PATRIMONIO
Córdoba celebra junto a las ciudades Patrimonio de la Humanidad una noche de cultura en sus monumentos
Miles de personas participan de «La Noche del Patrimonio» con la apertura y actividades culturales en monumentos
El Alcázar, la Mezquita-Catedral, el Museo Arqueológico o el Julio Romero de Torres abrieron sus puertas a miles de visitantes en «La Noche del Patrimonio» , una iniciativa cultural de las 15 ciudades españolas Patrimonio de la Humanidad. La Mezquita-Catedral fue el primer monumento en recibir visitas gratuitas desde las 19.00 horas . El éxito estaba asegurado. En sólo dos horas habían pasado por el punto de entrada más de 3.000 personas . Pese al bosque de columnas y las dimensiones faraónicas del monumento, era apreciable el elevado número de visitantes en su interior en torno a las 21.30 horas. Muchos ya habían visto la Mezquita, pero otros no la habían visto iluminada de noche; y otros tantos, entre ellos italianos y franceses, era la primera vez que cruzaban el Patio de los Naranjos.
Una conferencia titulada «La conservación de la Mezquita Catedral. Criterios de intervención», en el centro de este enclave, a cargo de Gabriel Rebollo y Sebastián Herrero Romero, arquitectos conservadores, era otro de los puntos de interés del enclave.
Al otro lado, desde el Palacio Episcopal, un reguero de turistas paraguas en mano conducía hasta el Alcázar de los Reyes Cristianos . Minutos antes de su apertura prevista para las 21.30 horas, la cola para entrar al monumento congregaba ya a cientos de personas , muchas de ellas, cordobesas.
Jazz en el Arqueológico
El Museo Arqueológico ofrecía al público otro de los platos fuertes de la velada de «La Noche del Patrimonio» . En sólo una hora, habían cruzado sus puertas más de 1.500 visitantes . Bajo el título «Patrimonio en vela», este enclave, auténtico y desconocido tesoro para algunos, ofrecía la apertura nocturna de los patios del palacio del museo con iluminación especial y con actuación de la intérprete de jazz Paloma Márquez. Luces, velas y pétalos flotaban en una de las acequias de la entrada , foco de numerosos selfies de los turistas.
Mientras tanto, la Sala Orive, la Puerta del Puente o el resto de salas museísticas de la ciudad, entre ellas el Museo Taurino o los Baños califales mostraban su mejor cara en una noche en la que miles de personas optaron claramente por disfrutar de la cultura de una ciudad Patrimonio de la Humanidad.