Tribunales

Condenan a una empleada de banca de Córdoba por quedarse con 160.000 euros de la caja

Retiró cantidades de su sucursal e intentó timar a un cliente para que le diese dinero

Sala de la Audiencia Provincial de Córdoba en una vista pública Valerio Merino

R. R./ J. G.

La Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a una antigua empleada de La Caixa por un delito continuado de apropiación indebida de unos 164.000 euros de fondos del banco e intentado apropiarse de unos 38.000 euros procedentes de las cuentas de una asociación de vecinos y una hermandad cordobesa. El hombre, que tenía poderes para operar en estas dos últimas cuentas, ha quedado exonerado por la sentencia a pesar de que también se ha sentado en el banquillo. Ha quedado acreditado, según el fallo, que fue víctima de un delito.

La exempleada del banco lo convenció de que le entregara esos miles de euros para pagar a unos prestamistas a los que debía dinero y que le habían mostrado fotos de su propia hija saliendo del centro escolar en el que cursaba estudios. El hombre, al que le unía una relación de amistad, explicó que se le prometió que el dinero sería reingresado dos días después, cosa que no ocurrió. « Fue un títere en manos de su amiga », dice el fallo.

La exempleada de la entidad declaró que, efectivamente, se quedó con el dinero del banco. Que lo retiró de una sola vez en fajos de billetes de cincuenta euros . La ahora condenada volvió a explicar al tribunal que actuó bajo el miedo insuperable a unos prestamistas a los que debía dinero y con el propósito de salvaguardar a su familia. La sentencia no da ninguna credibilidad a su relato.

En primer lugar, afirma, si hubo prestamistas nunca fueron denunciados ni quedó rastro de ellos . El asunto nunca fue denunciado por la condenada. La auditoría que efectuó el banco determinó, además, que era la empleada que manejaba el efectivo, que nunca cogía vacaciones y que siempre llegaba la primera.

La tesis es que el dinero fue retirado en pequeñas cantidades durante los años 2018 y 2019 con el objetivo de que nunca saltaran las alarmas. La entidad financiera explicó en el juicio que se detectaron transferencias internacionales voluminosas hacia cuentas de la empresa del marido de la empleada, lo que motivó una comisión rogatoria a la República Checa para el bloqueo de las mismas.

La dirección de la sucursal tenía ya sospechas de que algo estaba pasando. Había clientes que habían comunicado que la empleada -que fue despedida- proponía a clientes pedir un préstamo y que «le dieran el dinero a ella» . Los dos años de prisión de la condena (la petición inicial eran cuatro y el máximo del tipo penal son seis años) se deben a que ha devuelto una parte.

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