Rafael González - La cera que arde

La cola

No se habla de otra cosa que la Mezquita-Catedral en las largas esperas de los autobuses de Aucorsa

Ya quisieran los de Hamburguesas Uranga una cola como la de los autobuses . Se me ocurren algunos chistes sobre este extremo, pero no es el lugar y hay niños en la sala, aunque algunos de esos niños han escuchado decir a sus padres palabrotas en esa cola que ha provocado la última movida de Aucorsa , entendiendo el ente municipal como un todo formado por partes mixtas de conductores, gerente, asesoría del gerente, consejo de administración, dietas del consejo de administración, ideólogos que trazan líneas, una comisión de observadores internacionales para la línea 12, una unidad de extintores de gran calibre y la alcaldesa. Más o menos.

Hay que decir que esto en los tiempos de Mayor Zaragoza no pasaba . España se llevaba con orden y disciplina y las colas, además, se guardaban con más decoro. Eran otros tiempos, ya digo, en los que a Mayor Zaragoza se le condecoraba como Dios manda y los antifranquistas lo eran muy en la intimidad mientras el Régimen les imponía medallas , colocaba a sus cuñados en algún Ministerio de la Vivienda o Agricultura y les permitía comprarse un apartamento en Benidorm. La loca juventud.

Ahora don Federico está propuesto para encabezar la plataforma que solicitará la exhumación de Fernando III y la reparación histórica de la Mezquita-Catedral . Y ahí ha estado acertadísimo nuestro Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y los Yayos Justicieros en su propuesta dado que, como pudimos comprobar ayer, en la cola del autobús para salir de la Feria, no se hablaba de otra cosa.

Aunque ya he apuntado que eran expresiones que los niños no debían oír, muchos padres , enojados ante la desmesurada espera para coger el Servicio Especial de Feria y Rebujitos , se preguntaban a voz en grito « ¿cómo se puede permitir una exposición de Belenes en la Catedral? Eso es abuso eclesial y una falta de respeto hacia nuestros hermanos sunitas». Una señora, cuando supo que el bonobús no le servía para el servicio de Feria y, por la tardanza, seguramente llegara nochevieja y le hubiera caducado, no puedo más y gritó: «¡ No podemos consentir las exposiciones de arte sacro en nuestra Mezquita-Catedral ! ¡Ocupan demasiado espacio que impide la visita de los tour operadores halal!». Yo traté de mediar y recordar que había menores en la cola, que a estas alturas llegaba ya a la salida 403 de la autovía A-4 (con la consiguiente molestia para los vehículos que vienen de España o incluso Valdeolleros), y que moderaran sus expresiones, pero es verdad que los chiquillos estaban con los «spinners» en estado catatónico y no prestaban mucha atención.

Pasó Anguita haciendo recuento . Es lo que tiene estar jubilado y que te hayan puesto varias veces el pijama sin parte de atrás en el hospital: que miras la vida desde otra perspectiva. Seguro que don Julio, mientras enumera inmuebles y descontentos, recuerda con cariño su etapa de alcalde, cuando los problemas eran más domésticos y los munícipes se dedicaban entre otras cosas, a negociar con las empresas municipales para mejorar sus servicios. Se ve que los problemas, ante el aburrimiento de la era digital, son de corte metafísico.

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