Coronavirus en Córdoba
El comedor social de Lucena pide ayuda tras triplicar sus usuarios durante la pandemia y superar el centenar
El párroco de la Sagrada Familia asegura que «estamos al límite de nuestras posibilidades económicas»
El comedor social Virgen de Araceli ha triplicado sus usuarios desde el inicio de la pandemia de coronavirus . Actualmente asisten a sus dependencias en la parroquia de la Sagrada Familia más de un centenar de personas , que reciben de lunes a viernes el almuerzo y la cena –esta última por cuenta del ayuntamiento– y también alimentos para el fin de semana, cuando el centro permanece cerrado para descanso del personal y voluntarios que lo atienden.
Según Fernando Martín Gómez , párroco de la Sagrada Familia y responsable de este servicio, la actual situación de confinamiento no solo ha tenido incidencia sobre el incremento del número de personas atendidas, sino también sobre la intendencia o el propio funcionamiento del centro .
Así, el comedor ha tenido que comprar útiles de gran capacidad para hacer frente a la mayor cantidad de comida que debe preparar cada día y ha incrementado el gasto en suministros como luz o gas . Del mismo modo, al no estar permitido que los usuarios puedan pasar al comedor, estos deben recoger las comidas en recipientes plásticos de un solo uso, aptos para alimentación.
Instalaciones en mal estado
A esta situación hay que sumar la mala situación general en la que se encuentran las propias instalaciones de la antigua residencia Siloé . «Estamos trabajando en una cocina creada hace 20 años, en las que ha sido necesario acometer distintas mejoras, algunas de las cuales se están pagando todavía», señala el párroco de la Sagrada Familia, para indicar a continuación que pese a ello cada vez es más necesario acometer nuevas obras.
«Tenemos rajas en el techo del comedor que es necesario reparar, goteras en distintas partes del inmueble que nos obligan a utilizar cubetas y nos preocupa que los daños puedan afectar incluso al propio templo, por lo que se hace totalmente necesario actuar », asegura Fernando Martín.
Y todo ello en un momento en el que la siempre precaria situación económica de la parroquia se ve agravada por la nula aportación de las colectas al reducirse la actividad pastoral como consecuencia de las propias medidas de confinamiento de la población. Así, Martín indica que, pese a que muchas personas y entidades están colaborando económicamente, en especie o con su trabajo personal, y el propio ayuntamiento ha previsto una aportación extraordinaria al comedor, « estamos al límite de nuestras posibilidades económicas tras un mes prácticamente sin donativos», lo que ha llevado a la parroquia «a una situación extrema » que motiva que desde la misma se haga un llamamiento para « seguir sufragando los gastos ».
Para canalizar esas ayudas se han puesto a disposición de los lucentinos varios números de cuenta en los que se pueden ingresar donativos .