Ciclo festivo
Córdoba se sumerge de lleno en la normalidad con un bullicioso puente del Pilar
El entorno de la Mezquita-Catedral fue un imán para los turistas y el Alcázar agotó las reservas para sus visitas
Los hoteles de Córdoba cuelgan el cartel de ‘no hay billetes’ en un puente lleno de actos
Córdoba ha regresado hoy , 9 de octubre, de lleno a la normalidad , después de que la pandemia haya entrado en una fase en la que parece al fin controlada . Le ha tendido hacia ella un puente el ciclo festivo del Pilar -el primero desde hace mucho en la capital sin restriciones, como la que había habido en la hostelería de aforo u horario-, por el que transitan los numerosos turistas que han llegado y los habitantes de la ciudad .
A eso de las once y media, el entorno de la Mezquita-Central ha presentado ya un animoso ambiente , en consonancia con la ocupación hotelera anunciada. La mayoría de estos establecimientos están llenos para el sábado y el domingo y para el lunes aún quedan algunas camas libres. El ir y venir de los viajeros, que ha ido en aumento, ha re memorado tiempos pasados y sólo las medidas que aún se mantienen contra el Covid (las mascarillas o la gente dándose gel hidroalcohólico) recuerdan la pesadilla.
El Hostal La Piquera , a los pies de la Mezquita-Catedral, es un buen ejemplo de lo anteriormente escrito. Cristóbal Delgado, copropietario de este alojamiento, señala que el viernes no completaron sus habitaciones , pero desde hoy y hasta el final del puente ya están llenos . «Y el fin de semana que viene estamos igualmente a tope. Así que bien», asegura Delgado.
El suyo no es un caso puntual. Afirma que tiene un grupo de whatsapp con otros hosteleros y, para este ciclo festivo, «la mayoría estamos completos . Por fin un puente de normalidad». Cuenta el caso de un huésped que llegó sin reserva, el viernes en La Piquera pudieron alojarlo, pero, para hoy, aunque lo intentaron con otros alojamientos no lograron darle cama. Delgado añade que los precios «han subido bastante» . «Es la ley de la oferta y la demanda», pero luego advierte de que «no era normal» que durante año y medio las tarifas hayan estado «por los suelos» por la crisis del Covid.
Llega el mediodía y en el Bar Santos ya han empezado a vender su archiconocida tortilla. Su dueño, Jesús Maldonado , espera que el puente sea «bueno» . Su comentario se ve interrumplido por una turista que pregunta: «¿Cómo de grande es el bocadillo?».
Hecha la aclaración, sigue asegurando que «veo bastante gente y los hoteles, por lo que se ve, están bastante ocupados. Ya era hora de un poquito más de normalidad , que es lo más importante. Se va notando el regreso del turismo».
Hay cola en el Santos , pero también en el Patio de los Naranjos, para entrar a ver la Mezquita-Catedral, donde a esa hora, además, se va a oficiar una boda y hay operarios trabajando porque ese magnífico enclave será una de las sedes del festival Flora que arranca el 11 de octubre . No es una hilera larga, va conformándose y deshaciéndose. De visitar el principal monumento de la ciudad salen Amadeo Serra y Sable Mccleery , una pareja llegada de Barcelona para visitar a amigos en Sevilla y que han decidido hacer una excursión a Córdoba . Él sí había estado ya aquí por trabajo, pero ella no. Y Sable, admirada por la Mezquita-Catedral -eso no cambia ni aunque nos haya pasado por encima una pandemia-, asegura que « no tenemos estas cosas en Estados Unidos ». Amadeo habla, además, de la vuelta a la normalidad. Cree, por lo que está viendo en plazas, bares y calles, que hay « un flujo de personas preCovid ».
La normalidad, «un soplo de aire fresco»
Alabanzas se lleva también la Mezquita-Catedral de Benjamín Donoso y Rosario Martínez, que han venido desde Murcia porque ella por su santo se «ha regalado» este viaje. Querían conocer Córdoba y el principal monumento les ha parecido un «espectáculo, preciosa». Les llama la atención «ver cómo se han mezclado en él las culturas y las religiones». Creen que « se ha perdido el miedo a viajar que ha habido », aunque, matizan, ellos sí lo han hecho durante la pandemia. Con la entrada oficial en la normalidad , eso sí, « se nota como un soplo de aire fresco », finalizan, antes de seguir disfrutando de Córdoba.
Aunque el castellano sea el idioma dominante, y más en el puente, se vuelve a escuchar hablar en otras lenguas. Cristóbal Flores, guía local que acaba mostrar Córdoba a un grupo de estadounidenses, indica que «lo que ha salvado la temporada [la capital está ahora en el segundo ciclo alto de llegada de visitantes] son los viajeros españoles ».
El turismo internacional, explica, está regresando «muy lento» . «Hay franceses [nuestro principal mercado internacional] y alemanes. Los italianos están empezando a venir. Hay norteamericanos, pero pocos », explica, para luego advertir de que el viajero asiático aún está «paralizado».
El ambiente en el entorno de la Mezquita-Catedral va a más. Y cuando un se dirige al Alcázar , otro de los imanes para quienes nos visitan, no encuentra colas . Pero no es por falta de potenciales visitantes -al contrario-, sino porque la cartelería advierte de que las visitas al monumento están agotadas para hoy -requieren reserva previa-. Los turistas, sin el valioso ticket, se van dando la vuelta, buscando otro punto de interés. Es el caso de dos turistas que hablan en inglés . La que controla castellano le dice a su compañera de viaje: «Sold out» , que sería algo así como «entradas agotadas».
«Córdoba está llena. Esperemos que sea un buen puente. La gente tiene ganas de calle», asegura Laura Dorado, del bar 'La Paloma', mientras La Corredera empieza a poblarse
Antonio Olmedo e Inma Palacios , que han venido a pasar el fin de semana desde Ciudad Real, son de los que se han quedado sin poder ver la histórica fortificación . Estos amigos aseguran que «no sabíamos ni que había entrada así para el Alcázar. Sí la había para la Mezquita-Catedral», de donde vienen y que califican de «pasada». Para ellos, la entrada en la normalidad no arroja grandes cambios: «No veo que haya mucha más afluencia de gente de la normal en un puente como éste».
Es la una y media . Se va preparando un cambio de guardia : los monumentos empezarán a perder tirón. Y los turistas y los cordobeses comienzan a buscar bares y restaurantes donde tomar algo o directamente comer -los foráneos tienen sus horarios siempre van con el reloj algo adelantado-.
A esa hora, por ejemplo, La Corredera va poblándose y Laura Dorado, del bar 'La Paloma' , se prepara para unas horas intensas. « Córdoba está llena . Esperemos que sea un buen puente. La gente tiene ganas de calle », asegura mientras el sol anima precisamente a no quedarse en casa. Remontar Claudio Marcelo y alcanzar el Centro permite observar cómo las terrazas se van llenado. Todo el mundo repone fuerzas. Hay hambre física y ganas de devorar normalidad en este puente.
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