CRÓNICA
El Córdoba se desmorona ante el Llagostera (1-0)
Los blanquiverdes echan por tierra su buen inicio y demuestran su impotencia para remontar el gol de Imaz
Tocado. Muy afectado en la clasificación y, quizá más, en la moral. El Córdoba recibió uno de los golpes más duros de la temporada en su visita al Llagostera . Ni las sensaciones ni los puntos, a falta de cuatro jornadas del final, animan a pensar en un ascenso. Pero deberán aferrarse, tanto la afición como los propios futbolistas, a los argumentos que presentaron los de corto durante los primeros compases de un duelo que empeoró a medida que avanzaba el reloj hacia el 90'.
Apenas dos jugadas le bastaron a los de Oltra como tarjeta de visita en el Nou Estadi de Palamós. Circulación fluida, velocidad en los metros decisivos, entradas por banda, remates... Los blanquiverdes atosigaron, con un discurso atractivo y eficaz, a un rival empequeñecido. Sólo se jugaba en un área. René abortó algunas ocasiones y vio cómo Caballero y Fidel enviaban fuera dos disparos que casi se celebraban como goles.
No especulaba en ningún momento el Córdoba, que tampoco parecía tener motivos para mirar hacia su propia portería. Y quizá ese exceso de confianza provocó relajación en la zaga. La línea de fuera de juego, adelantada y desdibujada, hacía las delicias de cualquier llegador. Se relamía Imaz y le hincó el diente en el minuto 14. Un balón largo fue suficiente para que el atacante ilerdense disfrutase de un mano a mano. Razak obstaculizó el regate con el brazo, fuera del área. Una salida sinónimo de expulsión. La acción, no obstante, terminó en gol y el arquero se quedó en el campo.
Se repetía la historia de Oviedo. Trataría de cambiar el desenlace con goles el cuadro de Oltra. Tenía 75 minutos por delante para hacerlo y, en teoría, el plan inicial debía resultar más que válido. El empate se imaginaba sencillo, una cuestión de lógica futbolística, paciencia y de tiempo. Pero el crono, cuando corre en contra, le hace demasiado daño a este Córdoba hipocondriaco .
Comenzó a hacerse fuerte el conjunto local en defensa. La calidad de un voluntarioso Xisco no bastaba para quebrar el armazón azulgrana. Aparecían las individualidades como remedio a una fase gris en lo colectivo. Fidel y Nando habían intercambiado sus posiciones, de forma que ambos extremos tendieron a cerrar el campo. Necesitaba Oltra recuperar el guión original. Sin embargo, el embudo se mantuvo incluso después del descanso y las sustituciones.
Porque, a medida que el choque avanzaba, la capacidad de reacción del entrenador blanquiverde quedaba en entredicho. Metió lo que tenía: Markovic por el desaparecido Eddy y Pineda por el precipitado Nando. Con el rival replegado y sin espacios a la espalda de la defensa, sufrió Florin para explotar sus virtudes. Desesperado, una semana más, acabó el Córdoba con tres defensas, tras el ingreso de De Tomás por Cisma. Más para el embudo. No rectificó Oltra un error táctico que convertió en un frontón el tramo final de la contienda.
La mejor oportunidad, de hecho, llegó a balón parado. La tuvo Rodas en el tiempo de descuento, pero su cabezazo salió fuera. Un balón colgado para resumir la falta de lucidez; un juego improvisado y atropellado, carente del menor sentido práctico. Un símbolo de la impotencia que siente un equipo al verse superado por un rival sensiblemente más débil , aunque, eso sí, bien organizado y decidido a cumplir con su objetivo: la salvación. Para que el Córdoba alcance el suyo, quizá ya ni siquiera le baste con aprender la lección de su última decepcionante derrota.
LLAGOSTERA: René; Oriol, Escassi, Herrero, Álex Cruz; José Carlos (Fofo, m. 73), Tebar, Pitu, Imaz (Ríos, m. 83); Juanjo (Tito, m. 55) y Natalio
CÓRDOBA: Razak; Stankevicius, Deivid, Rodas, Cisma (De Tomás, m. 75); Nando (Pineda, m. 56), Eddy (Markovic, m. 65), Caballero, Fidel; Florin y Xisco
GOLES: 1-0: Imaz, m. 14
ÁRBITRO: Trujillo Suárez, del Colegio canario. Amonestó a Tébar, Álex Cruz, Oriol, por parte local, y a Cisma, Rodas, por parte visitante.
INCIDENCIAS: Trigesimoctava jornada en Segunda. Partido disputado en el Nou Estadi de Palamós.