Economía

La construcción de Córdoba hace frente a una crisis de materias primas en su mejor momento de ventas

Los presupuestos se dan con una semana de vigencia por la inestabilidad de precios

Gruás en Fuente de la Salud Valerio Merino

Rafael Ruiz

La construcción de Córdoba vive su mejor momento de ventas y también uno de sus momentos más críticos. La comercialización de vivienda, sobre todo de la nueva, se encuentra en uno de sus momentos dulces al haber recuperado niveles preCovid. La obra pública se encuentra disparada por el acceso a fondos europeos y por el incremento del gasto público. Sin embargo, existe un problema enorme para el sector que está afectando a toda la cadena: el desabastecimiento (y, por ende, el encarecimiento) de los materiales necesarios.

El Ayuntamiento de Córdoba acaba de anunciar que su obra estrella, el Centro de Convenciones , prorrogará al menos hasta febrero de 2022 el plazo de entrega. El problema radica en que ha habido un problema de entrega del hierro necesario para la actuación que ha alcanzado niveles de precios fuera de lo común. El Consistorio ha entendido que Construcciones San José, la firma adjudicataria, debe contar con más plazo para finalizar la actuación. Algo parecido ha ocurrido con el Palacio de Congresos , que reforma la Junta, con maderas pendiente de entrega procedentes de Asia.

La razón, explican fuentes del sector, es múltiple. La primera es la fuerte demanda asiática , en concreto de China, que está acopiando materiales para su abastecimiento. La segunda es el encarecimiento de las redes globales de transporte, sobre todo marítimo. Literalmente, no se encuentran contenedores y los que hay son caros. La tercera, afirman los empresarios, es que cada vez hay menos empresas de suministros.

El secretario general de Construcor (la patronal del sector), Francisco Carmona, explica las causas gráficamente. El Covid generó un parón mundial que hizo que el mercado se abasteciese con los stocks. Esos almacenajes ya están agotados, lo que ha generado un desajuste entre oferta y demanda que tardará meses. A ello hay que sumarle que muchas zonas del planeta han puesto el gasto público a funcionar para levantar las economías. Y existe un elemento estructural: fabricar es más caro por el alto coste de la energía eléctrica, del gas y de los combustibles fósiles que sirven para mover toda esa mercancía.

Los datos, en frío, dicen que los elementos metálicos , los que se utilizan al inicio de una obra son los que más han crecido de precio. «Dan un precio cada semana y así no es posible realizar un presupuesto», explica un arquitecto que gestiona proyectos de envergadura. Según los datos de junio, el acero subió de precio un 75 por ciento en un año, el aluminio un 60%, el cobre un 75 % y la madera un 49%. Si la materia prima sube, todo eso se transmite a los elementos que se fabrican con ella.

Uno de los productos donde no existe un problema serio de desabastecimiento es el cemento y el hormigón, explica la agrupación empresarial del sector, Oficemen. Las constructoras explican que el precio es más caro pero por razones de incrementos de costes fundamentalemente energéticos (el 42 por ciento del precio del cemento viene dado por la energía). Un portavoz de Oficemen explicó que el cemento « es un negocio de proximidad » donde la materia prima se encuentra en las canteras que son propiedad de las industrias. Eso los genera menos problemas a la hora de disponer de producto.

Un promotor explica que l os presupuestos de las constructoras tienen una vigencia, en estos momentos, de una semana . La realidad es que las empresas que realizan directamente la obra no pueden pillarse los dedos de forma que un crecimiento de los costes los haga firmar un contrato a pérdidas por los movimientos inflacionarios de los materiales de construcción. Los empresarios contactados no hablan ya de lo que cuestan los trabajadores, los impuestos o los seguros sociales. Su principal preocupación estriba en los cambios de precios de los materiales de producción.

¿Qué se está haciendo? «Acopiar», explica un arquitecto. Antes de que se inicie la obra, cuando hay disponibilidad, se compran todas las vigas y elementos metálicos, todas las ventanas de aluminio. Lo que debería ir llegando a una obra gradualmente tal y como se realiza se compra de una vez y guarda en una nave con el objetivo de que esté disponible cuando se precise .

Los empresarios contactados reconocen que se trata de una situación tremendamente problemática que impacta, de forma distinta, al que tiene una obra abierta y al que la va a comenzar. En el supuesto de un bloque de viviendas en marcha, impacta directamente sobre la rentabilidad. «Cuando te has comprometido a un precio por contrato poco se puede hacer», afirma un empresario. Son las obras de futura puesta en marcha las que están más comprometidas por la imposibilidad de concretar los costes.

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