Ningún líder llegó a Córdoba en campaña

Apagados los focos y retirados los carteles, la campaña ha terminado . Los 651.700 cordobeses, 34.000 de ellos nuevos, llamados a las urnas están invitados a reflexionar con el objetivo de afrontar la que se ha calificado como una cita histórica. Ya nadie les puede pedir el voto aunque es muy posible que le inviten a acercarse a las urnas.

Nadie duda de que estas van a ser unas elecciones de participación masiva . Los síntomas son evidentes. La política ha estado, más que nunca, en la calle. El voto por correo en Córdoba ha registrado cifras récord. Solamente las solicitudes superan las 14.000 y Correos dice que custodia casi 10.000 papeletas más las que vienen de camino para contabilizarse en cada mesa electoral el próximo domingo.

La campaña no ha dado de sí en el plano local. Ninguno de los cuatro candidatos a la Presidencia de los partidos con más posibilidades de tocar poder ha estado en la provincia de Córdoba. Debe ser de las pocas veces donde ha existido un consenso casi generalizado que el voto del cordobés no va a dar sorpresas. Alberto Garzón , de Unidad Popular , ha sido el único que ha estado aunque las opciones de la marca de IU son más reducidas pese a una muy meritoria campaña apoyado en las redes sociales.

Mariano Rajoy inició su precampaña en Cabra y Pedro Sánchez tuvo un fugaz paso por la circunscripción. Los chicos de moda, Pablo Iglesias y Albert Rivera , no han tenido acto alguno. El equipo de Rivera lo llegó a valorar (suele depender de las encuestas). A Iglesias no se le esperaba. El PSOE tuvo su acto central con Susana Díaz y el PP cerró la campaña con la onubense Fátima Báñez.

Lo que ha existido en esta ocasión es cierto interés por salir a los municipios. Los partidos han buscado los núcleos medios, como Cabra, Palma del Río o Priego , para intentar meter el cuchillo en la mantequilla del adversario. Los socialistas dependen más que nunca en la aportación del mundo rural andaluz.

Como la legislación no permite hablar de sondeos y siguiendo la moda creada en Twitter, el pescado azul está a dos euros el kilo, el atún rojo anda por ese mismo precio en el mercado, las berenjenas (no hay pescados morados, disculpen) están a euro y los salmonetes parecen tener consolidada una cotización similar.

Este domingo, en la plaza pública , se tendrá que comprobar si esa cotización es la correcta. Todo dependerá de la fortaleza real y comprobada de eso que se ha llamado bipartidismo frente a las nuevas corrientes.