vacunación, las hospitalizaciones diarias que anuncia la Consejería de Salud...
El origen de las cifras es tan variado que el primer trabajo consiste en armonizar todos esos números y cifras para evitar incongruencias y obtener un panel «de alta calidad», dice Túnez. Lo importante de todas las grande bases de datos no es tener acceso a ellas, sino que sirvan para algo, dicen los matemáticos.
El paso final es el tratamiento de las estadísticas para que revelen ese «algo» que buscan los expertos. De ello se encargan los analistas de redes neuronales mediante complejas pruebas matemáticas que incluyen regresiones, ecuaciones y fórmulas. Son casi rituales arcanos que, como ocurría con los chamanes de la antigua Roma, sólo entienden ellos.
Noticias relacionadas
- Calcifediol | Una revista científica certifica que reduce la mortalidad un 60% y el ingreso en UCI un 80%
- Déficit Vitamina D | Claves del Calcifediol, el medicamento que se estudia en Córdoba contra el virus
- Los cierres perimetrales y el toque de queda solo afectaron a la movilidad de domingos y festivos