Cultura

Córdoba cultural: el idilio imposible

Los artistas cordobeses coinciden en demandar más fondos, mejores gestores y una mirada más amplia e internacional para que Córdoba pueda salir de esa rezagada posición número 30 que ocupa en el ranking de la cultura española actual

Una de las dependencias del C3A, el único centro cordobés que aparece en el informe Valerio Merino

Félix Ruiz Cardador

Córdoba y cultura son dos palabras que, unidas, suenan bien. Ambas comienzan con c. Son trisílabas y su leve cacofonía se puede decir que no resulta desagradable sino poética. También, al menos en lo teórico, resulta lógico unir a una ciudad milenaria -madre, cobijo o fonda de algunos de los artistas y pensadores más destacados- con algo como la cultura, que se le presupone a la ciudad en su ADN. La realidad presente alude sin embargo a que ese matrimonio feliz no es tal. Es más, en el mapa de la cultura española la ciudad ocupa un papel periférico, impropio de su pasado y de sus presuntas capacidades por patrimonio monumental y por capital humano. De eso da cuenta el informe de la Fundación Contemporánea , que se hizo público hace apenas unos días y que deja a Córdoba en una posición delicada. La urbe ocupa en el ranking el número 30, emparejada con Castellón y Teruel. Lejos por tanto de Madrid y Barcelona, que lideran el listado, y también de grandes focos culturales del siglo XXI como Bilbao o Málaga .

A ello se une el hecho de que ninguno de los museos, centros de arte o teatros con los que cuenta la ciudad se encuentra entre los más valorados por esta encuesta, en la que han votado en torno a 500 especialistas culturales del país. Tampoco grandes eventos anuales o bienales como el Festival de la Guitarra , la Noche Blanca del Flamenco , Cosmopoética o el Concurso Nacional de Arte Flamenco encuentran acomodo en este ránking, donde sí aparecen otros festivales de localidades mucho más pequeñas, como el Festival de Teatro de Ciudad Rodrigo, en Salamanca. El único que aparece en el estudio es el C3A , pero tan sólo en la división regional, que queda reflejado en el informe de Fundación Contemporánea como el octavo atractivo cultural más valorado de Andalucía. Y eso a pesar de que sus más 35.000 visitas anuales tampoco parecen una cifra ingente si se compara, por ejemplo, con los más de 475.000 visitantes que tuvo el año 2018 el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga.

El dicho afirma que las comparaciones son odiosas, pero mirar hacia la capital de la Costa del Sol resulta inevitable cuando se habla de cultura. Ocurre eso porque hace apenas 15 años Córdoba y Málaga entraron en competencia por la Capitalidad Cultural Europea , que al final acabó llevándose San Sebastián. Más allá de ese fiasco final, lo que entonces planeaba en el ambiente es que la capital cordobesa era seria candidata, mientras que a la ciudad costasoleña no se le aventuraba la más mínima opción. De hecho, Málaga fue apeada en la primera criba, mientras que Córdoba llegó a la final. Lo que vino después fue por contra muy distinto, pues mientras que aquí lo que se vivió tras la resaca de aquel desastre fue un profundo desánimo en lo cultural, en Málaga se vivieron años de gran dinamismo con la apertura de centros de arte como el Centre Pompidou, el Museo Ruso o el Thyssen. Una dinámica que aún persiste con proyectos tan emblemáticos como el Teatro Soho que ha impulsado el actor y director de cine Antonio Banderas. Queda así la sensación de que el intento de Córdoba por lograr la Capitalidad fue un viaje hacia la nada sin plan B , mientras que el intento de Málaga era tan sólo un plan B que lo único que buscaba era reforzar el plan A. De los profundos cambios vividos da cuenta que Málaga sea hoy la cuarta ciudad más importante de España y la primera de Andalucía en cuanto a oferta cultural, algo que hace aún más dura la posición número 30 de Córdoba.

A esas malas vibraciones del informe se unen las quejas de muchos artistas de la ciudad , que denuncian el olvido a que se les somete. La realidad es que muchos de ellos emigraron hace años por razones laborales y desde la distancia observan lo que ocurre en una ciudad a la que todos le conceden muchas posibilidad por su historia, su patrimonio y su ubicación. Con cinco de estos artistas ha hablado ABC, aunque podrían haber sido muchos otros de múltiples disciplinas, y con la sensación de que quizá sean ellos los que, desde la distancia y ubicados en grandes centros culturales de España y del mundo, pueden ver mejor el bosque de la cultura cordobesa. En lo que coinciden todos ellos es en que Córdoba desaprovecha oportunidades , aunque algunos también ven indicios de que algo se está empezando a mover. Pese a que sea de forma leve, hay quienes que advierten que la gran depresión que supuso el fiasco de la Capitalidad comienza a llegar a su fin, algo que en todo caso está por ver.

