INAUGURACIÓN

Córdoba une a España e Italia en los asientos de Cosmopoética

Pere Gimferrer y Nanni Balestrini hablan de la innovación de su poesía a mitad del siglo XX

Nanni Balestrini, Pere Gimferrer y Juan Carlos Reche, en la inauguración de Cosmopoética en el Teatro Góngora de Córdoba Valerio Merino

Luis Miranda

La poesía es la viva demostración de que las palabras no son neutras. La combinación de los sonidos forma la música porque cada uno tiene su propia esencia; los colores se unen de distintas formas en las artes plásticas. Las palabras tienen un significado, pero también una sonoridad y una forma de combinarse, de resultar hermosas y estéticas. Del lenguaje poético se habló en el Teatro Góngora y se seguirá hablando durante los próximos días, porque es como si toda la ciudad pensase y hablase en versos y con metáforas. Comenzó Cosmopoética con pesos pesados de las letras que demostraron que el lenguaje de la poesía es tan universal que la eufonía de las letras salta por encima de las barreras idiomáticas .

Ante un auditorio lleno, Nanni Balestrini (Milán, 1935), un poeta en lengua italiana, y Pere Gimferrer (Barcelona, 1945) que se expresa en español y catalán de forma indistinta, hablaron sobre «La vieja pasión por lo nuevo», ya aunque tengas edades distintas, pertenecen a generaciones que se llamaron de la misma forma: «I novissimi» y « Los novísimos ». Y ambos fueron capitales en sus países para la renovación de la poesía desde una cierta ruptura con lo anterior. De ello hablaron en Cosmopoética .

Elementos nuevos

Era la primera vez que se encontraban unas y otras generaciones poéticas y no faltó la complicidad que da la dedicación a la poesía. Los italianos no conocieron el fascismo, sino apenas el final de la II Guerra Mundial , «y conocieron un país que estaba cambiando, porque era sobre todo agrario y en unos pocos años pasó a la industrialización, a mitad de los años 50 ». Mucha gente fue a trabajar desde el sur al norte y unificó más a Italia por la lengua, ya que se fueron dejando atrás lo dialectos y se utilizó la lengua común. «Nosotros, los poetas, tomamos un poco el relevo de este c ambio social y del lenguaje, porque los escritores anteriores tenían un italiano arcaico , más rico, basado en la mundo agrario, y también hicimos la lengua literaria», explicó el autor.

Gimferrer rememoró los primeros libros que publicó, en los años 60, y trazó el panorama en que se encontró. «Muchos poetas, no todos, fueron al exilio y se produjo un fenómeno extraño , que fue una retroestética, se volvió a la situación del año 1936», afirmó el autor de «Arde el mar». Los posteriores, «algunos excelentes », no partían de las premisas vigentes antes de comenzar la Guerra Civil , «y ni siquiera los supervivientes de aquella generación, tanto los que estaban en el exilio como los que no». Es decir, no continuó la estética de forma inmediata en España, sino en unos autores de América Latina, «como Pablo Neruda , Octavio Paz o Nicanor Parra».

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