TRIBUNALES
Condenan a un abuelo a 12 años de cárcel por abusar sexualmente de su nieta
El hombre realizó tocamientos a la niña desde que tenía 5 años hasta que cumplió los 13
La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a doce años de prisión a un hombre que abusó sexualmente de su nieta durante ocho años. Se le considera «responsable criminalmente de un delito de abuso sexual continuado» sobre la niña, desde que ésta tenía cinco años y hasta que cumplió los 13.
El hombre, de unos 70 años de edad, tiene también prohibido aproximarse a la víctima a una distancia inferior a 500 metros o comunicarse con la menor, que ahora tiene 16. Tampoco podrá aproximarse a su dimicilio durante trece años. Además, el abuelo deberá indemnizar a su nieta con 20.000 euros y pagar las costas procesales, incluidas las de la acusación particular.
La sentencia ha considerado probados los hechos planteados en su momento por la Fiscalía, en cuya calificación relató que el acusado, que solía dormir con la menor cuando ella y su hermano quedaban a cargo de sus abuelos, realizó tocamientos a la niña aprovechando que se encontraban solos en la habitación en un número indeterminado de ocasiones cuando comprobaba que todos estaban dormidos.
Esta práctica se repitió prácticamente cada noche hasta que ella cumplió los 8 años , momento en que la pequeña junto con su madre y hermano, y la pareja de su madre, se trasladaron a vivir a una localidad cordobesa. Posteriormente, el ya condenado y su esposa, al no poder seguir viviendo en la casa que habitaban «por problemas económicos», se trasladaron a vivir a dicho municipio a una casa que les alquiló su hija. El acusado y su esposa pasaban las noches en casa de su hija, para quedarse con los nietos. El comportamiento del procesado continuó hasta junio de 2011, hasta que una noche la menor se fue a su cama para dormir y, pasados unos minutos, el abuelo la siguió. Ella comenzó a llorar e insistentemente le dijo que la dejase, pero el acusado hizo caso omiso hasta que oyó ruido, por lo que rápidamente se marchó a su habitación.
La niña no se atrevió a contarlo antes por miedo a que su abuelo le agrediese
La madre de la niña llegó antes a casa y escuchó pasos en la parte de arriba, y ante ello, «extrañada», subió al dormitorio de su hija, momento en el que vio a la menor tumbada boca abajo en su cama y llorando, por lo que le preguntó qué le ocurría. Esa misma noche echaron al procesado de casa. La menor, pese a los años en los que el procesado le estuvo realizando los tocamientos, nunca antes se había atrevido a contarlo a su madre, ante el miedo de que su abuelo le agrediese . En diciembre de 2013, la niña, con 15 años de edad en aquella fecha, acudió al centro de salud de la localidad acompañada de su madre y solicitó ayuda psicológica del equipo de Salud Mental.
La menor lo puso en conocimiento de un trabajador social , quien en diciembre de 2013 elaboró un informe que remitió al Servicio de Prevención y Apoyo a la Familia de la Delegación Territorial de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social la Junta en Córdoba. Tras ello, la madre interpuso una denuncia , algo que no hizo con anterioridad ante «la insistencia de su hija de que no lo hiciese».