Auxiliadora Toledano: «Mi sensación es positiva porque me siento muy querida y valorada por el público de mi tierra y por las instituciones culturales con las que colaboro regularmente. Espero que sea así por muchos años»

Ésa es la sensación que tiene por ejemplo la soprano cordobesa Auxiliadora Toledano , habitual en los teatros españoles y europeos y que, según explica, comienza a sentir «una apertura y el deseo de mostrar la gran riqueza cultural que tenemos a todos los niveles y el valor de los artistas cordobeses». La cantante agrega que lo vital para cambiar la situación es gestionar bien los presupuestos, para lo que considera necesario mejores programadores culturales, que tengan «una visión amplia a la hora de programar y también a la hora de valorar lo que somos y lo tenemos».

Mónica Tardaguila: «Nunca me han llamado para una gala o para bailar. Cuando yo me he presentado sí que me han reconocido y me han ofrecido proyectos, pero que luego han tenido grandes dificultades para salir adelante»

En la misma línea se muestra la bailarina Mónica Tardaguila , excomponente del ballet de Víctor Ullate y actual miembro del Semperballett de Dresde, en Alemania, donde reside. Ella reconoce con dolor que jamás la han llamado para ofrecerle nada desde Córdoba, a pesar de su dilatada trayectoria, y defiende que los muchos artistas cordobeses que hoy triunfan en el exterior pueden ser claves para dinamizar la programación. «Tenemos contactos que pueden ser valiosos y los conocimientos para salir de lo de siempre, de lo fácil y barato», explica la artista, que aún así reconoce que el gran problema está ahora mismo en la falta de medios, que impide que buenas ideas salgan adelante.

Gerardo Olivares: «A mí el público y los medios de comunicación me han tratado genial, pero los organismos públicos jamás me han ofrecido ningún apoyo. Entrelobos la rodé aquí y no logré que nadie participase en la financiación»

El cineasta Gerardo Olivares , residente en Madrid, se muestra por su parte decepcionado por esa dificultad que existe en Córdoba para lograr financiación para proyectos culturales y que él sintió cuando rodó en la provincia su película «Entrelobos». «Las cifras indican que estamos el número 30 y hay poco más que añadir», agrega el cineasta, que también se muestra extrañado de que la ciudad no cuente ni con un solo plató para rodajes a pesar de su excelente ubicación y sus magníficos escenarios naturales y monumentales.

Juan Luis Molero: «Yo en este tema cada vez me parezco más a mi admirado Vicente Amigo y prefiero hablar poco. Prefiero que hable mi obra, aunque en Córdoba todo sigue tan encorsetado como cuando me fui hace 30 años»

También el artista plástico Juan Luis Molero , con residencia en Whasington DC, observa que en la ambiente en la ciudad están «igual de encorsetado» que cuando él la dejó atrás hace treinta años. «Sin apoyo económico público y privado será inviable evolucionar», explica un creador que también reclama que los gestores culturales tengan «miras internacionales».

Fernando González Viñas: «No creo que tenga que recibir un trato especial ni que los medios de comunicación tengan que recoger cada brinco que yo dé. El reconocimiento para mí es que mi editor venda libros míos«

Por último, el escritor y guionista de cómic Fernando González Viñas , residente en Japón y que actualmente triunfa en Alemania con su novela gráfica «El ángel dadá», reconoce que estar en el número 30 del ranking «no parece lo adecuado» y explica que Córdoba sigue siendo «la ciudad de la Mezquita», por lo que nadie acude a ella para ver algo relacionado con la cultura actual. Viñas sospecha sin embargo que el estudio de la Fundación Contemporánea sólo habla de modernidad, «de pose», y recuerda que son muchos los artistas malagueños que piensan que los museos que se han abierto allí «son sólo teatros que nada tienen que ver con lo que era la ciudad». Aún así coincide el escritor, biógrafo de Manolete , en señalar con amargura y humor que «aspirar a la cultura sin falta el pan es cosa de bohemios, y estos ahora se dedican a ver cosas de televisión». «Una ciudad con tanto paro languidece», agrega, por lo que «no sólo los que deberían ser referentes culturales tienen que emigrar, sino que hasta los que venden sombreros tendrán que hacerlo». Malos augurios que trascienden de la cultura en sí pero que no parecen exagerados con una ciudad que soñó con ser Capitalidad Cultural de Europa y que hoy se encuentra muy lejos de ser un referente siquiera en España. Córdoba y cultura hoy siguen rimando, y remando, con dificultad.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación