Así fue Córdoba 2020

Rafael Escudero, paciente de Covid-19: «Estuve 72 días en coma al borde de la muerte»

Este paciente sufrió una neumonía bilateral que en un principio los médicos confundieron con una gripe

Rafael Escudero Rafael Carmona

Davinia Delgado

«Estaba sano como una pera y unos días después , en coma e intubado en la UCI ». Rafael Escudero, de 49 años, casado y con dos hijos, es uno de los más de 250 cordobeses que han batallado por su vida contra el virus de Wuhan, y ha logrado recuperarse, aunque aún le queda un largo y duro camino hasta volver a ser el que era. Este empresario, gerente de Congress System, comenzó a sentirse mal a mediados de marzo. Había estado en Madrid por cuestiones laborales . «Todos los años vamos a Holanda y, en esta ocasión, suspendí el viaje por el tema de la pandemia. Pero un representante del evento me citó en la capital». Rafael no sabe cómo contrajo el virus , «porque, aparte de mi visita a Madrid, una compañera de la oficina que había estado en Italia también se puso mala».

Fiebre y flojera fueron los primeros síntomas que empezó a sentir. «No se me bajaba y fui a Quirón. Allí me dijeron que era una gripe ; lo mismo me diagnosticó mi médico de cabecera. Más de una semana después seguía igual y acudí a urgencias del San Juan de Dios. Fue allí donde me informaron de que tenía Covid, después de hacerme un TAC», recuerda.

Rafael tenía neumonía bilateral . Cinco días después de su ingreso tuvieron que intubarlo y trasladarlo a la UCI. «Me anestesiaron y no recuerdo nada más hasta dos meses y medio después». Mientras estaba en coma, necesitó ser intervenido . Al cambiarle las vías hubo un problema que afectó a la femoral. Con su vida pendiendo de un hilo, lo llevaron de urgencia al Reina Sofía y consiguió salir del quirófano, pero conectado a una máquina de diálisis y con un marcapasos. El doctor que lo intervino le dijo a su mujer que podría perder la pierna.

« Mi esposa me vio muerto . Y la cosa se siguió complicando. En el Reina Sofía contraje una bacteria, la pseudomona». Además, tuvieron que desintubarlo y hacerle una traqueotomía . De todo esto se iba enterando Paqui, su esposa, por teléfono.

Entretanto, ajeno a todo lo que estaba pasando en el mundo exterior, Rafael tenía sueños extraños durante su coma inducido. «Recuerdo que iba como en un sillón y que tenía telarañas. No podía tocarme. También, que estaba debajo del agua. Y siempre me veía con las manos atadas », rememora, emocionado.

Poco a poco, el tratamiento fue surtiendo efecto y Escudero logró recuperarse. «El día que abrí de nuevo los ojos, el Domingo de Resurrección, estaba muerto de hambre . Me comí un yogurt y al ver a mi familia por videollamada lloré de alegría. Había perdido 42 kilos y sufrido un proceso de calcificación en una pierna», explica.

Tras salir de la UCI, Rafael estuvo otros tres meses en planta . No podía moverse y «tenía mucho miedo a ahogarme, por la traqueotomía. Era un vegetal». Gracias a la ayuda de una grúa, lo incorporaban cada día y, cuando fue recuperando fuerzas, comenzó los ejercicios de rehabilitación .

Cuando regresó a su casa, en Almodóvar del Río, estuvo un tiempo durmiendo en una cama especial en el salón. «Ahora ya puedo subir a mi habitación, pero necesito la ayuda de mi mujer . Sin ella no podría haber salido adelante».

«El hecho de que esté aquí es un milagro»

Rafael Escudero

paciente de Covid recuperado

Una ambulancia traslada cada mañana a Rafael hasta el Reina Sofía, donde realiza sus ejercicios de rehabilitación , además de andar todos los días hasta el cementerio un par de veces con su vecino Paco, intervenido de las vértebras. «Estoy poco a poco recuperando mi vida , pero sigo sin trabajar».

Ahora, este cordobés solo piensa en disfrutar de la vida , «vivir el momento e ir a agradecer a las vírgenes a las que muchos amigos pidieron que me recuperara, porque el hecho de que siga aquí es un milagro . Me voy a comprar una autocaravana y quiero vivir viajando con los míos».

«A quienes no se creen lo que hace el Covid les diría que las muertes, los enfermos, las UCI llenas están ahí . No hay más ciego que el que no quiere ver. Espero que todos aprendamos de esto, porque seguro que vuelve a repetirse. Tenemos que unirnos, dejar de lado las banderas y los partidos; dejar de discutir, porque, si no, estaremos perdidos», apunta este superviviente.

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