BARRIOS

Ciudad Jardín, en Córdoba: sin aparcamientos y con deficiencias en las calles

Los vecinos se quejan de la decadencia, aunque los jóvenes valoran sus bares con tapas a precios asequibles

Imagen de una de las calles del barrio, donde el cierre de comercios es otra de las grandes problemáticas Álvaro Carmona

«Horroroso». Así es aparcar en Ciudad Jardín . No es demasiado concido el proyecto elaborado por el Consejo de Distrito Poniente Sur , si bien, el diagnóstico de necesidades del barrio es compartido por todos sus vecinos, tanto los mayores de 60 años, como los hijos "emigrados" a otros lugares de la ciudad.

«El barrio no es ni la sombra de lo que era» confiesa el propietario de la Cafetería Niza de Costasol , Rafael, tercera generación de baristas que han visto "el abandono del barrio por parte del Ayuntamiento". Aparcar es «imposible», la supresión de un carril de Gran Vía no sólo no ha aliviado la falta de estacionamiento, sino que además, " tardamos 15 minutos en un trayecto que antes haciamos en cinco ".

María del Pilar García, vecina de la calle Maestro Priego López de toda la vida, no se queja de la falta de equipamientos, «yo tengo todo lo que necesito». Sin embargo, sí que reconoce que aunque el acerado « necesita un arreglo », «peatonalizar las calles principales sería muy perjudicial para el comercio, siempre firmo para que no se lleve a cabo esta iniciativa cuando me lo piden».

El ocio

Asumen que el barrio donde se han criado con sus padres necesita mejoras en las calles, en las fachadas de los edificios, revitalizar el comercio local —ocupado, notablemente, por bazares regentados por personas asiáticas—. Los más jóvenes ven Ciudad Jardín como un lugar de ocio en cuanto a restauración se refiere.

Elena Martínez se mueve por los bares de la plaza de la Palmera donde «hay siempre un ambiente estupendo, se puede tapear al sol a gusto». También la zona de La Libra , un clásico donde encontrar botellines baratos , sigue siendo un lugar frecuentado por universitarios como también el pub irlandés de la calle Damasco «al que solíamos ir al salir de la facultad» recuerda Ainhoa Romero, una joven bioquímica.

Lola Ariza, otra maestra que aunque ya no vive en el barrio va a menudo a casa de sus padres, recuerda que «la crisis hizo que los locales comerciales de calles como Alcalde Velasco Navarro cerraran» lo que genera que la imagen del barrio en el aspecto comercial esté un poco «muerto».

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