Opinión
Córdoba, sede logística del Ejército: cuando sumar no resta, sino que multiplica
El consenso político y anteponer intereses públicos a partidistas da sus frutos; primera lección que debemos aprender
Córdoba será la sede de la macrobase logística del Ejército de Tierra de España y puede que estemos ante la mejor noticia de los últimos cuarenta años en la ciudad. Aquejada de fatalismo crónico -última parada la Capitalidad Cultural Europea- , pocos podían esperar que el Ejército español, tan vinculado históricamente a la Córdoba del Gran Capitán , primera vanguardia de la fuerza terrestre, o a la Córdoba de la Brigada «Guzmán el Bueno X» de Cerro Muriano aportase una salida estratégica para el futuro más inmediato.
El proyecto tecnológico y logístico del Ejército de Tierra, como avanzó ABC en su momento, se traduce en 350 millones de inversión, integración de los doce nodos de logística del Ejército terrestre, creación de 1.500 a 2.000 empleos y centralizar una operación estratégica de Defensa en un punto clave donde está Córdoba: frontera con África, entorno de bases OTAN, industria militar de primera línea a tiro de piedra y estructura de transporte y mercancías tan determinante como los puertos de Algeciras y Málaga, entre otros muchos activos.
Y esta decisión que ha hecho pública el Ministerio de Defensa al final de la mañana comporta innumerables consecuencias positivas para una de las ciudades con más tasa de paro estructural y algunos de los distritos más pobres de España. Pero que cuenta con un escaparate y una marca que se sobrepone a todo ello.
«Córdoba llegó, vio y venció. Ha sabido jugar sus bazas, ha presentado un proyecto técnico -otros ni eso- de gran solvencia. Era su principal activo ante unos altos mandos de Defensa que acogieron con sumo agrado y calificativos el dossier presentado»
A Córdoba le ha tocado la lotería, pero «quien no mete, no gana nunca» . Ha sabido jugar sus bazas, ha presentado un proyecto técnico -otros ni eso- de gran solvencia. Era su principal activo ante unos altos mandos de Defensa que acogieron con sumo agrado y calificativos el dossier que el alcalde de Córdoba, José María Bellido , junto a representantes de la Junta de Andalucía, la Diputación de Córdoba y la Universidad presentó hace unas semanas en Madrid.
Pero faltaba la decisión política. La que otras veces le ha fallado a Córdoba . La que le falló como Ciudad Europea de la Cultura. La que constantemente está ausente para sacar adelante una retahíla de proyectos bloqueados, olvidados o atascados que merman las opciones que se siembran con demasiada facilidad. Restar nunca ha sumado, y por tanto, nunca ha multiplicado para Córdoba. Hay cien ejemplos en las últimas cuatro décadadas que así lo certifican.
Por eso, una de las lecturas que cabe hacer a bote pronto es que sumar no resta, si no que multiplica en Córdoba. Y eso ha ocurrido en esta ocasión. En apenas cuatro meses, el Ayuntamiento de Córdoba ha armado una oportunidad que nunca se imaginó . Se subió a un tren sin saber a ciencia cierta que llegaría al destino ansiado. Y se ha construído desde el acuerdo y el consenso, anteponiendo intereses, mostrando cesiones . De todas las fuerzas políticas que han demostrado (y deben hacérselo mirar) que la única manera de gestionar hacia el progreso es ésta, y no la zancadilla, el bloqueo o el interés del aparato.
Cuando el alcalde salió de Madrid tras presentar la candidatura de Córdoba, recibió una llamada días después en la que se le anunciaba que la decisión final se precipitaría en poco tiempo. El acuerdo a nivel local y provincial, con el respaldo institucional de la Junta de Andalucía, las aportaciones de la Diputación de Córdoba y un alcalde socialista hacia un proyecto del PP y Ciudadanos (y la determinante y tenaz presencia de la Universidad que pilota José Carlos Gómez Villamandos como rector), necesitaba a toda velocidad genera la misma empatía y sinergia con las grandes instancias.
Toledo era la favorita , y podría decirse que esta base, encuadrada en el marco de Fuerza 2035 del Ejército, miraba a una ciudad con innumerables vínculos históricos e institucionales con Defensa. El carril de las explicaciones era sencillo: Toledo y Castilla La Mancha, gestión del PSOE. Gobierno central, socialista y podemita. Este pan para este queso.
«Es un proyecto para Andalucía estratégico, de una industria, la militar, que no se deslocaliza según pandemias o valores busátiles; ni se marcha a las primeras de cambio, es estratégica, internacional, sólida, seria, moderna»
Sin embargo, en poco tiempo, el valor de un proyecto impecable en lo técnico , atractivo y que ha seducido a los altos mandos militares ha encontrado también la llave maestra política. Se llamaron a las puertas de ministros cordobeses como Luis Planas y Carmen Calvo (a la par, vicepresidenta y con poca sintonía con la titular de Defensa, Margarita Robles). Se tocaron las puertas de altas instancias del Ejército y se ha hecho «lobby». No está de más que los diputados recuerden de que circunscripción son. La perpetuidad también se gana así, como la historia ha demostrado. Todos los sabemos.
Córdoba ofreció y no pidió esta vez , aunque siempre estemos pedigüeñeando. Córdoba se hizo valer, pero tuvo el empujón que otras veces faltó . La patria potestad de la criatura puede ser compartida, porque lo que hoy puede empezar a celebrar una ciudad con más de 42.000 desempleados es que esta criatura viene con trabajo debajo del brazo. Con una masa crítica que necesitará vivienda, colegios, servicios, suelos para una industria auxiliar que aflorará más allá del perímetro urbano de Córdoba (enhorabuena a La Carlota por su saber hacer).
Porque esto es un proyecto para Andalucía estratégico , de una industria, la militar, que no se deslocaliza según pandemias o valores busátiles; ni se marcha a las primeras de cambio, es estratégica, internacional, sólida, seria, moderna, indispensable y con fortalezas que aún valen más cuando se alía en red con una Universidad que investiga o con una sociedad que le estima. Sólo cabe preguntar por la calle en Córdoba qué tiene que decir del Ejército, cuando en el corazón de la misma irrumpe la impronta de uno de los mayores y mejores militares que este país ha dado: Gonzalo Fernández de Córdoba .