HISTORIA

¿Cómo murió el cordobés Diego de Arana, primer gobernador europeo en América?

Colón lo dejó al mando del fuerte Navidad en La Española, pero a la vuelta sólo encontró cadáveres

«Primer descubrimiento de Colón», de Dióscoro Puebla ABC

Félix Ruiz Cardador

Diego de Arana fue con 25 años años el primer gobernador europeo en América . Cordobés y aventurero, se embarcó en el primer viaje colombino y jamás pudo regresar a su tierra. Allí se quedó para la eternidad, en la Isla de La Española , hoy dividida entre Haití y la República Dominicana , sin que ni siquiera se encontrase su cadáver y se le pudiese dar sepultura. Su muerte la envuelve el mismo misterio que envuelve a la breve historia de aquel primer fuerte español al que Cristóbal Colón bautizó como Navidad en diciembre de 1492 y que se supone que fue arrasado por los indios caribes.

Diego de Arana había nacido en Córdoba en 1468 , hace ahora 550 años. Era primo de la por entonces pareja sentimental de Colón, Beatriz Enríquez de Arana -madre de su hijo Hernando- y su familia natural de Trassierra . Conoció al almirante con poco más de 20 años y no es de extrañar que con los bríos característicos de esa edad se fascinase con la posibilidad de embarcar en la que es para muchos la mayor aventura de la historia humana. A bordo de la Santa María , con rango de contramaestre, se embarcó en agosto del 1492 en Palos de la Frontera, en Huelva, y a América llegó como todos los tripulantes aquel inolvidable 12 de octubre en el que Rodrigo de Triana , se supone que aliviado, gritó a viva voz: «Tierra a la vista».

Los restos de la Santa María

Arana toma principal protagonismo en el relato del descubrimiento meses después. En la Navidad, a partir del hundimiento de la Santa María, cuando la lenta pero elegante nao capitana, en plena Nochebuena, encalló con un bancal de arena mientras todos dormían y en una jornada en la que el mar estaba calmo «como una taza de agua», según se relata en los diarios colombinos. Se hizo lo posible por salvar la nave en plena noche. Cristóbal Colón, atribulado por la circunstancia, decidió rápido y optó por construir un fuerte con los maderos del navío , al que llamó Navidad por las fechas en las que se encontraban.

Según relata Hernando Colón en su «Historia del Almirante», en ese momento sólo le quedaba la Niña, pues a la Pinta gobernada por Martín Alonso Pinzón le habían perdido el rastro días atrás. Temeroso de que pudiese ocurrir algo y su descubrimiento no llegase a oídos de los Reyes Católicos , Colón decidió aparcar las exploraciones y emprender viaje de vuelta . Dejó allí sin embargo una partida de 36 miembros de su tripulación con víveres y armamento, al frente de los cuales puso a su amigo y familiar Diego de Arana con rango de capitán y justicia mayor, convirtiéndose así en el primer gobernador europeo en la historia de América.

Los indios relataron a Colón que murió tras un enfrentamiento causado por sus hombres

Tras viajar luego a Castilla y dar cuenta de la fabulosa noticia del descubrimiento, preparó con la mayor rapidez posible su segundo viaje con el fin de auxiliar al destacamento que había dejado en La Española. Lo emprendió con 17 naves, en las que volvía a repetir la Niña. Al final llegaron en noviembre al fuerte Navidad, casi un año después de su marcha de aquellas tierras. Y lo que allí encontraron fue una calamidad: el asentamiento arrasado , con los históricos maderos de la Santa María convertidos en cenizas, y c adáveres corrompidos e irreconocibles.

De lo que ocurrió en esos once meses de 1493 no se tiene más testimonio que el cacique indio Guacanagari y sus hombres le dieron a Cristóbal Colón, según se relata en «Historia del Almirante». Según le explicaron, el desorden había cundido pronto entre los miembros del destacamento español, buena parte de los cuales, codiciosos, se alejaron del fuerte de Navidad en busca de oro y de mujeres . Esa ambición provocó conflictos con los indígenas.

Diego de Arana, con 25 años, era primo de Beatríz Enríquez de Arana, amante de Cristóbal Colón

Finalmente, quedaron tan sólo una decena de hombres en el fortín con Diego de Arana al frente y no pudieron resistir un último asedio de los caribes. Gucanagari les hizo este relato postrado por una herida, que según pudieron comprobar los españoles se la habían infligido con armas indígenas y no españolas. Así que dieron en principio por buenas las explicaciones, tal vez por evitar pendencias, y acabaron confraternizando de nuevo con el cacique. Le mostraron caballos, que les sorprendieron vivamente, y le regalaron un escapulario de la Virgen que según se cuenta en la biografía de Hernando se acabó colgando al cuello.

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