Autoayuda y desarrollo personal
Cisco García: «Bajé a las tinieblas más absolutas cuando quedé paralítico, pero hay que seguir luchando»
Este joven cordobés, top 4 nacional de tenis en silla de ruedas y entre los 100 mejores «influencers» de España, publica su primer libro, «Irromplible», en el que cuenta su historia de lucha y superación
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La energía de Cisco García viaja a través del teléfono. Un positividad sin un atisbo de impostura, un ímpetu que se contagia. Quizá por eso se haya convertido uno de los 100 mejores «influencers» de España. Este joven cordobés, que trabajaba como abogado, vio cambiar su vida de la noche a la mañana. Un accidente de snowboard el 28 de diciembre 2015 le impediría volver a levantarse. Sin embargo, lejos de hundirse, el joven decidió que iba a seguir luchando por sus sueños. Y ya ha alcanzado unos pocos, como convertirse en top 4 nacional de tenis en silla de ruedas y publicar su primer libro, «Irromplible» , una historia de superación sin pretensiones, que ha conseguido colocarse ya como la publicación más vendida en Amazon en la categoría de desarrollo personal y autoayuda, con la que pretende inspirar a quienes han perdido las fuerzas y la ilusión por seguir adelante.
¿Cómo recuerda el fatídico accidente?
Lo recuerdo muy atomatizado porque ya lo he contado muchas veces. Si indago en los sentimientos, son recuerdos muy afilados para mí y sufro. Para escribir este libro sí me sumergí de nuevo en aquel día que viajé con mis amigos, como cada año, a Austria, a esquiar. Y lloré mucho mientras lo rememoraba.
Llavábamos 11 años yendo a las pistas de la estación de Mayrhofen, era una especie de tradición. Iba a hacer una salto: entré pasado de velocidad y me despisté. Cuando me quise dar cuenta, estaba en el suelo. Caí de espaldas. Ese año había nevado muy poco y fue como caer en hormigón. Reboté y ya no me pude levantar. El dolor fue brutal. La vértebra a nivel D11 se desplazó unos dos centímetros y, como consecuencia, me dañó la médula. El pánico me invadió. No me sentía las piernas. Me llevaron en helicóptero y ya lo que recuerdo es despertar en la UCI tras la operación.
¿Qué sintió cuando le dijeron que no iba a volver a andar
Cuando me caí y estaba en la nieve ya sabía lo que me había pasado y la gravedad de la lesión. Al principio tenía esperanzas en recuperarme. Después de tres meses, recuperé los abdominales lumbares, pero nada más. Ahí ya me di cuenta de que era definitivo. Estuve como una semana muy triste. Bajé a las tinieblas más absolutas y después estuve reflexionando mucho y ordenando mis ideas y sentimientos, y entendí que hay que aguantar y adaptarse a las circunstancias. Es mi filosofía de vida. Y no he dejado de hacer lo que me gusta desde entonces.
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¿Cómo entró el deporte en su vida?
Había sido muy deportista y antes de lesionarme jugaba al tenis a nivel amateur. Después del accidente mis amigos me empezaron a enseñar vídeos de tenis en silla y me sorprendió mucho. Me llamó la atencion que está muy profesionalizado. Me pareció un reto bonito. Empecé poco a poco a entrenar. En 2018 ya lo convertí en mi profesión. El año pasado jugué 23 torneos: en Kenia, Tailandia, Canada, Estados Unidos...
¿Qué ha sido para usted lo más duro?
Tras la lesión, salir a la calle fue para mí un trago difícil. Suponía aguantar miradas de reojo de la gente, que te ofrezcan ayuda que no necesitas, mucha condescendencia... No fue nada sencillo, sobre todo en Córdoba, mi ciudad. No quería tener que pararme con cada conocido y explicarle lo que me había pasado. Pero me fui adaptando y normalizándolo todo. La única manera que encontré de superar ese miedo fue enfrentándome a él, para que no se hiciera crónico.
¿Qué aprendizaje saca de todo lo que le ha sucedido?
Que la vida es muy dura y no siempre nos pasa lo que nos gusta. Pero hay que aceptar lo que nos viene y mirar hacia delante. Sacar el máximo de nuestra situación. Aunque haya cosas que no puedas cambiar también has de tener un punto de inconformismo para saber que, lo que esté en tu mano, tienes que pelearlo a muerte.
¿Cómo está viviendo la pandemia del Covid?
Con preocupación, como todo el mundo, y con mucha incertidumbre, porque me han cancelado muchos torneos, como uno en Israel, y no sé qué pasará con los Juegos Paralímpicos de Tokio. En cuanto al confinamiento en casa, en marzo, hubo días que lo pasé mal. Pero es lo que nos ha tocado vivir.
¿Cuál es su receta para la felicidad, si es que existe?
La clave está en saber disfrutar de lo que tenemos, no mirar demasiado hacia el futuro, ni tampoco quedarnos estancados en el pasado: hay que vivir el momento y ver el lado positivo a las cosas. En muchas ocasiones, la gente deja de ser feliz porque tiene dos problemas y miles de cosas maravillosas, pero se centra en los problemas.